XXXVI

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Lunes 6 de Octubre

Estoy nuevamente en Netherfield. Llegué aquí con más esperanzas de las que haya sentido jamás, pero aun así no me atrevo a tomar el amor de Marinette como algo asegurado. Luka y yo dejamos Netherfield temprano y llegamos pronto a Longbourn.

Miss Dupain estaba llena de sonrojos y nunca había lucido más favorecida. Marinette era más difícil de entender. Ella, también, se sonrojó. ¡Ojalá supiera la causa!

Luka sugirió una caminata.

—Iré por mi boneta— dijo Alix. —He estado esperando ver a Nora. Podemos caminar hacia alla con los Cesaire. Mrs Dupain frunció el entrecejo para mostrarle su desaprobación, pero Alix no lo notó.

—No soy una buena caminante, me temo,— dijo Mrs Dupain, volteando hacia Luka con una sonrisa. —Deben disculparme. Pero Chloé ama caminar. Chloé, mí querida, ve por tu chaqueta. Ese hombre, supongo, ira también,— ella dijo, volteando hacia mí como si fuera un insecto desagradable.

Marinette se sonrojó. Ignoré el comentario lo mejor que pude, pensando que solo mi amor por Marinette podría inducirme a volver a poner un pie en esta casa nuevamente.

Luka parecía desvalido.

—Mari, corre y trae tu abrigo también. Debes de hacerle compañía a Mr Agreste. Estoy segura de que el no estará interesado en nada que Chloé diga.

—Estoy muy ocupada como para caminar,— dijo Rose, levantando su cabeza de su libro. —He frecuentemente observado que aquellos que son mejores caminantes son esos que carecen de la capacidad intelectual de instruirse en los asuntos serios de la vida.

—¡Oh, Rose!— dijo Mrs Dupain impacientemente. Rose regresó a su libro.

Marinette y su hermana regresaron, y habiéndose puesto sus abrigos nos fuimos. Luka y su amada pronto se rezagaron. Alix, sabía, nos dejaría pronto para visitar a su amiga. ¿A caso Marinette también iría? Esperaba que no. Si ella se quedaba conmigo, entonces sería capaz de hablar con ella. Y hablar con ella debía. Llegamos al retorno hacia la casa de los Cesaire.

—Puedes seguir tu sola,— dijo Marinette, —no tengo nada que decirle a Nora.

Alix corrió hacía la vereda, dejándonos a Marinette y a mi solos. Voltee hacia ella.

Marinette, estaba a punto de decir, cuando ella me detuvo al hablar ella.

—Mr Adrien, soy una criatura muy egoísta que no me preocupo más que de mis propios sentimientos, sin pensar que quizá lastimaría los suyos.

Sentí como me ponía helado. Todas mis esperanzas parecían ahora como mera vanidad. Ella iba a herir mis sentimientos. Había estado equivocado al esperanzarme con su negativa de refutar el reporte de nuestro compromiso. No había significado nada, excepto que ella no se dignaría a negar un tonto reporte para beneficio de mi tía.

Ella estaba obviamente encontrando difícil el continuar.

Ella me dirá que no vuelva nunca a Longbourn otra vez, pensé. No puede soportar verme. Su disgusto hacia mí es tanto que no puede superarlo. No he usado mis oportunidades. He visitado Longbourn con Luka y no he dicho nada, porque tenía tanto que decir. Aun así nada podía ser dicho en frente de otros. Y ahora es muy tarde. Pero no dejaré que sea muy tarde. Le hablaré y se lo diré, le guste a ella o no.

Pero entonces ella continuó, después de que todos estos pensamientos pasaran por mi cabeza.

—Pero ya no puedo pasar más tiempo sin darle a usted las gracias-

¿Darme las gracias? ¿No culparme, pero darme las gracias? No sabía que pensar.

—- por su bondad inigualable con mi podre hermana.

Pride & Prejudice  (Adrinette)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum