XXVII

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Domingo 3 de Agosto

Luka y sus hermanas se nos unieron a Georgiana y a mi justo después del desayuno, y partimos rumbo a Pemberley. Para empezar, Caroline habló de su visita a su primo, pero después la conversación se volvió en una ola de halagos.

—¿Qué hermoso coche tiene usted, Mr Agreste?— ella dijo, mientras transitábamos por las calles. —Luka no tiene ninguno como éste. Le sigo diciendo que debería comprar algo de este estilo.

—Mi querida Caroline, si comprará todo lo que quisieras, estaría en bancarrota al final del año.— dijo Luka.

—Tonterías. Todo caballero debe tener su carroza, o usted qué opina, ¿Mr Agreste?— preguntó.

—Es ciertamente muy útil.— admití.

—¡Adrien! ¡Confiaba en ti para estar de mi lado! Estaba seguro que lo calificarías como una extravagancia.

—Si esperas viajar mucho, entonces es más barato que alquilar un coche.

—Ahí lo tienes— dijo Caroline, dirigiéndome una sonrisa. —Mr Agreste está de acuerdo conmigo. Que afable es cuando dos personas piensan igual. Debes de tener respaldos en justamente este color, Luka,— dijo, volteando hacia los asientos.

—Me aseguraré de que sean de un color totalmente diferente— respondió, —de otra forma, no sabria si es mi coche o el de Adrien.

—Que cómodo es,— dijo Caroline. —No es así, ¿Georgiana?— pregunto, recurriendo a mi hermana.

—Sí, lo es.— dijo Georgiana.

—Y tan bien moldeado. Luka, debes de asegurarte que tu coche tenga estos mismos resortes.

—Si lo hago, el coche de Adrien será muy incómodo sin ellos.

—Y tendrás que mandar construir un escritorio para escribir en el coche.

—Me disgusta escribir cartas cuando estoy quieto, y no tengo ninguna intención de hacerlo mientras soy sacudido por cada raíz y hoyo.

—Pero tus compañeros de viaje podrían disfrutarlo. ¿Qué dices Georgiana? ¿No sería útil?

—Sí.— mi hermana aventuró.

—Ahí lo tienes, Luka. Georgiana piensa que sería útil, y no solo para escribir, tenlo por seguro. También sería útil para dibujar. ¿Cómo está tu progreso con el dibujo?— le preguntó a Georgiana.

—Bien, le agradezco.

—Mi hermana me dio un dibujo de Hyde Park la semana pasada.— dije.

—¿Estaba bien hecho?— preguntó Caroline.

—Estaba muy bien hecho.— dije con una cálida sonrisa.

—Recuerdo mis propios días de escuela. ¡Cómo me encantaba dibujar! Debe dejarme ver ese trabajo, Georgiana.

—Lo dejé en Londres— respondió mi hermana.

—No importa. Lo veré la próxima vez que nos encontremos.

Viajamos en paz y sin problemas y nos detuvimos para pasar la noche en el Black Bull. Era una respetable hostería. La comida era buena y los cuartos cómodos. Le había dicho a mi criado que me despertará temprano. Tenía algunas cartas que escribir antes de que siguiéramos nuestro viaje.

Martes 5 de Agosto

No puedo creerlo. He visto a Marinette. Apenas y sé que estoy escribiendo. Fue tan extraño.

Estábamos de camino a Pemberley; Luka, sus hermanas, Mr Hurst, Georgiana y yo, cuando nos detuvimos para la merienda en una posada. El día era caluroso y las damas estaban cansadas. No deseaban viajar más lejos, y de hecho, le había dicho a mi ama de llaves que no llegaríamos sino hasta mañana. Pero estaba inquieto. Decidí adelantarme, deseando ver a Johnson y poner algunos asuntos del cuidado de la propiedad fuera del camino antes de que mis invitados llegaran.

Pride & Prejudice  (Adrinette)Where stories live. Discover now