XVII

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Día de pascua, Domingo 13 de Abril.

No he visto a Marinette desde mi visita a la casa parroquial, pero la vi esta mañana en la iglesia. Se veía muy bien. El sol mañanero le había dado color a sus mejillas, e iluminado sus ojos.

Después del servicio, Lady Catherine se detuvo para hablar con los Lahiffe. Mr Lahiffe sonreía de alegría al acercarse ella.

—Tu sermón fue muy largo,— dijo Lady Catherine. —Veinte minutos es tiempo suficiente para instruir a tu rebaño.

—Sí, Lady Catherine, Yo -

—No hiciste ninguna mención de la sobriedad. Deberías de haberlo hecho. Ha habido mucha embriaguez últimamente. Es el trabajo de un rector el atender tanto el cuerpo de sus feligreses como sus almas.

—Por supuesto, Lady -

—Fueron demasiados himnos. No me gustan más de tres himnos en un servicio de Pascua. Me encanta la música y cantar es mi gozo, pero tres himnos son suficientes.

Comenzó a caminar hacia el carruaje, y Mr Lahiffe la seguía.

—Si, Lady Catherine, yo -

—Uno de los bancos tiene polilla. Lo noté mientras pasaba cerca de él. Tendrás que verificarlo.

—Inmediatamente, Lady - —dijo.

—Y vendrás a cenar con nosotros esta noche. Mrs Lahiffe vendrá contigo, así como Miss Cesaire y Miss Marinette Dupain. Pondremos una mesa de juego.

—Es tan buen - — dijo, inclinándose y frotando sus manos juntas.

—Enviaré el carruaje por ustedes.

La seguí dentro del carruaje y el lacayo cerró la puerta.

Estaba ansioso por la llegada de Marinette a Rosings, pero rápidamente aplasté ese sentimiento.

Su grupo llegó puntualmente, y debido a que conocía el peligro de hablar con ella, pasé el tiempo conversando con mi tía. Hablamos sobre nuestros familiares y relaciones, pero no podía evitar desviar la mirada hacia Marinette. Su conversación era mucho más animada. Estaba hablando con el Coronel Le Chien Kim, y mientras veía la viveza de sus rasgos, me fue difícil quitarle los ojos de encima.

Mi tía, también, volteaba seguido hacia ellos, hasta que al final preguntó: —¿Díganme, de que están hablando? ¿Qué le está diciendo a Miss Dupain? Déjeme escuchar lo que estaban diciendo.

El Coronel Le Chien Kim respondió que estaban hablando de música. Mi tía se unió a la conversación, alabando las habilidades en el pianoforte de Georgiana e invitando a Marinette a practicar con el pianoforte en la habitación de Mrs Jekinson, ¿Invitar a un huésped a tocar en el pianoforte de la habitación del servicio?

Nunca pensé que mi tía podría ser tan mal educada.

Marinette parecía sorprendida, pero no dijo nada, solo su sonrisa mostraba lo que en verdad pensaba.

Cuando el café se terminó, Marinette empezó a tocar, y recordando el placer que sentí al escucharla tocar antes, caminé hacia su lado. Sus ojos estaban iluminados por la música, y me desplacé a una posición en la que pudiera ver fluir sus emociones en su semblante.

Ella lo notó. En la primera pausa en la música volteo hacia mí con una sonrisa y dijo: —¿Pretende asustarme, Mr Adrien, al venir a escucharme con esa seriedad? Yo no me inquieto, aunque su hermana toque tan bien. Hay una especie de terquedad en mí, que nunca permite que me intimide nadie. Mi coraje siempre crece con cada intento de intimidarme.

Pride & Prejudice  (Adrinette)Where stories live. Discover now