🖤CAPÍTULO 19🖤

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Dahlia contemplo la imagen en el espejo, antes de salir de la habitación. El rojo siempre le sentó bien, pero también era el color favorito de Lars, incluso el vestido largo, de manga larga, con una abertura hasta sus caderas, que traía puesto, él se lo había regalado.

Todo parecía tan perfecto entre ellos, que, bajo la guardia, olvidando que a veces el pasado te puede alcanzar y destruir tu presente.

Soltando un suspiro, miro en dirección a la puerta. Tenía miedo, miedo de encontrarse con personas de su pasado, aquellas que bien podrían fingir no conocerla o hacer todo lo contrario, pero no podía huir, aunque lo deseara. Lo había hecho en el pasado, pero no sirvió de nada, al final el pasado la alcanzo y recordó quien fue.

Apartó la mirada del espejo, salió del baño y tomo su bolso, en dirección a la fiesta de Elite, con posibles invitados que intento evitar desde que regreso a la ciudad.

Ella en verdad no deseaba presentarse, pero su jefe la obligo, dado que él tendría una cita y no podía encargarse de que todo se mantuviera en orden.

Cuando el elevador se abrió, revelo ante ella al señor Beck, quien la contemplo de pies a cabeza.

—¿Sucede algo? —pregunta ante su mirada.

—Sucede que me hará llegar tarde si no entra al elevador.

Dahlia rodo los ojos, y entro al elevador.

—Se ve bien de blanco —admite, para romper el incómodo silencio que compartían mientras la música de fondo se hace escuchar.

—Lamento no poder decir lo mismo —dice Brayan.

—Es la primera persona que cree que el rojo no me sienta —menciona con desinterés, porque no le importaba su opinión.

—No creo ser la única, pero quizá si él que tiene el valor de decírselo —expone.

Dahlia lo voltea a ver.

—Como yo soy la única que tiene el valor de decirle lo descargable que es...—calla, al abrirse el elevador.

Una mujer con hermosos ojos verdes les dedica una mirada. La recordaba, era quien la ayudo aquel día en su entrevista, al darle las llaves de la habitación de su hijo.

—Cariño, ¿Qué haces con esta hermosa jovencita? —pregunta. ¿Cariño?, al parecer también le gustan las mayares al señor Beck— ¿Es tu cita de esta noche? —la contempla de pies a cabeza—. Claro que lo es, ella es muy tu tipo —agrega— y yo que estaba preocupada por verte solo, e invite a Dori.

—No es mi cita, madre.

Dahlia abre los ojos con sorpresa, ante aquella última palabra.

—Y no pienso tampoco compartir mi tiempo con Doris, es muy preciado para desperdiciarlo con una cazafortunas —agrega.

—Niño grosero, no digas eso —entra al elevador y golpea su brazo.

—La empresa de su padre está en bancarrota, y ella es amante de la buena vida al igual que su madre. No se acercaron a ti porque les agrades y quieran ser tus amigas —menciona con frialdad.

—Bien, en ese caso, que se aprovechen de nuestra fortuna, pues ambas ganamos, ella consigue dinero, y yo que alguien se case contigo, para que me des un nieto.

Dahlia los miro con incomodidad, porque parecía no importarle lo más mínimo que escuchara su conversación, o quizá se han olvidado de ella.

—Brayan, solo queremos que sientes cabeza, tienes cuarenta años, necesitas casarte y presentar un hijo a la sociedad.

BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐Место, где живут истории. Откройте их для себя