🖤CAPÍTULO 25🖤

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Al llegar al trabajo, Dahlia miró con sorpresa que estuviera lleno, así como las personas muy comunicativas.

Se acercó a la barra y abrió la pequeña puerta para acceder al mostrador.

—Parece que hoy hay mucho movimiento en la ciudad —dijo a el señor Capaldi.

—Es por el caso de esa mujer de la mafia y sus crímenes. Ha hecho despertar amargos recuerdos en la sociedad, así como el deseo de justicia —mencionó—. Espero me elijan para el jurado, para votar por la pena de muerte.

Dahlia miró con interés su odio hacia ella. Definitivamente, también había despertado rencores del pasado.

—Está bien que hagamos justicia, pero decidir quien muere o vive no es una de decisión que deberíamos tomar los humanos —dijo, dirigiendo su mirada al televisor, quienes presentaban la imagen de la acusada y los últimos detalles de sus crímenes, que iban en aumento.

—Mi niña, si hubieras vivido el tiempo que yo tengo en esta ciudad, y visto lo que los Darling nos hicieron, desearías que fueran condenados todos a la pena de muerte —expone.

Dahlia sabía lo que habían hecho, de los despiadados y atroces que eran, porque había sido una de sus víctimas, pero seguía creyendo que la pena de muerte era una opción fácil para ellos, que debían pagar en vida sus cometidos, teniendo una vida larga, llena de sufrimiento brindado por un ser divino.

—Si no hubiera sido por el señor Beck, que los hechos a todos de la ciudad, no sé qué fuera de este lugar —agregó el señor Capaldi.

—Él solo hace cosas por su propio beneficio —murmuró Dahlia, sin poder contenerse.

—Tienes razón —se mostró de acuerdo el anciano—, quizá el señor Beck lo hizo por su propio beneficio, pero que importan sus razones, si al final también nos benefició al resto.

Ante sus palabras, Dahlia no supo qué decir, aparte que era obvio que sin importar cuantas cosas malas dijera del señor Beck, siempre lo apoyarían a él. Ya no sabía si era porque él tenía el poder o porque admiraban a alguien tan despiadado como él. Como si todos quisiera ser como el señor Beck, pero su moral y consciencia se los impidiera. Pero ya que él no parecía haber nacido con ellas, no era un problema.

—Ahora ve a cambiarte —ordenó el anciano.

Ella asintió y se dirigió al baño.

Mientras se vestía, recuerdos de Adriana Chiperi llegaron a su mente.

—Te dije que los callaras —el sonido de su voz, y los desgarradores llantos de los niños estaban a punto de crearle un ataque de ansiedad.

—Lo siento, lo siento —se disculpó Ilan—, pero no tenía quien los cuidara, y yo...

—No me importa, los hubieras dejado solos. Ahora cállalos o lo haré yo —Adriana levantó la voz.

—Tranquilo, deja de llorar, por favor, amor —le dijo Ilan a Eduardo, un niño de tres años, pero estaba lo suficiente asustado por los gritos de Adriana como para callarse, al igual que Oliver en los brazos de Dahlia.

Al ver Adriana que no eran capaces de callarlos, se acercó furiosa a Dahlia.

—Son unas inútiles.

Dahlia se aferro al pequeño, sin querer soltarlo, pero al final Adriana se lo quitó de los brazos, y lo llevó a la cama, tomando una almohada.

Dahlia al ver lo que iba hacer fue tras ella, mientras Ilan gritaba suplicante que no lo lastimara. Dahlia había intento apartarla del niño, pero Adriana era más fuerte que ella, así que la lanzo lejos ella, sin soltar la almohada.

BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang