🖤CAPÍTULO 36🖤

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El sol se había metido y la oscuridad había cubierto la ciudad, cuando William detuvo el auto frente a una casa blanca con hermoso jardín iluminado por lámparas solares.

-Debes estar bromeando -murmuró Dahlia, pues reconoció aquella casa que alguna vez lo sintió más como un hogar que su propia casa.

—Le conté a mi madre que había cruzado camino contigo, y me dijo que si te volvía a ver te invitara a cenar. Sabes que a ella siempre le agradaste.

—Pero... —calló al salir William del auto y rodearlo, para abrirle la puerta.

—No será incómodo, lo prometo —dijo, ayudándola a salir—. Y si lo es, solo recuerda todas esas veces que viniste a comer al salir de la escuela -cerró la puerta del auto.

—En ese entonces tenía 16, ahora tengo 28 —dice. Él ríe.

—Aún pareces de 16 -halago.

Una sonrisa curvó los labios de ella, y se dejó guiar por él, pero antes de llegar a la puerta, esta se abrió y reveló a una regordeta mujer de cabellera canosa y piel pecosa, quien se lanzó sobre ella y abrazó con fuerza.

—Oh, mi pequeña Dahlia, como te he extrañado —dijo la mujer.

Dahlia le correspondió el abrazo.

—Como yo a usted, en especial su comida —confeso al apartarse—. Así que dígame que preparo esos tamales que amo tanto.

—Claro que sí cariño, se nota que la necesitabas, solo mira lo delgada que estás —dijo, tomándola del brazo para hacerla entrar a la casa.

Dahlia miró con interés el interior de la casa, que seguía exactamente igual y la lleno de melancolía.

—¿Ese eres tú con un uniforme de policía? —preguntó a William, al acercarse al buró y ver que se habían agregado algunas fotos.

—Eh, mamá, te dije que guardaras estas fotos -William se apresuró a quitarlas y meterlas a un cajón-. Es un disfraz de Halloween -explicó.

—¿Por qué le mientes a Dahlia? —preguntó su madre con negación, mientras colocaba en un recipiente los tamales—. Estuvo en la academia para policía, cariño —le dice a Dahlia.

—Pero si es ingeniero...

—Ah, eso, la dejo tan pronto se graduó. Es riesgoso esa profesión, no quiero perderlo como su padre en algún enfrentamiento, así que le pedí que la dejara y estudiara algo más, gracias a Dios me escucho —agregó la mujer.

Dahlia miró a William, quien tomaba lugar en la mesa.

—No sabía que querías ser policía como tu padre, nunca me lo dijiste —dijo, tomando el lugar a lado de él.

—Ni a mí me lo dijo, ni siquiera sé por qué quería tanto algo en lo que su padre perdió la vida —murmuró con cierto fastidio la mujer.

—Mamá, por favor, no hablemos de esto.

—Em, bueno —aceptó con amargura. Pero al mirar a Dahlia, una sonrisa curvó sus labios—. Y tu cariño, ¿estudiaste algo?

Dahlia negó, avergonzada.

—Era difícil para mí, no podía pagarla.

—Um, de seguro por cuidar del inútil de tu padre —dijo, sin poder contenerse. Aunque Francisca no se caracterizaba por guardarse las cosas. Si algo le molestaba, lo decía, sin pensar cómo podía herir a los demás.

—Mamá —reprimió William.

—Es la verdad, Dahlia tenía buenas notas, tenía un futuro brillante, pero ese hombre que tiene como padre no solo le arruino la vida a su madre, también a ella. Incluso de mi bebé Liv —agregó, al acoger a Liv cuando fue echado de su casa al exponer su orientación—. Pero a pesar de eso, Dios le brindo buenos hijos, que a pesar de sus tratos están para él, en cambio, yo, que di todo por el mío, es un malagradecido -dice.

BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐Where stories live. Discover now