🖤CAPITULO 38🖤

320 44 3
                                    

Al salir de edificio, se encontró con Viktor en su espera, algo que la hizo rodar los ojos.

—Parece que gozo de privilegios —dijo Dahlia, avanzando a él.

—No tienes privilegios, solo te quiere puntual en su casa, y no pareces alguien responsable con la hora —expuso Viktor, para seguido cerrarle la puerta antes de poder darle una contestación.

Dahlia espero que entrara al auto para continuar la conversación, fastidiaba por su comentario, aunque tenía razón, ser puntual era algo que no se le daba muy bien. Pero antes de poder decir una palabra, Viktor se colocó unos audífonos y comenzó a hablar por teléfono.

—Ten preparado los archivos, vamos para allá —dijo con frialdad—. No me interesa si no han dormido nada, la fecha de entrega era hoy. Si aprecias tu trabajo espero que logren terminarlo en mi trayecto a la empresa, si no es así considérate desempleado. No pongas de justificación tu salud, solo cumple con la fecha, el señor Beck te dio esta oportunidad, no lo arruines, si no regresarás al pozo de donde te saco —colgó.

Dahlia miró con inquietud a Viktor. Era tan frío como Brayan, y esa era la razón por la que congeniaban.

—Haz bien tu trabajo si no quieres terminar en un cesto de desechos —dijo Viktor, al cruzar mirada con ella a través del retrovisor.

—Recuerda bien tus palabras, que no eres inmune a comer un error —se defendió—. Porque hoy le eres útil, pero mañana quizás ya no —dijo, para seguido centrar su atención en la ventana.

Al llegar al edificio se dirigió al último piso, en donde lo esperaba la encargada de la recepción de la oficina del señor Beck, quien discutía a susurros con un hombre con el rostro demacrado y cabello alborotado.

—Buenos días —dijo, para llamar su atención—. Viktor me envió por unas capetas para llevárselas al señor Beck, quien trabajara en casa el día de hoy.

—Buenos días, aquí están —señala la pila de carpetas sobre la barra de cristal.

Eran demasiadas, como se supone que pueda cargarlas.

—Él te ayudará —dijo la mujer, al ver la cara de inquietud de Dahlia.

—Se lo agradecería —sonrió con alivio, más el hombre bufo con irritación y tomó la mitad de las carpetas, avanzando al elevador.

La mujer detrás de la recepción se mostró apenada por el comportamiento del hombre, algo que confundió a Dahlia, ya que ella no era quien estaba siendo grosera.

Dahlia tomó las capetas restantes y se unió al hombre, quien mantuvo su mirada al frente y mascullaba cosas que la hicieron creer que estaba loco.

Al llegar a la recepción, Dahlia guio al hombre hasta Viktor, quien abrió la puerta del auto e hizo que las dejara en el asiento, para seguido acercarse a Dahlia y estirar sus brazos para tomar las que sostenía, dejándolos sobre las demás.

—Entra —le ordeno Viktor a Dahlia.

Dahlia entro al auto y Viktor cerró la puerta, para seguido alejar un poco al hombre del auto y hablar con él. Viktor mantenía un rostro sin expresión, pero a su vez podía percibir que lo estaba reprimiendo, acto seguido sujeto el brazo del hombre y le levantó la camisa. Por lo que él hombre se liberó sin parecer brusco y le dijo algo. Viktor asintió y seguido colocó su mano sobre el hombro del hombre, quien hizo una mueca de dolor. Viktor le dijo unas últimas palabras antes de dirigirse al auto.

El recorrido fue silencioso, hasta que se adentraron a lo que parecía ser una loma privada, con un camino lleno de pinos y un pequeño rio a la distancia.

BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora