🖤CAPÍTULO 20🖤

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—Señor, la señorita Olivares llego segura a su casa —informa Viktor.

—Bien, has que alguien la mantenga vigilada, Millan no debe acercarse a ella, menos ponerle la mano encima —no iba a permitir que alguien tan idiota como Millan le jodiera un plan.

—Si señor.

El sonido de la puerta, ser abierta, captura la atención de todos, pues iba entrando la jueza Asher con un despampanante vestido rojo. Brayan la miro con interés, al ser el mismo diseño que traía la Dahlia, más a ambas les lucía diferente, la jueza resaltaba elegancia y clase, y Dahlia carácter, poder y seducción.

—Wow, se ve increíble jueza —halaga Tarid, acercándose a ella y a Brayan—, incluso luce más que el cumpleañero.

—De hecho, estoy a punto de hacer un berrinche por robarme la atención —agrega Millan, uniéndose a ellos.

—Está en todo su derecho, es de envidiar la hermosa dama frente a nosotros —dice Brayan, haciendo ruborizar a Asher con sus palabras—. ¿Qué le parece si me acompaña a bailar? —da un paso a ella y ofrece su mano.

Encantada, Asher la toma y se deja guiar al centro de la pista. Ella se tensa al sentir la mano de Brayan sujetarla de la cintura y atraerla a él, haciéndola mover al ritmo de la música.

—No veo al comandante, ¿decidió no asistir a la fiesta? —pregunta, para desaparecer sus nervios.

—Es porque está de caza con uno de mis socios —responde, refiriéndose a Chiperi, aunque ella no podría deducirlo.

—Oh, no sabía que gustaba de ese deporte tan salvaje —murmura, ingenua.

—Qué le parece si cambiamos de tema —la hace girar, y pega de nuevo a él—, y vamos a un lugar más privado —agrega.

Asher estaba tan cerca de su rostro, que dejo de respirar. Brayan deslizo su mano a la de ella y guio a la salida.

Avanzaron en silencio, hasta que llegaron a una terraza. Brayan libero su mano y contemplo su enigmática ciudad, en donde en algún punto de ella, Adam acorralaba cada rata de mamá Darling y las encerraba en una caja de metal, mientras ardía en llamas.

—Señor Beck, yo...

—Viktor me dijo que ya le envió la información de la persona que asumirá todos los cargos, y algunas pruebas —la interrumpe.

El rostro de la Asher se llena de decepción, al ver de lo que realmente quería hablar el señor Beck.

—Mañana será detenida e iniciará su juicio —responde.

—¿Cuánto cree que dure el juicio? —pregunta.

—Unas semanas.

—No tengo unas semanas —menciona—. Así que luego de ser detenida, quiero que infiltren información a la prensa, que su caso esté en todas las televisivas, para crear presión en los fiscales, jueces y jurado.

—Señor Beck, quizá lo mejor sea...

—Quiero que le den la pena de muerte —interrumpe.

—¿Eh?

—Pero no la inyección, quiero que sea la silla eléctrica y sea transmitida en directo.

Asher paso saliva con dificultad. Esa mujer era culpable, por ser cómplice e hija de Darling, al llevar a cabo sus actos, pero mostrar su muerte de aquella manera a la sociedad era atroz.

—Señor, puedo solicitar la grabación para enviársela, pero creo que es demasiado transmitirla en vivo, no toda la sociedad está preparada para ver este tipo de cosas, puede generar perturbación.

—No existe perturbación cuando crees que lo merece, y cuando todos vean lo que hizo, festejaran el momento —regresa su atención a la ciudad—. El mundo es malvado e injusto, jueza, más de uno hemos visto la corrupción en esta sociedad, dejando casos y muertes impunes, así que dejemos que algunos disfruten de la justicia, al menos por una vez en su vida.

En ese momento, su celular vibra al igual que el de la jueza, pero solo Brayan lo saca de su bolsillo y deja reproducir el video que le ha enviado el comandante Adam.

—Parece que Adam hizo su trabajo, espero que usted haga lo mismo, y no me decepcione —menciona, pasando por su lado.

Nerviosa, saco el celular de su bolso y fue directo a mensajes, y dejo reproducir el video que le fue enviado.

En el video aparecía un remolque envuelto en llamas. Podía escuchar los gritos de las personas, quienes golpeaban el metal en busca de huir, y las risas de quienes lo contemplaban.

Lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de la jueza, mientras su corazón latía con fuerza contra su pecho y sus manos temblaban.

‹‹Parece que Adam hizo su trabajo, espero que usted haga lo mismo, y no me decepcione››

Las palabras del señor Beck resonaron en su cabeza, lo que la hizo sentir algo subir a su garganta. Corrió al baño, pero su cuerpo no expulso nada, más la sensación se mantenía en la boca de su estómago y garganta.

Acercándose al espejo, contemplo su rostro rojo.

Esas personas habían hecho cosas malas, era consciente de ello, pero ¿merecían morir de aquella manera? Y si era así, ¿esos significaban que ella tendría un fin parecido?

Negó, no, ella estaría bien, el señor Beck cuidaría de ella, no había hecho nada malo, ¿no?, solo había ayudado al señor Beck a llevar la justicia a personas que lo merecían, y omitido ciertas cosas para así hacerlas pagar.

—Sí, ninguno era inocente, ninguno —repitió, mientras limpiaba su rostro y retocaba su maquillaje—. El señor Beck solo está cuidando a la ciudad y sus habitantes. Somos lo más importante para él, por eso hizo pagar a quien lo merecía.

Cuando estuvo lista, sonrió al espejo y salió del baño, en busca del señor Beck, debía mostrarle que era fuerte, que podía confiar en ella, para que así, la convirtiera en su mujer algún día. 

NOTA DE AUTOR:

Nadie dijo que Brayan fuera un santo, y que la jueza inteligente e inocente. 

BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐Where stories live. Discover now