🖤CAPÍTULO 53🖤

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Al llegar al estacionamiento, Tarid sujetó del brazo a Adam para detenerlo antes de que subiera a su auto.

—En verdad no has traicionado al señor Beck —preguntó con dudas de su lealtad, pues si era capaz de traicionar a Beck con más facilidad podía traicionarlo a él.

—¿Crees que soy tan idiota? —se mostró ofendido—. Tengo este puesto y poder por él, no echaría al caño todo solo para ganármelo de enemigo. Solo mira a mamá Darling, se ha convertido en rata de alcantarilla.

—Aun así, fuiste estúpido y bajaste la guardia, causándonos este problema.

—No fui el único responsable, o ya olvidaste que fuiste tú quien me ordeno recortar el personal, por lo que hacer guardias en toda la ciudad se volvió complicado —dijo—. Dime, cuanto has robado que me exiges tener cierta cantidad de empleados y bajar sueldos.

—No he robado nada.

—Aja, no soy idiota, ¿Cuál otra razón hay para que me obligues a registrar que tenemos más empleados de los que en realidad hay?

—Cuida lo que sale de tu boca —dio un paso hacia Adam.

—No, cuida tú lo que haces, si te descubren que joderas a mí también. Porque puede que no estemos traicionando al señor Beck, pero le estamos ocultando cosas que si descubre somos hombres muertos.

—¿Y tú crees que no sabe ya lo que estamos haciendo? —cuestionó Tarid—. Lo sabe, pero no ha dicho nada porque somos leales a él, no al pueblo, aparte nos necesita, y mientras sea así podemos hacer lo que queramos. Solo recuerda lo que dijo, no tenía pruebas de tu traición y por eso te dejo vivir, así que si soy leal estaré a salvo.

—Estarás a salvo mientras no hagas otra estupidez, porque hoy yo me hundí por ti, pero la próxima no pienso quedarme callado, así que cuida tus pasos —advirtió Adam, para seguido entrar a su auto y partir de ahí.

Tarid vio marchar a Adam. Él era el presidente y el su soslayo, pero su lealtad la tenía el señor Beck, y eso le molestaba un poco, pero era inteligente y sabía que debía temer de Beck y no desafiarlo, aunque por dentro deseara que cayera para dejar de inclinar su cabeza hacia él y levantarla para contemplar que la ciudad le pertenecía a él, porque el pueblo lo había elegido como su gobernador, y aunque el señor Beck lo había ayudado, no le podía dar todo el crédito, porque se había esforzado mucho para obtener la presidencia.

Sus pensamientos se interrumpieron y se vio obligado a subir a la banqueta cuando un auto se estacionó en el lugar que hace minutos atrás ocupaba Adam.

—Señor alcande, ¿Qué hace aquí? —preguntó Millan al bajar del auto.

—Solo vine a pasar el rato.

—¿En serio?, yo también —dijo divertido y acerco más a él—. Quizá nuestro destino el día de hoy es cruzar camino y divertidos un poco —lo rodeo con su brazo.

Su atrevimiento y altanería le irrito un poco. No le agradaba Millan, era un idiota de pies a cabeza, y las personas estúpidas no las toleraba.

—Estaba por retirarme —dijo con intención de apartar el brazo de Millan de él.

—¿Qué?, no, es muy temprano, así que halágueme con su presencia, yo pagare todo —agregó, sujetándolo con más fuerza—. Vamos, no me rechace, nos divertiremos, lo prometo —su tono había cambiado a un niño malcriado suplicando por dulces.

Algo que jamás rechazaba Tarid eran las cosas gratis, así que a pesar de que Millan no era de su agrado, decidió ceder.

—Bien, pero solo será una hora.

BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐Место, где живут истории. Откройте их для себя