BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐

🖤CAPÍTULO 44🖤

En el mundo el ser humano podía ser tan inteligente como estúpido, y aunque era considerado un ser razonal, algunos parecían más animales que humanos, se guiaban por instintos e impulsos, tomaban presas grandes que creían poder devorarlas, pero a veces ese impulso los guiaba a una muerte súbita.

Un destino que había elegido Francisco Salazar, al denunciarlo por agresión, y exigir una fuerte suma de dinero como compensación por daño físico y psicológico.

—Señor, la noticia ya está en todas las televisivas de la ciudad. Intente negociar con ellos, pero no están dispuestos a ceder, al aumentar su rating.

Brayan no dijo nada, permaneció en silencio, contemplando la ciudad. Ser expuesto de aquella manera afectaría su imagen y dificultaría la obtención de los barrios bajos, pero perder el control no era lo suyo, así que pensó de qué manera podía beneficiarse de la situación, pues una adversidad podía convertirse en una oportunidad, todo dependía de ver la situación desde otro punto de vista, y saber cómo usarla a tu favor.

Sacando el celular de su bolsillo, le mandó un mensaje a la jueza.

—Encarga un platillo de pollo dulce con piña —dijo, recordando el platillo favorito de la jueza—. Y habla con los ingenieros para hallar un precio justo a cada terreno, y seguido comienza a agendar las citas para la compra.

—Sí, señor —Viktor salió de la oficina, sin insistir en el anterior tema.

Brayan, sin apartar la mirada de su ciudad, marco un número registrado con la letra C.M.

—Recuerdas aquella ocasión que te ayude a cubrir el incidente del mal acto de tu hijo —preguntó, sin esperar un saludo de la otra línea—. Ha llegado el tiempo de que me devuelvas el favor.

—Qué es lo que desea, señor.

—Entrégame toda la información que tengas de Francisco Salazar —dijo.

—Señor...

—No creo que desee que tu hijo esté en televisión como yo en este momento, ¿no?

—No señor.

—Espero la información —colgó.

Martínez dejó el celular en la mesa y miró al hombre sentando frente a él.

—¿En qué estábamos? —preguntó Martínez a Salazar.

—En que necesito que uses tus fuentes para ayudarme a obtener información comprometedora de Brayan Beck.

—¿Estás seguro de que quieres meterte con alguien como él? —preguntó.

Una sonrisa curvó los labios de Salazar.

—Hace unos años, vi un pequeño fragmento que se quedó en mi memoria e iba así: Cuando un león ve un elefante piensa, me lo puedo comer, pero cuando un elefante ve un león piensa, me puede comer. No importa el tamaño, o el poder que tenga, puedo afectarlo y beneficiarme de ello, si mantengo una mentalidad fuerte. Es así como me he abierto muchos caminos, y me abriere otros más.

—No será sencillo, tendrás que brindarme una buena suma, ayudarte en esto puede sentenciarme —expuso Martínez.

—Sabes que el dinero no es problema, solo pon un precio.

🖤🖤🖤

El estado de ánimo de Asher no era el más bueno de ese momento. Se encontraba irritada ante los juicios que tuvo, y su estado solo empeoro cuando el acusado ataco al fiscal del juicio ante la falta de control de su abogado.

Pues aunque Brayan había disminuido la violencia de pandillas y tráfico de drogas en la ciudad, seguían existiendo actos que rompían la ley y violentaba los derechos de los demás, situaciones en las que Brayan no tenía poder, aunque lo deseara.