🖤CAPÍTULO 39🖤

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Viktor se había marchado a atender asuntos en la empresa, mientras Dahlia permanecía de pie a lado de Brayan, observándolo leer carpeta tras carpeta, que mostraban propiedades de la ciudad vecina y su valor, las cuales la mayoría estaba terminando en el cesto de la basura.

El señor beck solo se estaba encargado de seleccionar las que deseaba, cuando un grupo de personas fue incapaz de dormir buscándolas. Pero era así la vida, cuando no seguías tu sueño y terminabas trabajando para conseguir el de alguien más, hacían el trabajo duro, mientras otros se llevaban el crédito.

—Dahlia, parece cansada, porque no te sientas —el señor Oscar señalo el lugar frente a la cama.

—Baja a preparar una canela —ordeno Brayan.

—Hay alguien que se encarga de ese deber, ¿Por qué tiene que ir ella? —intervino su padre.

—Solo hazlo —dijo Brayan a Dahlia, ignorando a su padre.

Ella avanzó a la puerta y salió de la habitación, en dirección a las escaleras, llevándose la mano al pecho al sentir un dolor incómodo.

Al ubicar la cocina, miró con detalle la mezcla de tecnología y a su vez tradicional. ¿Cómo es que el señor Beck lograba que dos cosas que solían competir se complementaran tan bien?

Sentándose en un banco, se quitó los tacones, no había seguido la orden de Brayan por ser obediente, sino que sus pies la estaban matando ante las tres horas que la tuvo de pie a su lado, sin mencionar que no se sentía muy bien, al comenzar a dolerle su pecho

Luego de tomar un breve descanso, se dispuso a buscar la canela y algún objeto para hervir agua, pero esa cocina parecía ser la puerta a Narnia.

—¿Quién le permitió entrar aquí? —La voz repentina a su espalda la sobresalto tanto que accidentalmente hizo caer un vaso de cristal que se encontraba cerca la barra, así como el dolor en su pecho aumento.

El sonido del cristal lleno toda la habitación, haciéndose escuchar como si hubiera tirado una vajilla completa.

—Lo siento —dijo a la mujer de rasgos asiáticos que los había recibido, quien la miró con ira.

Parecía estar a punto de reprimir su descuido, quizás gritarle y herirla con algunas palabras filosas, pero Brayan entro a la cocina.

—¿Qué sucedió? —preguntó, mirando el cristal cubriendo partes del suelo y seguido a ellas.

—Dejo caer su vaso favorito al suelo —respondió la mujer.

Brayan la volteo a ver.

—Fue un accidente, ella apareció de la nada y me asusté —justifico.

—Lo descontaré de su salario —se dirigió a Dahlia.

—Pero ha sido un accidente —repitió, con la mano en el pecho por el dolor.

—Prepárame una canela y llévala con mi padre —ordeno a la mujer asiática, ignorando a Dahlia.

—Si señor.

Brayan se dio la media vuelta, pero Dahlia se atravesó en su camino.

—¿No crees que esté siendo exagerado por un vaso que parecía de veladora?

—Recoge los cristales —fueron sus únicas palabras, para seguido rodear.

Dahlia lo vio salir de la cocina, para seguido soltar un suspiro de frustración.

—Que parte de su vaso favorito no entendiste, mujer —murmuró la señora. Dahlia no le dijo nada—. En aquella puerta están las cosas de limpieza, recoge todo de inmediato para evitar más accidentes —ordeno.

Dahlia, comiéndose toda la ira que sentía, fue hacia la habitación para recoger los cristales. Pero se sintió un poco mareada, por lo que se sujetó con fuerza de la perilla de la puerta, al tiempo que el dolor en su pecho aumentaba.

‹‹Dahlia, no estás tomando el tratamiento, y si quieres vivir, debes seguirlo como se debe. Sé que dices que es caro, pero no veo otra opción, si sigues así tus días comenzarán a ser contados››.

Recordó las palabras de advertencia del doctor. Para seguido intentar respirar con más calma. Tomaría el tratamiento, solo debía aguantar unos días más, la quincena está cerca.

Abrió la puerta del closet y tomó una escoba y recogedor, para seguido avanzar al área donde se encontraban los restos de cristal.

Comenzó a barrerlos con lentitud, ante el dolor y lo mucho que se estaba forzando en no desmayarse. Después del accidente, esta era la tercera vez que su cuerpo le recordaba que no estaba bien, y una parte de ella se sentía asustada, porque era la primera vez que le ocurría fuera del hospital.

Al sentir que su vista se tornó borrosa soltó la escoba y sujeto de la barra con fuerza. Escuchó que la señora le decía algo, pero sus oídos zumbaban, y seguido su cuerpo perdió las fuerzas y tan solo unos segundos todo su alrededor se tornó oscuro.

🖤🖤🖤

Brayan contemplo los puntos rojos de Dahlia en su brazo, piernas y mejillas, que le habían provocado los cristales que se enterraron en su piel al perder la conciencia y caer sobre ellos.

—Despertará en unas horas, su estado es tan crítico, debe tomar el tratamiento lo más antes posible si no puede morir en cualquier momento. ¿De casualidad sabe cómo se ocasionó ese daño en la arteria?, con ella es el tercer caso de aorta torácica reconstruida que he visto.

—Accidente de tránsito, fue atropellada —responde Brayan.

—Los cirujanos hicieron un buen trabajo, es raro que los pacientes que sufren este daño sobrevivan —expuso—. En todo caso, señor Beck, necesitaré contactarme con su médico encargado, para abordar la condición de la señorita Olivares.

—Viktor le proporcionará esa información en una hora —dijo.

—Bien, en ese caso me retiro, cualquier cosa que necesite me informa, con permiso —el doctor Domínguez salió de la habitación, justo en el momento que un mensaje llego a su celular.

S. Viktor

He arreglado todo, el seguro médico de la empresa cubrirá el tratamiento de la señorita Olivares. Leyó.

Esta situación complicaba su objetivo, pero haría lo posible para que Dahlia estuviera bien, hasta que dejara de necesitarla. 

NOTA DE AUTOR:

Nuestra Dahlia puede tener una mentalidad fuerte, pero un cuerpo muy frágil, y el señor Beck  toma cualquier oportunidad ante la fragilidad de los demás. 

PD: ¿Cómo aprovechara esta oportunidad el señor Beck?

BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐Where stories live. Discover now