🖤CAPITULO 31🖤

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Mientras Dahlia instalaba el proyector para la reunión en la sala este, la puerta fue abierta, entrando un castaño de ojos oscuros, que mantenía su atención en las hojas de una carpeta.

—Necesito diez copias de esta carpeta —ordenó, levantando la mirada de la carpeta y dirigiéndola a la secretaria encargada. La cual no espero que le fuera tan familiar— ¿Dahlia? —dijo son sorpresa— ¿Trabajas aquí?

—Hoy es mi primer día —avanzó hacía él—. Me permites —señala la carpeta.

—Ah, claro, necesito diez.

—Lo sé, te escuché, si me disculpan, iré a sacar las copias —rodeo a William y salió de la sala.

William se mostró confundido, por lo distante que había sido Dahlia.

—¿Se conocen? —preguntó Viktor.

—Em, sí, fuimos compañeros en preparatoria y también es mi exnovia.

—Supongo que no terminaron bien —comentó Viktor.

Había investigado la relación que tenían ambos, pero la información obtenida fue muy escasa y con falta de credibilidad, por ello no se la había presentado al señor Beck.

—No, bueno sí —se rascó la nuca—. Es complicado de explicar, pero tuvo sus razones para terminar, aunque no de la manera más madura, algo que se entiende por nuestra edad en ese tiempo, pero lo importante es que ahora estamos bien. De seguro solo fue distante porque está en el trabajo.

—Te gusta aún.

William lo miró con interés, ¿Por qué estaba tan curioso en su relación con Dahlia?

—No lo sé, los dos hemos cambiado, necesito conocer su nueva yo para afirmar eso —respondió al final.

—Bien, en ese caso conócela cuando termines el proyecto, al señor Beck no le gustan que sus empleados tengan cierto tipo de distracciones que arruinen sus planes —terminó de conectar el proyector y salió de la oficina.

William lo miró con desconcierto, ante sus palabras, pero ahora entendía su razón de preguntar si le gustaba Dahlia.

Ante el sonido vibrante de su celular, lo saco del bolsillo y miró el contacto, para seguido dejar viajar la mirada por todo el lugar. Podía desviar la llamada, pero sabía que seguiría insistiendo hasta que contestara. ¿Por qué tenía que ser tan inoportuno siempre?

—En este momento no puedo hablar, estoy en la empresa —colgó.

Brayan era alguien bastante inteligente, como controlador, y podía apostar que tenía cámaras y micrófonos por toda la empresa, así que no se debía arriesgar.

🖤🖤🖤

Mientras sacaba las copias, algunos empleados presentes en el área, mantenían su atención fija en el televisor, en donde se anunciaba que este fin de semana Adriana Darling sería ejecutada con la silla eléctrica.

Las criminales, con cargos graves, solían recibir actualmente la inyección, pero en este caso, harían la excepción, y todos parecían feliz por ello, pues incluso su abogado no apelo, o solicito alargar la fecha de dicha condena.

Cuando la reportera anuncio que el acto no sería transmitido en vivo, sintió un gran alivio para la sociedad, quien no debería sentir curiosidad por ver esos tipos de actos, porque una cosa era creer que hacen justicia, y otra que crean que morir lo sea, despertando ese deseo palpitante de sangre, de ser arrebatada una vida a manos del hombre y no por una orden divida.

Era verdad que no existe alguien totalmente bueno o malo en el mundo, pues la mente humana estaba invadida de pensamientos oscuros, retorcidos y siniestros, más que aquellos positivos, porque la maldad y cada cosa que la constituye estaba incrustada en sus mentes, guiadas por sus emociones, como un chip, que esperaba cualquier detonación para ser liberada.

BRAYAN BECK (TEMPORADA I y II)⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora