Capítulo 26

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MENTIRAS Y PECADOS:

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MENTIRAS Y PECADOS:

Juro por Dios que soy un pecador en una iglesia ardiendo por ti. Juro por Dios que ella es una bendición y una maldición. Juro por Dios que debería haber aprendido a no coger con chicas como tú.


AIDEN 

Era un día lúgubre como la mierda.

Y sería más aún un asco de persona si no me hubiera lamentado ni siquiera un poco por la muerte de Stacy. Maldición, debía mostrar por lo menos algo de respeto y compasión por ella, aunque ya no respirara. Había conocido a su familia desde siempre, su madre y mi madre solían ser amigas.

La vida generalmente es una mierda, pero parado en aquel funeral, comenzaba a lamentarme por el maldito día en el que el padre de Stacy había decidido traicionar a Heck. Sus acciones y las de su hija lo había puesto directo como una bala perdida en mi camino.

Debía pensar con la cabeza fría, pero aun así, no podía terminarme de tragar el cuento de que ella estaba muerta gracias a una de sus tantas sobredosis con metanfetaminas. No era un imbécil, había visto y tocado demasiados cadáveres en mi corta vida como para darme cuenta de todo el vacío en la investigación que estaba dejando la policía.

Si alguien estuviera detrás de esto, lo descubriría y le patearía el trasero hasta hartarme, pero con Kira, si fuese ella, las cosas serían de otro modo.

Si ella tenía algo que ver, debía limpiar el desastre por mí mismo, antes que Heck tomará parte del asunto.

No estaba enojado con Kira, estaba cabreado. No podía simplemente llegar y revolver la mierda de todos y luego matar a alguien tan visible como lo era Stacy. Era la muñeca preciada de mi tío, y por supuesto que él no la había matado. La única que la odiaba lo suficiente como para planear por años deshacerse de ella era Kira.

Tenía debía controlar su idioteces, pero no podía esperar nada bueno si estaba jugándose y teniendo la compañía de Riven. Era un claro presagio del desastre que iba a causar.

Kira era del tipo de persona que actuaba por impulso y los celos en ella siempre habían sido viscerales. Stacy se acercó por mi culpa, era inevitable no sentirme como una mierda por lo que había pasado. No me arrepentía, no era como si iba a desear que las cosas no hubieran sucedido para nosotros, o que solo tal vez fueran de una forma diferente.

Sí, muchas de esas cosas eran ciertas; Stacy había sido una adicta el último par de años. Una adicta descontrolada, que se pasaba más mierda por la nariz, que agua por el cuerpo.

Esas cosas no habían tenido que ver conmigo. Nunca le di alas. Nunca le dije que se acercara a mí, más bien, lo contrario. Le había pedido que se mantuviera lo más lejos posible, solo porque a Kira no le gustaba tenerla cerca.

Mátame Sanamente Where stories live. Discover now