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 El viento estaba paralizado. Volvía a sentir la arena bajo mis pies lo que me señalaba que a estar en el desierto. Vi la escena donde Jafar pisaba la cabeza de genio, para decirle que ahora era su nuevo amo y debía concederle sus deseos. El cual el primero, era ser el sultán.

 La escena cambio rápidamente, siendo arrastrada por una fuerza misteriosa hasta el castillo de Agrabah, donde las nubes de mal augurio se cernieron sobre el reino, oscureciéndolo. El padre de Jazmín, por arte de magia, fue despojado de sus ropas las cuales fueron hasta Jafar, quien se convirtió en el nuevo sultán.

 Aladdin, quien estaba a mi lado, se saco confiado su turbante pero esta se borro al ver que su arma secreta ya no estaba en sus manos. De un momento a otro, el genio estaba sobre todos nosotros, arrancando el palacio de la tierra. En un intento de salvarlos, el joven príncipe voló con su alfombra a intentar hacer en razón al genio pero...


"Lo siento, Al. Tengo un nuevo amo." Contesto el triste espíritu, al mismo tiempo que dejaba la edificación en un terreno más alto, lejos del pueblo.


 Jafar, insatisfecho por no poder hacer inclinarse ante él a la antigua familia real, pidió su segundo deseo. Aun con el intento de Aladdin de desviar el dedo de su amigo, no pudo evitar lo inevitable. Entre risas malvadas, las ropas del nuevo sultán comenzaron a cambiar.


"Damas y caballeros, démosle una cálida bienvenida al gran hechicero Jafar." Anuncio Iago al momento que la transformación de su dueño había terminado.

"Ahora, ¿Dónde me quede? Ah sí, ¡Tienen que humillarse ante mí!" vocifero el hombre, apuntando con su báculo a Jazmín y su padre, quienes se inclinaron por la magia maligna.


 Y por alguna extraña razón, ese poder también me había afectado.

 Pero su venganza no terminaba allí, diciendo a la princesa que deseaba con ansias que conociera a alguien, comenzó aquella canción que me daba pena escuchar desde niña. Levantando con esfuerzo la cabeza (debido a la posición a la que estaba obligada a permanecer) pude ver como Jafar apunto su magia hacia al protagonista, volviéndolo a lo que era antes.


"Saluda a tu precioso príncipe Ali."

"O mejor dicho, Aladdin."


 El chico intento explicarle a su amada los motivos de su engaño, pero Jafar no le dio ese placer y lo mando hasta una torre del palacio junto con Abu.

Twisted wonderland: la princesa cisneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora