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 Rodeada de columnas monocromáticas veía elinterminable pasillo frente a mí. La luz sin color se filtraba por las ventanas, pero eso no servía para iluminar el escenario donde me encontraba. Parece que nuevamente he entrado en los recuerdos de alguien. Y ese es...


 — ¡Jamil!


 Escuche pasos rápidos dirigirse hacia mi junto aquel llamado. Un niño de cabellos albinos pasó a través de mí, corriendo hacia un niño de cabello castaño hasta los hombros.


— ¡Pasemos el rato juntos! Hoy es el día que te ganare en máncala.


Si ese pequeño es Jamil, entonces el otro es Kalim. Se veían tan tiernos.


— ¿Otra vez? Enserio Kalim, siempre te ganare. —suspiro el niño—Quisiera jugar algo mas...

— ¡Jamil! ¡Fíjate como hablar al joven maestro!


 Una mujer esbelta hizo presencia junto a un hombre detrás del infante, al cual la señora golpeo cómicamente en la cabeza. El pequeño gimió, sobando el golpe que había recibido. Una risa se escapo de mis labios. Seguramente debe ser su madre y por lo tanto, el señor debe ser el padre.


—Joven maestro, gracias por considerar a nuestro tonto hijo un digno amigo. —dijo el hombre haciendo una reverencia hacia el albino.

—Tratar a sus sirvientes con nada más que amabilidad sin discriminación...—alabo la señora con una sonrisa temblorosa—esto es seguramente el fruto de su excelente educación, joven maestro.


Mientras ambos adultos se inclinaban hacia Kalim, pude ver esa mirada oscura en el pequeño Jamil. Una que un niño no debería tener. Eran los ojos de un alma vieja e inteligente que podía comprender la situación como un adulto...




Mi primer recuerdo es el de ver a mis padres inclinar la cabeza con sumisión hacia Kalim y su familia.

Odiaba verlos así.



Twisted wonderland: la princesa cisneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora