¿Cómo llego este pájaro aquí?
Es la pregunta que se hace el director al ver un blanco cisne, ser perseguido por un pequeño monstruo.
¿Cómo llego esta chica aquí?
Se preguntan todos los alumnos de Night Raven College, al ver una joven desconocida dea...
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—Que suertudo eres, Ruggie.
El mencionado se encontraba haciendo sus deberes, antes de que llegara el profesor, en cuanto recibió una palmada en la espalda por parte de uno de sus compañeros. Levanto la vista para mirar al chico de orejas de oso enarcando una ceja.
— ¿De qué hablas?
—No te hagas el tonto. Te lo tenias bien escondido, ¿Eh, pillin? —lo abrazo por los hombros sacudiendo su menudo cuerpo— Para que ese primor venga a buscarte. ¿Qué truco usaste?
Abrió la boca pero no soltó ni una palabra. Giro su cabeza hacia la entrada del salón, abriendo los ojos al reconocer la figura de Odette. Su rostro estaba de perfil,sus manos entrelazadas y su espalda reposando en el marco de la puerta. ¿Para qué vendría a verlo? Se safó del agarre del otro chico y camino hacia ella.
— ¿Otra vez tu, linda? Comienzo a creer que me estas acosando. —dijo con una sonrisa y sus manos detrás de su cabeza— Todos van a soltar rumores sobre nosotros. Aunque a mi no me molestaría.
— ¡Los rumores que van a correr es sobre como el gran Grim te dio una paliza! —hablo el felino levantado su puño.
—Ruggie Bucchi. —al lado izquierdo de la muchacha apareció el temido líder carmesí, quien fulminaba al de orejas mullidas con la mirada— Nos gustaría hacerte unas preguntas sobre los accidentes que han ocurrido a ciertos jugadores.
—Oh...eso no suena como una conversación amistosa. —susurro el rubio ceniza extinguiendo su risa.
— ¿Puedes acompañarnos afuera? —esta vez apareció Cater a la derecha de Odette, pero con una sonrisa que ocultaba sentimientos para nada agradables.
—Entiendo, entiendo. Así que por favor dejen esa aura amenazante. —Ruggie levanto las manos en señal de rendición y bajando sus orejas.
Una vez salieron caminaron hasta quedar en un rincón del pasillo, lejos de las miradas curiosas de quien rondara a estas horas. Tanto Riddle como Cater escoltaba a un despreocupado Ruggie, mientras la chica y el gato los seguían desde atrás. Ella recordaba las palabras que les había dicho el pelirrojo antes de ir a buscar al presunto sospechoso.
