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 Los primeros rayos de sol acariciaron el rostro de la joven, quien solo se escondió debajo de la almohada.  seguido de esto sintió molestia en su nariz, lo que la hizo despertar en su intento de no ser molestada. Dirigió su mirada a la extraña cola del gato acurrucado a su lado, que era la culpable de su irritación.


—En verdad no estoy soñando...—soltó en voz baja frotando sus ojos.


 Después de esa montaña rusa de emociones el director volvió a escoltarla al dormitorio abandonado. Entre las tantas habitaciones tuvo que buscar la menos peor, pues todas estaban en pésimas condiciones. Sacudió sabanas y ventanas antes de echarse a la cama. Comenzó a estirar sus brazos, en verdad había dormido como una roca.


—He, he he, ¿Acaso no deberían levantarse para ir a limpiar la escuela? —escucho decir de uno de los fantasmas que apareció en la habitación.

"Es verdad, había olvidado el trato con el director Crowley para que Grim y yo pudiéramos quedarnos en el campus."

—Buenos días, señores fantasmas ¿Que hacen aquí? —saludo Odette mirando como los tres alzaron sus sombreros en forma de saludo.

—Solo venimos a decirle al gato que si sigue holgazaneando, tal vez nunca vuelva a despertar.

—Como nosotros hihihi.


 De repente Grim despertó por el susto, viendo que aquellos fantasmas aun no se habían ido. Justo cuando los cuatro iban a ponerse a pelear la dulce voz de la jovencita los detuvo.


—Yo quería disculparme con ustedes, los asuste en el momento que volví a mi forma original —se acerco al mas pequeño acariciando su cabeza— Incluso ahora deben aguantarnos a los dos en su hogar, en ver lo siento.

—Oye enserio, ¡¿Por que te disculpas?! ¡Nos querían matar!

—Seguro por que se sienten solos aquí, ¿No es cierto? — miro a los tres con ternura—No me imagino vivir tanto tiempo sin nadie con quien hablar, ver como otros se van mientras ustedes siguen aquí. Incluso no me imagino lo que debieron sufrir cuando perdieron a sus seres queridos. Debió ser difícil.


 Los tres fantasmas no pudieron aguantar tanta empatía hacia ellos (algo que nunca les había pasado desde que pasaron a la otra vida), por lo que se largaron a llorar acurrucándose junto a ella. El gato miraba incrédulo como los abrazaba y consolaba diciendo que seria su amiga.


"Esta loca" pensó el monstruo.

"Es un ángel" pensaron los fantasmas.

Twisted wonderland: la princesa cisneWhere stories live. Discover now