¿Cómo llego este pájaro aquí?
Es la pregunta que se hace el director al ver un blanco cisne, ser perseguido por un pequeño monstruo.
¿Cómo llego esta chica aquí?
Se preguntan todos los alumnos de Night Raven College, al ver una joven desconocida dea...
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El trío persiguió a Grim desde la calle principal hasta la cafetería de la escuela. Lo encontraron colgado del candelabro aprovechando que no podían volar, a excepción de la castaña, pero no era algo que controlaba a voluntad y mucho menos quería que los otros dos lo supieran.
—Creo que tengo una idea para que baje. Iré a buscarlo y por nada del mundo hagan algo tonto.
Con esto, Odette termino por irse hasta la cocina.
—Padre nuestro que estas en el cielo...¿Que hice para merecer esto?
La castaña dejo caer el plato con comida de sus manos causando que este se hiciera añicos en el suelo. Casi suelta un grito de horror al ver el candelabro destrozado junto a un Grim inconsciente, un Ace sobando su espalda y Deuce agarrando su cabeza preso del pánico, gritando algo sobre "no haber pensado el aterrizaje".
—Tu...¡¿Eres idiota?! —grito el de pelo naranja una vez se levanto y se enfrento al peliazul—Tal vez tengamos al gato pero si el director descubre este desastre-
—¿Si descubro que, señor Trappola?
Odette tembló al sentir una oscura presencia detrás de ella, mucho mas al saber quien era. El hombre hizo un gran escándalo con la escena que tenia frente a sus ojos dorados (o mascara...quien sabe).
"Ahora si siento el verdadero terror..." pensó la muchacha.
—¡No puedo soportarlo mas, todos están expulsados en este instante!
Tampoco hace decir el grito del cielo que pegaron todos al escuchar el veredicto final de Crowley.
—¡No puede ser! ¡Por favor, cualquier cosa menos eso! ¡Todavía tengo cosas que hacer en esta academia! — suplico Deuce.
—¿Así que te arrepientes del acto tonto que has hecho?
—¡Haré lo que sea para compensarlo, hasta incluso pagare el arreglo!
—Tristemente para usted, este no es un candelabro cualquiera —dirigió su mirada al objeto—Es uno encantado con velas que nunca se apagan, un tesoro hecho por un legendario maestro de herramientas mágicas. Estuvo aquí desde que la escuela fue construida motivo por el cual... —rozo su barbilla con sus afiladas garras— si pensamos un precio según su valor histórico, no costaría menos de un billón de madólares.
