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Edén.

Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo provocaron a ira con abominaciones.

Deuteronomio 32:16

ºº

- ¿Un baile? – Inquiere Luca, con tono adormilado, a través de la llamada telefónica que mantenemos hace más de una hora. – Ya sabemos cómo terminó la primera vez que se encontraron en un baile vos y Caín.

Pongo los ojos en blanco aunque sé que no puede verme. El teléfono se encuentra sobre mi cama mientras me alisto para ir a desayunar a la cafetería de la central. Hace días vengo durmiendo aquí, ya que las horas de entrenamiento se han intensificado para cuando llevemos a cabo la misión. Y porque quiero evitar cruzarme con Caín. Fue ayer cuando tuve la magnífica idea de realizar un banquete para convencer a los socios de entregarnos con anticipación el armamento, y así dejar de posponer la primera fase de la misión.

Durante toda la exposición sobre el caso mi mente divagó por los recuerdos de nuestro encuentro previo en el gimnasio y lo mucho que me costó alejarme de su calor. Para mi suerte no tuve que enfrentarlo a la hora de dejar el nuevo informe en su oficina, porque desde el tenso encuentro posterior al anuncio y mi cambio de pensar frente a la ofensiva no sabría cómo actuar; pero si me vi atrapada con él cuando iba a finalizar mi rutina de danza y cardio, encontrándome asfixiada por la soledad del gimnasio y su demandante presencia. Mi primer instinto fue retirarme sin darle explicaciones pero su tajante actitud activó mi modo más desafiante.

Caín no perdió la oportunidad de ser un hijo de puta cuando notó que mi cabeza no estaba presente en la junta y mi gloriosa idea del baile parece haberlo convencido más de lo que quisiera admitir, tanto él como yo.

¿El problema? Todos mis vestidos de fiestas están en mi departamento. Sí, en el que vivía con Luca y se ubica en Colombia. Fui transferida con el único objetivo de perseguir y cazar a las Águilas Negras, y en eso no entraba asistir a bailes; Con los horarios ajustados y el poco plazo que se dio para la realización del festín no me veo en posición de viajar hasta mi tierra natal para buscar un par de vestidos, por lo que no me queda más opción que ir esta tarde en búsqueda de alguno para ponerle fin a este dilema que yo misma generé.

- Lo del baile en el EOEC fue pura casualidad. – Me excuso pero mi mirada en el espejo parece recriminarme ante la mentira. – Además ambos tenemos una imagen que cuidar. Él la de nuevo Almirante y yo la de la capitana que lleva la misión a cabo.

- Una capitana que comparte babas con su soldado y jefe. – Ríe Luca y yo cierro la puerta del armario con fuerza.

- No me hagas arrepentirme por contarte esas cosas, Luca.

- Sabes que no puedo evitarlo. – Suspira y el sonido de la madera de su cama crujiendo se distingue, seguido de unos susurros femeninos. – Debo colgarte, no querrás oír lo que pasará a continuación.

El mero hecho de imaginar a mi mejor amigo teniendo relaciones me produce arcadas. Luca cuelga y yo me dedico a trenzar mi cabello, siendo esto una norma obligatoria del uniforme. Tomo mis pertenencias y salgo de mi cuarto, preparándome mentalmente para lo que será un largo día.

ºº

- ¡Edén! – El grito de Mariah es acompañado del movimiento frenético de su mano en el aire, invitándome a sentarme junto a toda la tropa como ha ocurrido el último tiempo. Camino por el pasillo esquivando a los soldados hambrientos y me siento a la derecha de Mariah, quedando en el extremo de la mesa y frente a Valentino Murphy, soldado de mi tropa e ingeniero de la central.

- Buenos días. – Es lo primero que digo antes de tomar una manzana y morderla. Los miembros de la tropa corresponden el saludo a excepción de Fisher, pero sinceramente me ha dejado de importar que piense o diga de mí. Me odia y no hay caso. Junto a Valentino está Raziel, quien no despega su mirada de mi movimiento con la manzana. Ignoro ese suceso porque me niego a dejar cabos sueltos que lleven a los demás a pensar que entre nosotros pasó algo. Bueno, pasó pero solo nosotros lo sabemos. El escándalo de mi avistamiento saliendo semidesnuda del Ala de Hombres fue siendo olvidado poco a poco y prefiero evitar que mi nombre vuelva a estar en boca de todos.

Arder | Versión en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora