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Edén.

Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado - Respondió Jesús. -

Juan 8:34

°°

Cuando Raziel gira sobre sí, buscándome con la mirada adormilada y una sonrisa mañanera en el rostro, siento que voy a vomitar. Las cortinas de su cuarto están cerradas y la luz se filtra en el color celeste de estas, pero aun así puedo distinguir sus rasgos. Sigue con el torso desnudo, ya que su remera está en posesión mía. Su fragancia me inunda las fosas nasales y debo arrugar el rostro para evitar botar el alcohol que ingerí anoche. Sus sábanas negras, su camiseta, su habitación, él. Todo es demasiado.

Saca el brazo de debajo de la manta e intenta cazarme por la cintura, pero soy más rápida y brinco de la cama, saliendo de su lado. Puede que su estado somnoliento no le permitiese darse cuenta de mi reacción, de igual forma antes de que pueda decir algo, yo me he encerrado en su baño.

Dejo correr el agua de la canilla mientras, con ambos brazos estirados y las manos sobre el lavabo, fijo la mirada en el recorrido del líquido transparente. El sonido no calma mis pensamientos y al alzar la mirada, enfrentándome al reflejo, los recuerdos de la noche pasada me atacan.

Tras pedirle a Raziel que me escuchara, tal y como yo hice con su historia, algo se desató entre nosotros. Desconozco si se trata de nuestros problemas personales, el odio que tenemos hacia Caín o el simple hecho de estar jodidos, pero algo cambió.

Mi versión sobre la verdad fue que necesito acercarme a Caín para conocer qué le sucedió a mi madre y, aprovechando la oportunidad, saber por qué la central intenta ocultar la muerte de la suya. Al principio, Raziel no se vio muy convencido, pero mencionar que mis intenciones también incluyen el destruir a Caín en el proceso fue lo que necesité para que aceptara de forma casi inmediata.

Le expliqué que el plan requiere de mucha sutileza y depende de mi relación con él, por lo que no puedo alejarme de él a esta altura. Raziel se mostró en desacuerdo con esa parte, no lo culpo. Sin embargo, le prometí no alejarme de su lado, siempre y cuando contase con su apoyo para llevar a cabo mi plan.

Otra vez, aceptó sin dudar.

Quisiera decir que Raziel es un peón y ya. Que todo lo que pueda llegar a pasarle desde este momento no es de mi interés y debe ser así, pero no puedo. Es obvio que él siente algo por mí, y yo lo hago por él. Es una ventaja como también una condena. Sé que él está dispuesto a recibir un disparo por mí, pero, ¿Seré capaz de disparar? ¿Dejaré que la vida se le escape de sus grisáceos ojos sin derramar una lágrima? ¿O mis sentimientos hacia él afectarán al final ya escrito de esta historia?

Sacudo la cabeza, tratando de alejar esos pensamientos. Lleno mis manos con la helada agua y me enjuago el rostro dos veces, buscando enfriar mi cabeza. La noche anterior fue intensa, pero me aseguré que hay alguien dispuesto a todo por mi, y eso es lo que Moisés quería que hiciera. Ahora, solo debo dejar que todo marche como lo planeé.

El primer paso, descubrir la identidad del hermano d Caín.

Mientras más tenga a mi favor sobre él, más rápido será destruirlo. No será fácil, nadie ha dicho eso; Caín es inteligente y poderoso, una combinación mortal para cualquiera. Por el momento, y Dios quiera que sea así, él no sospecha sobre mi realidad, solo le causa curiosidad el misterio de mi madre. Sin embargo, indagar en mi familia y pasado es un pase directo a descubrir cosas que es mejor dejar enterradas. No por mí, sino por él.

La puerta del baño se abre, haciendo que la madera chille en el proceso. Cruzo miradas con quien está apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y usando solamente ropa interior. Un bulto sobresale de esta pero rápidamente corro la mirada.

Arder | Versión en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora