Capítulo 37

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Liam veía cómo su papá revisaba cuidadosamente al panda y ladeo su cabeza curioso, el pobre animalito se veía algo decaído y en eso observo las demás jaulas detrás de él, podían apreciarse varios tipos de aves y otras criaturas que nunca antes había visto en persona, le emocionada mucho estar en un lugar así, se preguntaba por qué su papi nunca lo había traído antes.

—¡Cómo qué embarazada! — exclamó red cruzandose de brazos.

Craig le acariciaba el estómago a la pequeña panda y la miró.

—Pues estando aquí sola, en una jaula con un panda macho las veinticuatro horas del día ¿Que te sorprende? — dijo tranquilo.

—Creí que aún era demasiado joven para eso.

—Que no te confunda su apariencia tierna, fozzy ya es prácticamente una adulta joven... Así que si, tuvo sexo a tus espaldas.

—Cielos, gracias por esa explicación tan directa, aunque no era necesaria. Entonces... Supongo que por eso ha estando comiendo más de lo normal. Eres una traviesa fozzy — suspiro resignada.

—Pues debería alegrarte la noticia, ahora tendrás más de estás adorables criaturas en el zoológico — sonrio mientras la seguía acariciando.

—Por supuesto que me da gusto, pero ahora necesitara cuidados especiales ¿no? — se agacho para acariciarla suavemente.

—Sólo dale el doble de comida de lo que acostumbras a darle, es normal que se sienta cansada y más hambrienta de lo normal por el embarazo.

—¿Sólo eso?

—Si descuida, no necesitará tanta atención especial, pero de cualquier forma avisame si de repente empieza a quejarse de manera constante o si deja de comer, entonces ahí sabre si algo va mal con su embarazo.

—Mm está bien... Estaré muy al pendiente de ella.

—¿Algún amigo más al que quieres que revise? — pregunto el azabache mirandola y después viendo de reojo al niño, quien tocaba la patita del otro panda desde detrás de la reja y reía. Al parecer cada animal lograba empatizar rápidamente con el pequeño.

—No gracias, así está bien. Sabes que soy buena cuidadora, así que no requiero de tus servicios tan seguido primo — mostró una sonrisa de medio lado y confiada.

—Aún así me necesitas — le sonrio igual de medio lado y esta bufo aburrida — no puedes negarlo. Por muy sanos que estén todos los animales de este zoológico es obligatorio que reciban atención médica profesional.

—Si si ya deja de ser tan creído — giro sus ojos y sonrio con burla — y no quieras llevarte todo el crédito, no eres el único veterinario que viene a este zoológico.

—Si lose...

—Pero no negare que eres en quien más confío, y definitivamente no lo digo porque seas mi primo, sino porque te conozco muy bien y se que te tomas tu trabajo muy en serio.

—... ¿A que se viene el alago?

—Maldición ¿acaso no puedo reconocer tu trabajo y ya? — levanto una ceja medio ofendida.

—No, no tiene nada de malo, sólo que es raro viniendo de ti.

—Dios, no soy tan cabeza fría cómo tu.

—Yo creo que si... De hecho tricia y tu son algo parecidas — Nombró a su hermana y red hizo una expresión de haber recordado algo.

—Ah, ahora que la mencionas, tricia me dijo que haría una fiesta está noche — le comento pensando en la pelirroja.

Un novio para papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora