CAPÍTULO 17

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Scarlett

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Scarlett

La luz de la luna llena se opacaba por la luz del amanecer y del sol iluminando el sendero del bosque cuyas orillas estaban emblanquecidas por la nieve acumulada. El evento en el imperio había terminado y todos regresábamos al refugio siendo, al menos yo, una persona distinta a la que era cuando llegamos. 

Solo recordar lo que había sucedido en ese castillo era suficiente para acelerarme el corazón. Areus dijo que me quería, pero no sonó como un "Me gustas" o un "Te amo". Él siempre lucía seguro ante sus sentimientos, en cambio, a mí me era imposible darle un nombre a lo que sentía.

Solté aire por la nariz y miré a mi derecha encontrándome con él. A pesar de que de nuevo actuaba como de costumbre manteniendo esa indiferencia y frialdad, pude notar un destello en sus ojos, un indicio de calidez.

<<Está bien, me gusta, pero solo es algo físico, me atrae pero ¿A quién no? Es lindo y sus ojos son muy...>> Sin darme cuenta, suspiré. Sacudí un poco la cabeza interrumpiendo mis pensamientos. 

Hidden balbuceó algo entre sueños que no pudimos entender.  Estaba completamente fuera de sí, incluso más que de costumbre gracias al alcohol o lo que sea que se hubiera metido. Como nadie quiso cargarlo, lo subimos a un carrito de supermercado que encontramos en un vertedero de basura dentro del bosque. 

−Entonces Dios dijo ¡Que se haga el maldito fuego! −Aún en su estado de inconsciencia, Hidden creó llamas en sus manos las cuales se hicieron cada vez más grandes incendiándose a sí mismo, pero su propio fuego no podía herirlo− ¡Y así fue!

Areus accionó el extintor en su dirección apagando las llamas sin decir una sola palabra, pero seguramente estaba maldiciendo en su mente pues ya era la sexta vez que Hidden hacía eso. 

Dylan caminaba con la vista puesta sobre el helado que sostenía en su mano, era como si en su mundo no existiera nadie además de él y esa golosina helada. Se veía tan... vulnerable a un susto. Sentí unas inmensas ganas de hacer algo estúpido e infantil. Esperé un par de segundos y justo cuando Dylan estaba por llevarse el helado a la boca de nuevo, grité.  Al parecer, no fui la única que pensó en eso. Areus fue el que emitió el otro grito al mismo tiempo que yo como si mentalmente nos hubiésemos puesto de acuerdo para asustarlo. 

Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora