EPÍLOGO

2 1 0
                                    


Centro de Comando de la Orden del Congreso Partlov, Siberia.

Una reunión en un cuartel en medio de la nada no era precisamente el primer lugar en el que Lucifer planeaba estar después de obtener su libertad. Sin embargo, reconocía que el asunto que reunía a los representantes de lo que alguna vez fueron tres dimensiones ajenas no podía postergarse. Después de todo, se trataba de una tregua.

El antiguo soberano del inframundo esperaba que la sala de conferencias de la OCP fuera más lúgubre y siniestra, considerando que ahí se gestaban las decisiones que dirigían al mundo a puerta cerrada. No obstante, la realidad era que el lugar no difería mucho de la sala de un congreso convencional. Los asientos formaban una gran "U", dividida por un pasillo central que separaba a la sala en dos partes iguales para demonios y celestiales. En la parte superior de las paredes había pantallas iluminadas por una tenue luz cálida. Al frente se encontraba el estrado de la OCP, donde sus miembros apenas estaban tomando asiento. En el centro de todos, reposaba una estructura de mármol negro que sostenía un enorme libro en el cual se detallaban los puntos que le darían forma a la Nueva Orden.

En su lado de la sala, solo se encontraban él y algunos demonios más. En cuanto al lado de Gea, la suprema representante celestial, estaban ella y los trece miembros de la Orden de Plata, cada una acompañado por su respectivo guardián. Detrás de todos ellos, se encontraba un dios menor cubierto por una larga capucha blanca. El muchacho permanecía cabizbajo y en silencio, absorto en sus propios pensamientos y en el objeto que sostenía en las manos, un reloj de bolsillo de apariencia muy antigua.

–Diecinueve de enero del antiguo año 2026, Año Cero de la Nueva era, a las doce horas –anunció finalmente el ponente de la reunión, Anthon K. Partlov, máxima autoridad de la Orden y representante de la humanidad– Comienza la sesión.


...


Mansión Hestya, Inframundo.

Areus despertó de la pesadilla con un sobresalto y un grito.

Fue tan aterrador que una diminuta parte de él sintió alivio cuando su memoria se negó a mostrarle todos los fragmentos de su sueño al despertar. Sin embargo, incluso sin recordarlo por completo, supo que aquello iba más allá de una simple pesadilla, era una advertencia.

Areus se incorporó con tal celeridad que la visión se le nubló por un instante. Corrió hacia la puerta y esta, por supuesto, no cedió cuando intentó abrirla.

–¡Shadow está vivo! –gritó, sorprendiéndose a sí mismo al darse cuenta de que eso era lo primero que afloraba en su mente. Le dio varios golpes a la puerta, pero la única respuesta que obtuvo fue la de la propia habitación. Los símbolos protectores en las paredes brillaron, reforzando la seguridad de la celda– ¡Tiene a Scarlett! ¡Lucifer! ¡¡¡Déjame salir!!!

Sus golpes se convirtieron en puñetazos y después en patadas. No hubo ninguna respuesta al otro lado de la puerta. Cesó sus intentos con un último puñetazo que hizo crujir sus nudillos. Desesperado, deambuló por toda la habitación. Se pasó una mano por el cabello, recogió una de las botellas del suelo y bebió un trago del whisky que había en su interior.

Estaba atrapado en todos los sentidos.

Incluso si lograba salir de ahí, no había nadie afuera dispuesto a creerle, o a escucharlo.

Apretó el cuello de la botella con fuerza, se volvió hacia la puerta como si esta fuera su peor enemiga y la lanzó violentamente. El estruendo del vidrio rompiéndose fue opacado por un grito de ira.

Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora