CAPÍTULO 34

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Scarlett

Eran pocos los momentos en los que podíamos permitirnos olvidarnos de todo, del mundo y de nuestros problemas con él, ese era uno de ellos. Areus no solía ser romántico, pero debía reconocer que sabía exactamente qué hacer en esos momentos. El instante en el que nuestros corazones latían con fuerza y el exquisito sabor a Hufflered de sus labios moviéndose con la habilidad de un experto sobre los míos, envió una corriente de éxtasis aturdiendo mis sentidos.

Su mano sujetando mis muñecas por encima de mi cabeza y mi espalda contra la pared me dejaban en una posición vulnerable. Sus labios marcaban un camino desde mi boca a mi cuello depositando besos húmedos, intensos y llenos de deseo. Su mano libre se hundió lentamente por debajo de mi camiseta, trazando un recorrido suave sobre mi espalda con una caricia. Un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo ante el contacto, cerré los ojos y alcé un poco la cabeza dejándome llevar por ese sentimiento, momento que él aprovechó para volver a atacar mi cuello con su boca.

Areus partiría pronto a consumar el trato que había jurado cumplir a cambio de nuestras vidas. La angustia de quienes saben que están a punto de separarse, se notaba en la efusividad y la exigencia del contacto de nuestros labios.

Alejó su rostro unos centímetros, con nuestras respiraciones agitadas volviendo a la normalidad lentamente. 

−No quiero... −susurró sobre mis labios− No quiero perderte −completó cerrando los ojos y pegando su frente a la mía.

−No lo harás −aseguré con el mismo tono bajo− No tengas miedo, no volverás a estar solo nunca más.

No dijo nada, colocó su mano en mi mejilla y movió su pulgar en una caricia suave, cerré los ojos ante la tranquilidad que me transmitió. Se apartó y ambos nos dejamos caer sentándonos uno al lado del otro con la espalda contra la pared, permaneciendo en silencio, sin hacer más que mirar hacia arriba contemplando el atardecer desde el patio trasero de la mansión.

Miré a Areus y noté la profunda tristeza que se le veía en los ojos. Esos cansados y hermosos ojos grises siempre cargaron con una inmensa nostalgia y con mucho dolor, pero había empeorado desde el día del juicio. Tenía una buena idea de la razón, pero cargar con el peso de tener nuestras vidas en sus manos no parecía ser lo único que le preocupaba, había algo más.

Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]Where stories live. Discover now