Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]

CAPÍTULO 23

Areus

—Puedes llamarme Ravken, solo mis enemigos me dicen Shadow.

Shadow deja la copa sobre la mesa y la seriedad en su rostro se vuelve aún más severa. No obstante, sigue viéndose demasiado tranquilo, muy seguro de que tiene la situación bajo el control de sus manos enguantadas.

—¿Desde hace cuánto lo sabes?

—Lo sospecho desde hace mucho, pero no lo confirmé hasta que conocí al verdadero Táragor a quien, por cierto, asesiné con esto —saco a Caelesttia de la funda que cruza mi espalda. De inmediato, el fulgor de su hoja resplandece como una linterna en una noche sin luna.

Shadow tensa los puños. El ensordecedor silencio que precede es tal que lo único que se escucha es el ligero silbido que irradia el fuego celestial en el interior de Caelesttia. Shadow no se inmuta ni parece sorprendido, mucho menos asustado al tener en frente al arma que proféticamente está destinada a acabar con su vida. Contrario a lo que podría esperar, suelta una risita y niega lentamente con la cabeza.

—Deja eso, chico. Vas a lastimarte —toma un sorbo de vino, muy tranquilo— ¿A eso le llamas logro? Cualquier hechicero de mala muerte podría haber matado a Táragor en el estado en el que se encontraba.

—Y aun así, tú no pudiste hacerlo —veo su sonrisa desaparecer— Lo dejaste moribundo en mi dimensión porque temías que volviera aquí y te quitara del trono que le robaste.

Shadow pone ambas manos sobre la mesa y se levanta de repente. Hago lo mismo. Lentamente, desliza la capucha que le cubre la cabeza y deja al descubierto unas facciones que me resultan muy familiares. Y eso es por que son similares a las que veo todos los días frente al espejo. Él es como ver a una versión un poco más adulta de mí mismo, y más... demoníaca. Aunque los cuernos retorcidos que sobresalen de su cabeza son majestuosamente aterradores, no son más intimidantes que sus ojos. En donde deberían de ser blancos, solo hay un profundo color negro. El iris es de una mezcla de tonos rojizos y amarillos. Su pupila es alargada, como la de un réptil.