Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]

CAPÍTULO 16

Scarlett

-No puedo creerlo. Pelean contra demonios, sobrenaturales, sombras y monstruos todo el tiempo... ¿y le temen a los fantasmas?

Ninguno responde de inmediato a la observación de William, no solo por que es verdad, sino por que nos paraliza un nuevo grito distante y aterrador. Los Guardianes siguen rondando las cercanías, buscándonos.

Cuando nos atacaron, Areus y yo nos preparamos para combatirlos, pero al mirar atrás y buscar el apoyo de los demás, lo único que vimos fueron sus traseros alejándose a toda velocidad. Al volver la mirada al frente nos dimos cuenta de que no queríamos quedarnos solos con esos monstruos fantasmales. No tuvimos otra opción más que unirnos a ellos y seguirlos al interior de una cueva oculta. Todos tenemos las caras cubiertas de tierra, el cabello echo un desastre y las respiraciones agitadas por la intensa actividad física. Zeth está sentado contra la pared rocosa, abrazando sus piernas y rodeándose a sí mismo con sus alas, encerrándose en un capullo de plumas blancas.

-No lo entenderías -Myshell dice en nuestra defensa. Está junto a Zeth, fingiendo que no está tan asustada como él.

Un rayo ilumina el cielo y el interior de la cueva al mismo tiempo que una feroz ráfaga de viento casi apaga la fogata que Hidden se esfuerza por mantener con vida. La tormenta está empeorando. A nosotros no nos molesta, solo tenemos que cubrirnos con nuestras alas para mantenernos calientes. En cambio, William no venía preparado para resistir una noche en una cueva en medio de una tempestad. Le hago un gesto con los ojos a Hidden y el lo entiende después de repetirlo un par de veces más. Entones, extiende una de sus alas hacia William y él, aunque se niega al principio, termina por dejarse calentar bajo su ala, solo así deja de temblar.

Un rugido lejano hace temblar las paredes, y las plumas de Zeth.

-¿Y eso qué fue? -Hidden es quien pregunta. Zeth abre un poco sus alas para asomar su rostro y estar al tanto de la respuesta.

-Un dragón -William contesta- Son casi inofensivos mientras no nos acerquemos demasiado a sus nidos, son muy territoriales.

-Pues ese no se escuchaba muy contento que digamos.