CAPÍTULO 31 - segunda parte

3 2 0
                                    


Areus

Entonces, cuando nuestra manos están a punto de encontrarse, giro la muñeca y le muestro el dedo de en medio.

–No, gracias. Me quedo con mi cuerpo y mis desgracias.

Lo rodeo a la velocidad de un latido y corro hacia mi cuerpo. Me desplazo en la obscuridad tan rápido como puedo durante un momento y, al siguiente, simplemente dejo de avanzar. Miro hacia atrás buscando a Argeum, pero él ya no está en ningún lado.

–¡Qué necio! –grita una voz que suena como un enjambre de insectos revoloteando a mis espaldas, al frente y dentro de mi cabeza. No puedo verlo, pero sé que está aquí. Puedo sentirlo– Ya veremos si sigues resistiéndote después de esto.

El pulso se me dispara cuando el suelo desaparece bajo mis pies y me hace caer en una garganta de obscuridad. Caigo durante varios segundos y, cuando me atrevo a mirar abajo, una espantosa angustia me rasga el corazón. Me siento muy asustado de repente, y no entiendo por qué hasta que una tenue luz amarilla espanta la obscuridad y aclara la visión. Veo unas pequeñas manos pálidas sobre una mancha negra en el suelo. También puedo oír un llanto infantil que, aunque es lejano en mi memoria, puedo reconocer como mío.

Como un espectador dentro de mi propio cuerpo, veo a varios celestiales arrastrando a un Zen mucho más joven hacia la puerta mientras este patalea y maldice. Mientras tanto, yo continúo arrodillado sobre el lugar en el que vi a mi madre ser devorada por el abismo.

Puedo sentir la misma desesperación que me sacudió en ese momento. Se siente tan real que dudo que se trate de un simple recuerdo. Es como si estuviera viviendo el momento otra vez.

Estuviste solo desde el principio, así es como debes terminar –Argeum dice con esa extraña voz distorsionada.

El instante cambia, transportándome a un momento diferente. Primero, siento el calor abrasando mi cuerpo y mi desesperación por liberarme de las cadenas benditas que me impiden moverme. Después, veo a las personas que se apelotonan a mi alrededor gritando todo tipo de insultos. Solo puedo ver sus rostros siendo opacados por el fuego que comienza a envolverme. El dolor de mi piel siendo devorada por las llamas es peor de lo que recordaba, al igual que la sensación de estar muriendo lentamente mientras se alzan gritos de victoria a mi alrededor.

Siempre quisiste hacerlos pagar. Te ofrezco la oportunidad de hacerlo ahora.

Caigo en recuerdos igual de horribles que los anteriores. La mayoría pertenecen a mi vida actual. Mis primeros años con Heinkel, los días en el psiquiátrico y, por último, ese momento cuando todo el aire en mis pulmones fue sustituido con sangre y agua.

Yo puedo esperar durante siglos, Areus, pero tú no. El tiempo ahí afuera sigue corriendo. O eres mi portador y salvas a unos cuantos, o todo el mundo muere.

No.

Él se equivoca.

No tiene por qué ser así.

Sé lo que está haciendo, y no voy a ceder. Centro todas mis fuerzas en recordar lo que sucedió después de esos recuerdos.

Cuando me quedé solo en el Imperio tras la muerte de mi madre, conocí a Lucifer y, pese a todo lo que sucedió después, no todo fue malo.

Y ese día, cuando mi cuerpo ardía en una hoguera, conocí a mis cuatro raros favoritos.

Por un momento, siento que puedo ver mi cuerpo en la obscuridad.

En serio eres terco –murmura la voz– Ese truco no te va a funcionar por siempre, solo estás retrasando lo inevitable.

Los escenarios que me muestra son peores cada vez, como si se los hubiera estado reservando para el final. Incluso, me atrevería a decir que las sensaciones se perciben más reales. Mis fuerzas y mi voluntad comienzan a flaquear, y cada vez que esto sucede, me acerco más al fondo del agujero. Puedo percibir la calma de la muerte que me espera en el fondo.

Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]Where stories live. Discover now