Trino De Cuervos [Parte 1 Completa]

CAPÍTULO 20

Scarlett

El mundo, el tiempo y el espacio han desaparecido.

Eso es lo que sucede cuando cierto pelinegro malhumorado está concentrado.

Areus mira a través de una ventana que no se empaña con su respiración como debería de hacerlo. No se ha movido de ahí desde que ocupé mi lugar cerca de Zen en las mesas que hemos movido en forma de U, sobre los que descansan ocho tableros de ajedrez. El cigarro en sus dedos se ha consumido casi por completo sin que él disfrutara más de un par de caladas. Su comportamiento extraño no se sale del parámetro usual, suele hacer cosas así cuando se siente inquieto. Sobre todo, ahora, que está por pulir los últimos detalles del plan que se niega a compartir.

Es el sonido del viento, el crujido de la madera quemándose en la chimenea y el de mis dagas deslizándose una sobre otra para afilarse mutuamente los únicos ruidos que he ansiado escuchar en estos últimos meses. Con dos recién nacidos aquí, la usual calma que había en el Imperio se ha vuelto un lujo. Kyrian no acostumbra a llorar, pero Blair hace suficiente por ambos. Jamás lo pedimos, todos decidieron tomar turnos para cuidarlos y siempre relatan el mismo acontecimiento cada vez que ella llora: Las ventanas estallan en pedazos, los focos se vuelven locos y los objetos pequeños que tienen la desgracia de estar cerca salen volando por los aires. Creo saber de quién heredó la costumbre de causar desastres.

Los primeros en entrar son Dylan y Scott. Ambos nos saludan y toman los dos lugares más cercanos a una de las orillas de la U. No puedo evitar notar que casi siempre andan juntos. Por la forma en la que sus corazones se aceleran cuando su cercanía se reduce más de lo acostumbrado, creo entender por qué.

Los siguientes son Hidden y William. Hidden pasa junto a Zen evitando mirarlo cuando se sienta a su lado. William toma su lugar entre el rubio y yo. Como siempre, Hidden habla hasta por los codos y William lo escucha con un discreto aire de fascinación en los ojos. Ellos no lo notan, o solo fingen no hacerlo, pero la tensión se puede sentir en el aire. Los dos Seddem y yo nos damos cuenta de lo que ocurre durante la fracción de segundo en que Zen y William cruzan miradas por accidente, hay un destello de rivalidad en sus ojos que solo terceros llegamos a notar.