Capítulo 4: Fantasía

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Kim Dokja escuchó sin pensar, cerca de... 3 horas de tonterías políticas. Si lo intentaba, podría entenderlo muy bien, pero su mente ya era un desastre caótico debido a su transmigración.

(Sacrifice: "sin pensar" sin preocuparse, descuidado)

"Espero una gran asociación con el Imperio Aucridian." Hades estrechó la mano del príncipe heredero Yoo Jonghyuk, finalmente terminando las negociaciones con éxito.

De alguna forma... Kim Dokja tuvo un presentimiento. El príncipe heredero no dejaba de mirarlo. Fue un poco incómodo, como mínimo.

'Creo que es algo comprensible. ¿Qué pasaría si el único Príncipe de un gran reino fuera un miembro de la raza caída? Incluso yo estaría un poco curioso.'

"Igualmente." Yoo Jonghyuk estrechó la mano del Rey del Inframundo, pero sintió que la mano grande se apretaba contra la suya mucho más fuerte de lo que debería.

Si fuera una persona normal, sus huesos se habrían aplastado en pedazos, pero Yoo Jonghyuk solo sintió una leve molestia. Podía ver a Perséfone por el rabillo del ojo con una intención oculta en su sonrisa.

"Nuestros sirvientes los guiaran a la habitación de huéspedes. Serviremos a su alteza lo mejor que podamos." El Príncipe Heredero solo asintió con indiferencia ante las palabras de Perséfone.

"El Príncipe no habló mucho. Espero tener la oportunidad de hablar con usted." La sonrisa de Kim Dokja se puso rígida. ¿Por qué el Príncipe Heredero de repente decía esas cosas?

'¿Me está diciendo que hable con él o qué?' Kim Dokja sabía que quizás tenía curiosidad. Las personas que eran diferentes siempre se agrupaban y resultó que tanto él como el Príncipe Heredero eran considerados "diferentes".

"Verá, nuestro hijo no está muy familiarizado con el mundo exterior, así que dudo que tengan mucho de qué hablar. Por favor, comprenda, su Alteza Imperial." Tanto Hades como Perséfone no retrocedieron. Incluso si fueran a librar la guerra contra el Imperio, lo harían con gusto si fuera por su hijo.

"Me iré ahora." Yoo Jonghyuk no respondió a las amenazas, pero tampoco las ignoró.

'Aun así, no voy a retroceder.' Cuanto más veía al Elfo, más curiosidad sentía. Si descubriera por qué el joven príncipe podía usar la magia, tal vez eso le conduciría a algo sobre su propia situación.

El Rey y la Reina del Inframundo lo vieron salir de la habitación mientras era guiado por el sirviente. En el momento en que el Príncipe Heredero abandonó la habitación, Hades y Perséfone miraron a su hijo con gran preocupación.

"¿Estás bien?" Kim Dokja se quedó allí aturdido mientras sus padres lo miraban con inquietud claramente presente en su rostro.

"...Sí." Al escuchar la respuesta de su hijo, el alivio inundó sus rostros. No es que lo estuvieran revisando para ver si tenía lesiones físicas.

Sabían lo mucho que su hijo odiaba la mirada indiscreta de los demás. No, en lugar de odiar, estaba más cerca del miedo. Temía la mirada que parecía lista para tragarlo y golpearlo hasta que no fuera más que una mera mota.

(Sacrifice: "mota" tal vez no se entienda mucho, pero es partícula, algo pequeño, una mancha, igual creo puede referirse a "un pedazo de") 

"No importa qué, no sigas sus deseos a menos que estés dispuesto." Perséfone no quería que su hijo recordara todos los dolorosos recuerdos antes de que lo acogieran.

"Eres el Príncipe del Inframundo. Recuérdalo." Hades acarició la cabeza de su hijo. Tal vez solo ellos eran egoístas, pero preferían ir a la guerra antes que dejar que su hijo sintiera el dolor que siempre solía enfrentar todos los días.

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