2. Un vecino cercano es mejor que un pariente lejano.

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Gu Zhuoyan volvió a meter al perro grande y a la niña y se fue lentamente a dormir. En la oscuridad y la tranquilidad, era fácil que un niño echara de menos su casa. Gu Baoyan bostezó y preguntó, con poco ánimo -Gege, ¿cuándo vamos a casa?-.

Gu Zhuoyan respondió -Cuando quieras, sólo tienes que llamar a mamá y ella enviará a alguien a recogerte-.

-He dicho nosotros- recalcó Gu Baoyan-¿Y tú?.

-No voy a casa-, respondió Gu Zhuoyan.
Hermano y hermana subieron las escaleras. La señora Hu estaba esperando para dar un baño a Gu Baoyan, así que Gu Zhuoyan la entregó. Les dio las buenas noches y volvió a su dormitorio.

Demasiado perezoso para desempacar la maleta que había tirado al suelo, metió la mano y sacó un par de pantalones cortos.Tras una ducha, se tumbó en la cama, apagó las luces y se arropó. Gu Zhuoyan cerró los ojos.

En su primera noche en Rongcheng, después de dos horas, determinó que tenía insomnio.Gu Zhuoyan se levantó. Las sábanas estaban arrugadas de tanto dar vueltas en la cama, y una de las almohadas se había caído. Abrió las ventanas francesas y salió al balcón.

Como antes, la brisa nocturna era muy cálida, y algún pájaro maleducado había dejado sus excrementos en la silla. Gu Zhuoyan volvió a su habitación, sintiéndose irritado.

Todo le molestaba, desde el color de las sábanas y el edredón, hasta los dibujos de las cortinas y el mobiliario de la habitación.

Impotente, volvió a tumbarse en la cama y sacó su teléfono para buscar una película que ver.
Era una vieja costumbre suya: ver películas le daba sueño, y normalmente lo hacía dormir en un cuarto de hora. Debido a su mal humor hoy, tardó media hora en dormirse.

Al día siguiente, Xue Maochen estaba en el piso de abajo, cuando oyó unos fuertes golpes arriba. Pensando que los dos hermanos se estaban peleando, les dio un momento para determinar el ganador antes de subir a echar un vistazo.

Cuando llegó a la habitación de su nieto, su visión estaba llena de completo desorden.
Xue Maochen preguntó, conmocionado -¿Están destrozando mi casa?-.

Gu Zhuoyan se paró en medio del desorden de la habitación. Señaló las cortinas, la decoración y los muebles, diciendo -Abuelo, no me gustan estas cosas. Vamos a cambiarlas todas-.

Xue Maochen respiró aliviado. Sólo había que gastar un poco.
Le dio un repaso a la habitación. ¡Qué niño! No le interesaba ninguno de los recuerdos que su abuelo había coleccionado de África, América y Oceanía. La edad realmente no podía entender los gustos de la juventud. Oh, bueno, déjalo para el niño, pensó.

Xue Maochen llamó a su chófer y decidió pasar el día pescando: fuera de la vista, fuera de la mente. Con las maletas hechas, se preparó para salir, pero se detuvo un momento ante la puerta de Zhuang Fanxin.

Zhuang Fanxin estaba empujando su bicicleta fuera de la puerta, con una mochila escolar colgada al hombro -¿Me buscabas, abuelo Xue?-
-Xiao Zhuang, tengo que pedirte un favor- dijo Xue Maochen.
Comprendiendo plenamente el temperamento de su nieto, continuó -Zhuoyan está un poco frustrado con su habitación. Échale un vistazo si tienes tiempo, ayúdale a decorar. Está deprimido. Tú tienes más o menos la misma edad, quizá se sienta mejor después de charlar contigo un rato-.

Zhuang Fanxin se preguntó por qué Gu Zhaoyan estaba deprimido. Le parecía que la personalidad del chico era demasiado fría cuando interactuaron ayer, pero no parecía educado hacer demasiadas preguntas cuando no se conocían.
-De acuerdo- prometió, -iré a verle después de clase-. Zhuang Fanxin era un estudiante de arte. Su madre, Zhao Jianqiu, era una diseñadora de interiores de renombre nacional, mientras que su padre, Zhuang Xianyang, era profesor en una escuela de arte; toda su familia era portadora del gen del arte.

Espero que hayas estado bien/ Hope you've Been Well (Bei Nan)Where stories live. Discover now