43. Xin, eres muy guapo.

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Castigados a permanecer en el pasillo durante todo un periodo, Gu Zhuoyan y Zhuang Fanxin charlaban, se cogían de la mano y se hacían ojitos; cuando Xia Wei abrió la puerta trasera para ver cómo estaban durante el descanso, casi les recompensa con una patada a cada uno. Volvieron al aula.

Gu Zhuoyan abrió sus mensajes no leídos. Lu Wen le había enviado un mensaje: Hermano, ¿cómo te van las cosas? El pequeño vecino no te ha dejado, ¿verdad? Si estás bien, puedo estar tranquilo.

No quería lidiar con ese idiota en lo más mínimo. Metió el teléfono en el bolso sin contestar.

En la pausa del almuerzo, Zhuang Fanxin y Gu Zhuoyan se sentaron juntos mientras él hacía sus deberes de biología; con una piruleta en la boca, cada aliento que exhalaba tenía un aroma a limón mientras revisaba sus respuestas. Gu Zhuoyan olfateó y se volvió para mirarlo.

El cielo estaba claro en ese momento. El rostro de Zhuang Fanxin estaba inundado por la luz del sol, cada pestaña era un contorno claro, pareciendo una vez más alguien de etnia mixta. -Xin, eres muy guapo-. La pluma de su bolígrafo hizo un agujero en la hoja.

-Si Yu Yao fuera un mirón, ¿te gustaría?-, preguntó Zhuang Fanxin. Una mala respuesta probablemente le haría ganar otro episodio de locura.

Muy serio, Gu Zhuoyan dijo -Me importa la apariencia, pero no sólo la apariencia; me gusta lo guapo que eres, pero también me gusta tu carácter y tus talentos. Todo en ti me atrae-. Antes de que pudiera cerrar la boca después de hablar, Zhuang Fanxin se metió la piruleta en ella, quejándose de que estaba siendo demasiado asquerosamente dulce.

Gu Zhuoyan chupó los restos de la piruleta de Zhuang Fanxin. Un entumecimiento surgió, se detuvo, confundido. -Mierda, ¿he conseguido una reacción sólo con mirarte?-.

Las mejillas de Zhuang Fanxin ardieron en rojo. -¡Qué demonios estás diciendo!- Su asombro estaba mezclado con la vergüenza de un virgen; enterrado en esta vergüenza había un hilo de euforia por ser tan deseado por su compañero.

No pudo evitar echar un vistazo a los pantalones de Gu Zhuoyan, para desinflarse de repente. -Qué plano. ¿Para qué tanta altura?-.

Gu Zhuoyan rompió otro bolígrafo -...¡por el amor de Dios, me refería a mi espalda!- Brr.

Gu Zhuoyan palpó por detrás de él; en realidad era su teléfono el que vibraba en su bolso. Cogió el teléfono y salió corriendo del aula. Como el pequeño rincón tenía ahora una cámara de seguridad, se escondió en la escalera que llevaba a la azotea.

Zhuang Fanxin le persiguió y se sentó en las escaleras, vigilando -¿Hola?-. Gu Zhuoyan se apoyó en la pared.

Quien llamaba era Xue Manzi, probablemente en su descanso -Espero no haber interrumpido nada. ¿Has comido?-, dijo, con voz aterciopelada.

-Sí, he comido un char siu bao y fideos con carne- dijo Gu Zhuoyan.

De nuevo, evitó llamarla "mamá"; no estaba seguro de que fuera una llamada amistosa todavía. -Está haciendo frío y viento aquí en casa. Ten cuidado en Rongcheng; asegúrate de no resfriarte- dijo Xue Manzi.

-Estoy bien- respondió Gu Zhuoyan. Hablaba distraído, con una actitud obstinada y distante, y luego aprovechó para añadir -Aquí hace calor. No creo que vuelva para el Año Nuevo Chino-.

La risa de Xue Manzi sonó desde el teléfono. -¿Sigues enfadado con nosotros?-.

Gu Zhuoyan no estaba dispuesto a confirmar nada, por si su madre empezaba a sospechar; tampoco quería seguir dando vueltas con ella. -Eres una mujer muy ocupada, ¿por qué me llamas a mitad del día? ¿Qué pasa?-.

Espero que hayas estado bien/ Hope you've Been Well (Bei Nan)Where stories live. Discover now