31. ¡Zhuang Fanxin vuelve a casa!

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Gu Zhuoyan se quedó en casa de su abuelo hasta el último día de su descanso.

El día 7 por la tarde debían volar de vuelta a Rongcheng. El propio anciano fue al aeropuerto para despedirlos a él y a Gu Baoyan.

Tras imprimir sus tarjetas de embarque, se despidieron temporalmente, sin esperar verse antes del año nuevo. Las damas primero.

Gu Baoyan dijo -Te voy a extranar, abuelo-.

-No me extrañes demasiado. Dos veces al mes es suficiente- dijo Gu Pingfang. -No hay nadie que te discipline en Rongcheng, así que corre y diviértete mientras puedas. Mantén a tu otro abuelo ocupado y aprende de él. Ese viejo sabe muchas cosas-.

Después de hablar con su nieta, se dirigió a su nieto. Gu Pingfang le dio una palmadita en el hombro a Gu Zhuoyan. -En cuanto a ti, nunca me he preocupado mucho por ti, ni siquiera cuando eras pequeño. Siempre has sido fiable en lo que se refiere a las cosas habituales. En otros aspectos de la vida... depende de ti averiguar si eres un inconformista, o simplemente un inadaptado-.

-¿No tienes miedo de que me meta en problemas?- bromeó Gu Zhuoyan.

Gu Pingfang se rió. -El camino trillado lleva a la mediocridad. Es aburrido-. Se acarició la palma de la mano. -Por cierto, ¿la parte de la familia de tu madre no me envió ningún buen deseo cuando volviste?-.

-El abuelo dijo que no hay mucho que hablar para dos viejos viudos-, dijo Gu Zhuoyan con sinceridad.

Esto no era lo que Gu Pingfang quería oír; en su opinión, los viejos viudos eran los que más servían para conversar. -Cuando vuelvas a Rongcheng, pregunta por Lao Xue de mi parte-, dijo magnánimamente. -Pero haz que suene un poco apático. No quiero parecer demasiado entusiasta-.

Su tiempo casi había terminado. Se dispusieron a partir, sin querer tener ningún percance por tener que apresurarse.

Antes de salir, Gu Zhuoyan tapó los oídos de Gu Baoyan y se dirigió al anciano para confirmar algo. -Abuelo, ¿has arreglado las cosas con mis padres?-.

El anciano puso los ojos en blanco. -Aunque no creas en la gravedad, al menos cree en tu viejo abuelo-.Gu Zhuoyan se relajó.

Tiró de Gu Pingfang en un abrazo tan fuerte que el anciano sintió crujir sus huesos. Cogido de la mano de Gu Baoyan, se dirigió a la terminal, desapareciendo el nudo en la boca del estómago.

Incluso sus pasos parecían más ligeros que cuando llegó. Fuera de la cabina, pasaban gruesas nubes. No había señal, pero de todos modos no pudo evitar mirar su teléfono.

Zhuang Fanxin llamaba de vez en cuando, charlando de cosas triviales, o de cosas que le molestaban, o de cosas alegres como haber superado otra ronda.

Gu Zhuoyan era básicamente un servicio de asistencia al cliente, disponible las 24 horas del día; si Zhuang Fanxin era infeliz, lo consolaba; cuando Zhuang Fanxin era feliz, compartía su alegría. Incluso su forma de hablar estaba mejorando.

El horizonte se fue despejando poco a poco. Cuando pudo distinguir aquel paisaje familiar, el avión comenzó a descender. Xue Maochen vino a recogerlos: enviados por un abuelo y recogidos por otro.

Gu Zhuoyan y Gu Baoyan viajaron a casa con el anciano.-Me preocupaba que quisieras quedarte allí- dijo Xue Maochen.

Gu Baoyan se apoyó en la ventanilla del coche. -¿Para qué? Rongcheng está mucho mejor. Todas las montañas de oro y plata de casa no se pueden comparar con el verdor de Rongcheng-.

-Echo de menos la cocina de la señora Hu-", dijo Gu Zhuoyan.

Los dos hermanos se habían convertido en sureños de espíritu. Observaron las interminables hileras de banianos que pasaban a su lado mientras viajaban. Cuando giraron en la vieja calle, Bond corrio contra ellos a cien metros de distancia.

Espero que hayas estado bien/ Hope you've Been Well (Bei Nan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora