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- ¡Buenos días!, levántate o llegaras tarde. - dijo mi papá despertandome.

- Mi alarma no ha sonado. - dije asueñada.

- Nunca dije que era a la escuela, ven floja, ¡párate ya!

- será lo primero que le voy a decir a Danny cuando lo vea.

- Te prometo comprar un helado esta tarde si vas al cuartel. - dijo y me pare de inmediato. - ¡siempre funciona!, te daré tu espacio y en cinco minutos nos vamos.

Suspire, fui al baño hice mis necesidades, me puse un outfit deportivo y me recogí el cabello para salir, va a matarme lo sé.

Al salir del baño vi una caja de cigarros tirada en el piso y seguro se me cayó anoche, la guarde antes de salir y bajé donde estaba mi papá.

- ¿por qué quieres maltratarme asi? -dije fastidiada.

- Sólo es ejercicio, ya cálmate. -dijo el tranquilo.

- Si, correr casi diez kilómetros sin parar, luego hacer pechadas, burpees, zancadas y un montón de abdominales; ¿te parece sencillo?, el SEAL eres tú, no yo.

- Sólo quiero que hagamos algo juntos y que tengas resistencia.

- Estas no son formas de verdad.

- Ya deja de quejarte, hoy sólo serán veinte minutos. - dijo y ahí fue cuando me exaspere, mientras más corto el tiempo más rutinas intensa.

Íbamos hablando y quería hablar con alguien de mamá, ella realmente está muy mal y aunque vaya a rehabilitación se que alguien le está dando drogas y ha estado algo extraña.

Me siento mal mentalmente, pero hablarlo con papá sería pelear y yo solo quiero alguien que me escuche y que me diga que todo estaría bien aunque sea la mentira más grande, fumar no me está ayudando, beber tampoco, nesecito sacarlo.

- ¡Stace! - dijo papá zarandeandome

- ¿Eh?, ¿que? -dije saliendo de mis pensamientos

- ¿por qué estás tan distraída?.

- No estoy distraida, estoy agotada. - dije casi llorando.

- ¿cariño que pasa? -dijo abrazándome.

- No es nada, sigamos.

- Escucha, sé que no suelo decirte muchas veces cuanto te amo y cuanto te quiero, que casi he pasado mi vida entera en el trabajo y que no compartamos tanto, pero yo te amo Stacey, eres lo más genial que tengo y puedes confiar en mí, empezando porque me hables de esto. - dijo sacando un cigarro de su bolsillo.

Ahora si estoy en problemas.

- Tal vez, es de alguien que lo puso en mi mochila. -dije ya que siempre pongo las cajas cerca de la mochila por si algo así pasaba.

- ¿A sí?, ¿la caja que estaba en el piso también con cinco cigarros faltantes también?, ¿hasta cuando Stace?, ¿hasta cuando seguirás mintiendo? - pregunto decepcionado.

- No es lo que crees, no son míos, ya te explique.

- Claro, explica como tu ropa huele humo o déjame adivinar te tiraron el humo en la cara; confío en tí, créeme lo hago pero tú no me estas ayudando a hacerlo.

- ¡Cuando venga de la escuela si quieres te lo explico!, se me está haciendo tarde.

- De acuerdo, te espero en el cuartel esta tarde.

- como digas.

Volvimos corriendo a la casa y estaba bastante sofocada, me bañé, me puse el uniforme, me peine con una cola alta, tomé mis cosas y esperé a papá.

- ¿no vas a desayunar?

- No, no tengo hambre.

- De acuerdo, pues vamonos, te llevo.

- Pensé que llegarías temprano al cuartel hoy.

- No, iré a llevarte, ¿quieres malasadas?

- No, gracias.

- ¿Desde cuando fumas?

- Hablaremos más tarde, ese fue el acuerdo.

- Es que no entiendo, no me cabe en la cabeza, ¿fumar, enserio?, estoy decepcionado, ¿Qué es lo que te pasa?, tú no eres así.

- perdón, lo siento. -dije esperando que hiciera silencio.

- No, no te disculpes, no tienes porque hacerlo lo único que quiero que me expliques es porque lo haces porque de verdad trato de entenderlo y no puedo.

- Para ya, por favor. - dije porque ya habíamos llegado.

- Como quieras, nos vemos más tarde. -dijo enojado

- Adiós. - No se despidió, ni siquiera me beso, pero no me importaba el no es muy afectuoso que digamos.

Salí de la camioneta y me dirigí a mi casillero, no tenía amigos pues yo "encajaba" en su círculo y era algo que no me importaba en absoluto, solo hablaba con Ashton y Mikel Denning los hijos del gobernador pero nos considerábamos conocidos, amistad era algo muy grande para lo que convivimos.

Fuera de aquí si tengo mis amigos del voluntariado y mis amigos nocturnos de cada quince días para ir a peleas de boxeo clandestinas o carreras en moto entre las montañas en la cual he corrido tres veces con un motor prestado.

- ¡Buenos días! - dijo alguien tras de mí, pero no reconozco su voz así que tuve que voltearme.

- Buenos días, ¿que sucede? - dije ya que no miento cuando digo que solamente dos personas hablan conmigo de casi cuatrocientas que hay aquí.

- Mi nombre es Robert Collins y te he visto varias veces en mi clase de geografía y tenemos que hacer una asignación entonces me preguntaba si podemos estar juntos.

- Lo lamento Robert, pero prefiero siempre hacer mis asignaciones sola. - dije en tono amable.

- Está bien, la oferta sigue en pie para cuando quieras.

- ¡Gracias! - dije sonriendo y el se marchó.

Las horas pasaron y tuve mi primera clase física, mi favorita amaba usar mi bata en el laboratorio y hacer experimentos era muy genial, en especial porque tenemos maestros que nos motivan y hacen las clases interesantes.

Salimos a recreo y volví a mi casillero para sacar algunas cosas y luego me fui a la cafetería para ver si algo de comer me llamaba la atención, pero no fue así, así que sólo compré un jugo y me senté a beberlo y minutos después  Los Denning se sentaron a mi lado.

- Stace, ¿Qué tal? - preguntó Mikel.

- Todo en orden, ¿Qué tal ustedes?

- Igual, con muchas asignaciones. - dijo Ashton.

- Podría decir que genial, acabo de pedirle una cita a Kailani y acepto. - dijo sonriendo.

- Felicidades. - dije feliz por el.

Seguimos hablando, mi jugo se había terminado y me pare a votarlo para luego volver a sentarme con los chicos, de repente un grupo de cuatro encapuchados armados entraron disparando y todos estábamos asustados.

La hija de Steve McgarrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora