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Steven Mcgarrett pov

Cada día estaba más cerca de saber quien es Shelbourne, encontraba muchas pistas y aunque he escuchado que Wo Fat también le busca, creo llevar la ventaja por mucho.

Iba camino a casa cuando un auto negro se me atravesó en carretera y de él salieron cuatro hombres armados, me obligaron a bajar del vehículo y eso hice, luego alguien por detrás me dió un golpe que me dejó aturdido y fuera de "circulación".

Sentí como me taparon la cara con algo y luego no supe más de mí.

- Hola Mcgarrett. - Me despertaron tirándome agua.

Estaba atado de una polea y me dolían las manos y los píes.

- ¡Sueltenme! - dije y se rieron de mí.

- ¡Hola Steve! - dijo Wo Fat saliendo de otro lado.

- ¿Qué diablos quieres? - pregunté irritado.

- No finjas que no sabes, dime todo lo que sabes de Shelbourne. - dijo medio enojado.

- Sé lo mismo que tú. - dije y me golpeó.

- Ahhh. - grité del dolor.

- Voy a repetir, ¿Qué sabes de Shelbourne? - dijo ahora más enojado.

- Tengo la misma información que tú. -  volví a repetir.

- Bien, luego no digas que soy malo. - empezó a golpearme y torturarme y todo me dolía. - ¿ya te llegó algo más a la mente?. - me preguntó.

- ¿por qué no me bajas y hacemos esta pelea justa? - dije algo enojado.

- ¿quieres pelear? - me preguntó.

- Si, quiero que esto sea justo. - dije.

- Sí así me darás lo que pido puedo complacerte, muchachos traigan la hija del comandante esta noche, ella y yo pelearemos y Steve calificara nuestra pelea. - me dijo sonriendo con mucho cinismo y maldad. - ¿Estás de acuerdo? - me preguntó sin borrar la sonrisa de su rostro.

- No. - dije moviéndome. - A ella no la toques, déjala afuera de todo esto. - dije tratando de desatarme.

- ¡Vaya, te veo más animado!, debí empezar por ahí. - dijo quitándose el saco. - La dejaré fuera si me dices, ¿QUÉ SABES DE SHELBOURNE?. - dijo gritando alterado.

- Te juro que no tengo información relevante y se lo mismo que tú. - dije exasperado.

- Enserio quiero dejar a tu hija fuera de esto, pero no me estas ayudando. -dijo como si perdiera la paciencia.

- Déjala fuera, si quieres golpeame, matame pero déjala fuera. - dije casi sin fuerzas.

Aunque no suela demostrarlo Stace es mi punto débil, con solo mencionar que algo le pasará me pone el corazón a mil, de sólo pensar que así como a tío le quitaron a Ashton por su mala gestión, me pone nervioso que alguien también me haga lo mismo.

Mi hija es todo para mí y daría mí vida por la de ella, amaba el SEAL pero luego de la muerte de mi padre y todo lo demás acepté una mejor oferta de trabajo, porque eso implicaba estar cerca de ella y verla crecer.

Tal vez no estuve en sus primeros pasos, pero si estuve en su primera ola cuando surfeo, le ayudé en algunas prácticas para que tuviera buena resistencia a la hora de nadar y amo estar en cada etapa de ella.

...

Stace pov

Llegué de la playa y me sorprende no ver la camioneta papá, ya que hace al menos una hora debió haber llegado, reviso mi teléfono a ver tengo alguna llamada o mensaje y tampoco tengo nada.

Entro a ver si está aquí y no lo veo, entonces empiezo a preocuparme, marco a su teléfono y no contesta, vuelvo a intentarlo y parece fuera de servicio.

Me cambio lo más rápido posible y salgo en el saltamontes que me dejó el abuelo de Ashton como recuerdo y me dirijo al Palacio a ver si estaba allí.

Llegué en cuanto antes y me bajé casi corriendo y me encaminé a su despacho.

Veo si Danno está aquí y el tampoco está y decido llamarlo, para ver si andan juntos.

Tio Danno

- Hey Danno, ¿Cómo estás? - pregunté tratando de calmar mis nervios porque presiento que nada bueno se aproxima.

- Bien, acabo de llegar a casa, estaba visitando a Grace. - dijo algo calmado.

- ¿Sabes algo de papá? - le pregunté

- Salió primero que yo dijo que iría a casa, para hacer cena mientras llegabas de la playa. - dijo confundido. - ¿por qué?, ¿Qué sucede?.

- Eso es lo que no sé. - dijo con lagrimas en los ojos. - Cuando llegue a casa no estaba, tampoco me dejó algún mensaje o algo. - dije teniendo otro estúpido ataque.

- ¿Stacey donde estas? - preguntó Danno preocupado.

- Estoy en su despacho, en el palacio. - dije sentándome, ya que me estaba empezando a doler la cabeza.

- Llamaré a los demás, espera ahí ¿sí?

- Está bien. - dije y de sólo pensar que algo le pasó a mi papá me pone muy triste.

Prácticamente era huérfana de madre, ella no me quiere y mi vida le vale un comino, tiene problemas mentales y está ingresada en un centro de rehabilitación.

Y sí Steve estaba en problemas y no sale vivo, ya perdí todo, seria huérfano a tres meses de mis dieciocho.

Me quedé buscando algo que me dé algún indicio de donde pueda estar, pero no había nada, abrí un último cajón y revise en lo más mínimo y solo encontré muchos papeles de alguien llamado Shelbourne, pero jamás ha hablado de eso.

Empiezo a leer algunos documentos, pero no me conducen a nada, busco pistas y todo lo demás pero son hay artículos e informaciones poco relevantes del tal Shelbourne, pero por la cantidad de hojas e impresiones que veo, el tema parece ser muy delicado e importante.

- ¡Abuelo! - digo saludando a Joe White, quien ha sido como un padre para papá.

- ¡Pequeña Princesa, que bueno verte! - dijo abrazándome y ahí lloré más junto a él.

Tras terminar el abrazo vi a Kono y Chin llegar y de último el tío Danno quien corría hacia mí algo preocupado.

- ¡Stace tu papá está bien! - dijo Kono dándome una sonrisa llena de esperanza. - El jefe es alguien difícil de desaparecer. - dijo bromeando y todos rieron y yo traté de hacerlo pero no podía.

- ¿has visto algo inusual en tu padre? - me preguntó Joe.

- No, todo estaba bien. - dije tratando de  formar algún rompecabezas en mi mente. -Solo encontré algo de un tal Shelbourne en su oficina y White se tenso.

- Bien, puedo rastrear su teléfono. - dijo Kono.

- Igual rastrea su camioneta. - dijo Danno.

- Danno, ¿crees que él esté bien? - dije llorando.

- Sí Princesa. - dijo besando mi cabello. - ¿quieres ir a mi casa a descansar junto a Erick un rato mientras investigamos? - me preguntó.

- No, quiero quedarme por si hay alguna novedad. - dije secando mis lágrimas.

- Pequeña, creo que es lo mejor que hagas lo que Danny te pido. - dijo Joe.

- Te llevaré, ¡ven! - dijo sacándome del palacio.

- Vine en mi saltamontes. - dije mientras iba hacia el.

- Le diré a Chin que lo lleve a tu casa luego, ¡vamos!.

Entre al auto que papá ha conducido un sin número de veces y siento que todo me recuerda a él.

Antes de bajar del vehículo miro al cielo lleno de estrellas, cierro los ojos y sólo pido que papa esté bien

...

La hija de Steve McgarrettWhere stories live. Discover now