8

602 38 0
                                    

Pasé un lindo fin de semana en familia, me dolió un poco la pierna; pero decidí no prestarle tanta atención y gozar.

Todos estaban ahí e hicimos muchas bromas y juegos, sin duda éramos una familia, en un momento la pasé triste pues mis tíos ya se había ido y no pude despedirme de ellos, pero dijeron que hablarían con papá para que fuera a visitarlos algún día.

Les conté más o menos lo que había pasado y casi se vuelven locos, porque no les dije para que fueran a visitarme; pero les explique que papá no sabía que estaban aquí y menos sabía lo de mamá y entendieron.

Hice todas las tareas pendientes y el lunes ya había llegado, por lo tanto era hora de volver a la escuela.

Es obvio que no estaba muy contenta con esto, pues apuesto a que todos me mirarían extraños por usar muletas y ni hablar cuando vean la gran cicatriz.

Me bañé, lavé mi cabello y me hice una especie de moño, me puse el tonto uniforme y los zapatos y busqué la mochila nueva para entrar los útiles.

- Buenos días. - dije al bajar.

- Hola cariño. - dijo papá sirviendo el desayuno. - ¿por qué no me pediste ayuda para bajar?

- No estarás hoy en el colegio para "ayudarme", es correcto que haga las cosas por mi propia autonomía. - dije cansada de que quiera hacer todas las cosas por mí.

- Stace, no es molestia; es un placer para mí ayudarte y de verdad me gusta hacerlo, se que tal vez no pase mucho en casa y tu hagas tus cosas por tí misma, pero siempre he estado y estoy aquí para tí, ¿Cómo puedo ayudarte a entender eso? - dijo algo pensativo.

Y ni siquiera, sabía como responderle llevamos viviendo juntos bastante tiempos, pero cada quien tiene su vida y su mundo dentro de nuestra propia casa entonces es algo complicado.

- De ninguna forma, sé que no te molesta pero no estoy acostumbrada a verte en esta faceta, lo siento, jamás te he tenido tanto tiempo tan cerca y preocupado es todo. - dije tratando de que me comprenda.

- Lamento que te sientas así, tengo algunos días de vacaciones, podemos ir a donde tu quieras cuando estés mejor.

- Steven no se trata de vacaciones, cuando volvemos será igual, es cuestión de costumbre y creo que no la tenemos. -dije haciéndolo razonar.

- Dijiste que querías un cambio en tu habitación ¿no? - me preguntó y asentí. - Pues busca ideas de como lo quieres y cuando llegues de la escuela empieza a recoger, porque haremos ese nuevo cambio.

- Como diga comandante. - dije riendo. - por cierto, no quería irme de casa sin darte esto. - dije dándole un pequeño brazalete y una mini cartita que había hecho en el área de niños con Grace en el hotel.

Leyó la nota que decía: "Eres el mejor te quiero mucho y te doy este brazalete para que aunque estemos separados y en nuestros asuntos sepas que siempre estoy cerca de tí y estoy orgullosa de que tú, Comandante Mcgarrett seas mi padre, gracias por todo y aunque tengamos nuestras diferencias mi amor y admiración por tí crecen cada día y algún día espero ser tan genial como tú"

- ¡Vaya!, Stace muchas gracias, yo estoy orgulloso de tí y me hace feliz ser tu padre, te amo. - dijo abrazándome y luego le puse el brazalete.

- Creo que casi se nos está haciendo tarde, debemos ir yendonos. - dije rompiendo el "círculo de amor" entre ambos.

- Creo que tienes razón. - dijo viendo su reloj y sonriendo al ver la pulsera.

Lavó los trastes y luego me ayudó a llegar al vehículo y no veo la hora porque me quiten estas inútiles muletas.

La hija de Steve McgarrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora