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Veía a Mikel y Ashton ambos estaban bien y yo me había caído o no sé si alguien me empujó a propósito.

- Queridos niños ricos, les hacemos un llamado a dar todas sus joyas, teléfonos y cosas de valor que estén dentro de sus pertenencias y les aseguramos que nadie saldrá herido. - dijo uno de ellos.

- Bien, lo colocaran en esta bolsa a medida que vaya pasando por sus asientos y el que intente pasarse de listo recibirá un disparo. - dijo con una risa ridícula - ¿entendieron o les busco una pizarra para explicarles mejor?

Y todos asintieron.

- Vaya, vaya si nos ha salido mejor de lo que planeamos, chicos hay un cambio de planes olviden las joyas y teléfonos, hay un par de adolescentes aquí que valen más que eso. -dijo el que parecía el jefe mirando a Ashton y Mikel.

Se les veía asustados y su vida corría peligro, no eran mis amigos pero debía ayudarlos, debía crear una distracción o algo, pero ahora mismo no tengo idea de cómo hacerlo.

Uno de ellos estaba cerca de mí, así que  tiré de su pie y se cayó encima de una mesa y solto su arma, así que yo la tomé, pero nunca en mi vida había usado una, estas cosas si no puede enseñarmelas pero si hacer ejercio para tener resistencia, en fin.

- ¡Niña si no quieres morir dame el arma! - dijo el que había tumbado.

- ¡No re muevas o disparo! -dije nerviosa.

- Por una buena vez, dame la maldita arma. - dijo alternándose.

- Da un paso más y te dispararé. -dije temblando.

El hombre siguió caminando como si no estuviera hablando enserió y dispare el arma sobre su pierna y cayó sangrando al piso y también se había golpeado la cabeza.

Lo miré nerviosa, pero debía ayudar a esos chicos, se los estaban llevando y era hija de un SEAL tengo que protegerlos.

Seguí con el arma en la mano y aunque ya no estaba cargada salí tras ellos para asustarlos y no dejar que se los llevaran, pero alguien tomó de mi pelo y me tiró a los casilleros y luego empezó a golpear una y otra vez, luego tomó un cuchillo y lo clavó en el muslo de mi pierna izquierda y siguió golpeandome, traté de defenderme pero era mucho más fuerte yo y lo que le hacía ni siquiera cosquillas sentía.

- ¡Dave, ya vamonos!, déjala morirá desangrada igual. -dijo uno de ellos.

- No, esa maldita perra se atrevió a dispararme, ahora aprenderá la lección. - dijo enojado

- Eres un idiota, ya viene la policía, nos van a atrapar y no conseguiremos el dinero, déjala. - pero el no paraba, y las sirenas se escuchaban cerca.

Me pateaba en la cara, en las costillas una y otra vez, sonreía, lo disfrutaba y yo ya estaba casi del otro lado con mi abuelos Jonh y Doris, el cinco cero había llegado y jamás me había sentido tan feliz, pero eso no pareció importarle pues el seguía golpeandome sin control alguno.
 
Creo que mi cuerpo no aguantaba un golpe más, luego tomó el arma para cargarla y disparar pero vi que alguien salto encima de él y empezaron a pelear, aunque no fue tan difícil pues el estaba herido y ya no le quedaban tantas fuerzas.

Me dolía todo, mi nariz y labios sangraban, traté de pararme pero no pude y estaba llorando, me  siento horrible no le deseo esto a nadie aun si sea mi enemigo, no soportaba el dolor así que cerré los ojos y caí totalmente rendida.

- Stace, Stace. -dijo alguien sacudiendo mi cara. - soy Danny,  la ambulancia ya viene quédate conmigo. -dijo pero mi cuerpo no respondía. - vamos Stace no me hagas esto, ¿donde te duele más? - me preguntaba el tío Danny muy asustado.

Como pude le señalé mis costillas y mi muslo e intente hablarle pero no podía, lloraba no sólo por el dolor sino porque me sentía fustrada porque mi cuerpo no respondía.

- Tranquila, no hagas ningún esfuerzo tu papá ya viene, todo estará bien. -decía él sosteniendo mi cabeza y acariciando mi pelo.

- ¡Stacey!, soy Steven, soy papá, estoy aquí contigo. -dijo papá llegando donde estábamos. - Toque su cara y lo miré simulando una sonrisa unos segundos. - ¡Hey!, no me mires así, no me mires como si fueras a dejarme, no puedo perderte no ahora. -dijo llorando y eso me hacía derramar lágrimas también.

- T (unm) am- o -dije adolorida ahí si que no supe jamás de mí.

La hija de Steve McgarrettWhere stories live. Discover now