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El viaje ha sido toda una maravilla, lástima que tenga que volver a casa, venir a los Angeles es como tener un respiro y salir un poco de la rutina.

Aunque no voy a negar que llamaba a papá todos los días porque lo extrañaba e incluso lloré la primera noche porque el no estaba conmigo.

Creo que ha sido la mejor terapia venir aquí, ir a parques, salir a trotar con mis tíos, ir al cine, comer muchas chucherías e ir a tomar fisioterapia para la movilidad de mi pierna que ya está en un porcentaje de noventa porciento de recuperación.

Visité a mamá a donde está ingresada y bueno, ella no quiso verme además de que me dijo algunas palabras hirientes sin ningún motivo y me sentí muy mal en ese momento, además de que me aruño y me golpeó la cara porque no me reconocía.

Alguien le seguía dando drogas a escondidas y está desarrollando trastornos psiquiátricos que de solo pensarlo se me eriza la piel, ella realmente está muy mal y se niega a salir de dicho centro y mis tíos no pueden hacer nada contra eso.

Estaba despidiéndome de mis tíos en el aeropuerto y me tomé varias fotos con ellos, los extrañaría un montón pero mi hogar y mi ohana me esperan.

- ¡pórtate bien cariño! - dijo mi tío Leonard

- ¡siempre lo hago! - dije riendo

- ¡Saluda a tu padre de mi parte! - dijo mi otro tío Erick.

- ¡lo haré! - le sonreí.

- ¡Gracias por haber venido! - dijo Mckenzie, la ahora prometida de mi tío Leonard.

- ¡Gracias a ustedes por recibirme!, ¡los amo! - dije llorando.

- ¿no hay abrazo para mí? - dijo alguien fingiendo estar triste.

- ¡para tí siempre tengo abrazos! - dije para Keren. - ¡pensé que estabas en el trabajo! - le dije a la novia de mi tío Erick desde que tiene quince años.

- ¡Claro que vendría a despedirme de tí!, pedí mi hora de comida por adelantado, además te traje un paquete de tus galletas favoritas para el vuelo. - dijo sonriéndome. - Todo por mi sobrina favorita y me abrazo.

Sinceramente ellos eran los tíos más geniales del planeta y era afortunada se tenerlos, me despedí por última vez e hice el check-in para dirigirme a mi gato correspondiente.

Tenía dos maletas que pesaban bastante y una mochila donde estaba mi computadora, dinero, teléfono, pasaporte, audífonos y una tablet que me regalo Mckenzie para mi nuevo proyecto.

Pasajeros con Destino a Hawaii del vuelo 537 por favor prepararse para el abordaje, mantengan su ticket de abordaje en la mano junto a su pasaporte.

En cinco minutos iniciaremos el llamado de abordaje por grupos; en primer lugar personas con movilidad reducida, embarazadas y miembros de Hawaii team, luego seguiremos con el grupo A, B y C, continuaremos con los grupos D, E, F y concluiremos con los grupos G y H... ¡Gracias por viajar en Hawaii Airlines!

Tras escuchar el alta voz de inmediato tomé mi mochila, y coloqué en mi mano mi pasaporte y ticket para esperar que llamen a mi grupo que es el B.

Damas y caballeros del vuelo 537, les informamos que apartir de este momento iniciamos nuestro abordaje, de inmediato pueden aproximarse de manera ordenada y por grupos en una fila; recordamos que el orden de abordaje es el siguiente: en primer lugar personas con movilidad reducida, embarazadas y miembros de Hawaii team, luego seguiremos con el grupo A, B y C, continuaremos con los grupos D, E, F y concluiremos con los grupos G y H... ¡Gracias por viajar en Hawaii Airlines!

Ya era mi turno de abordar y me senté en la ventana y coloqué mi mochila en el asiento del al lado ya que al parecer estaba vacío y no había nadie con intención de ocuparlo y creo que el abordaje está llegando a su fin.

Miraba por la ventana que aún estaban subiendo maletas y veía también que en el área de rampa hacían otras acciones, como otro vuelo que al parecer acaba de llegar desmontaban una caja de muertos desde el  compartimiento de carga del avión.

- ¡Disculpa, creo que tu mochila ocupa mi asiento! - dijo un chico de cabellos castaño con ojos café.

- ¡lo siento! - dije disculpandome y tomando la mochila.

Volví a mirar la ventana mientras el chico desconocido se estaba acomodando.

Minutos después habíamos iniciado las instrucciones de seguridad y le presté la debida atención, aunque ya me la sabia de memoria.

Habíamos despegado con éxito y al llegar a la altitud de crucero las pantallas del avión se habilitaron para que podamos ver películas, ver el trayecto de vuelo, escuchar música o ver nuevamente las instrucciones de seguridad en un video.

- ¿y cómo te llamas? - me preguntó el chico y yo seguía en mi búsqueda de películas.

- ¿Por qué tendría que decirte mi nombre? - pregunté mirándolo.

- No sé, tal vez gracias a tí tendría una amiga en Hawaii. - dijo indiferente.

- Lo lamento, por ahora no deseo más amigos. - dije de manera inexpresiva.

- De acuerdo. - dijo y le puso atención a su pantalla.

- ¡Buenos días!, en las revistas se encuentra la carta de comidas y desayunos, si desean ordenar algo solo deben tocar al botón y de inmediato los asistiré, mi nombre es Madison Webster y seré su tripulantes asignada.

- Gracias Madison, la he mirado y me interesan unos croissant con jugo de pera, un vaso de frutas y un bizcochuelo  de zanahoria. - dijo el chico raro.

- De acuerdo. -dijo anotando. - ¿Señorita usted ya sabe que desea o busco lo del Señor primero? - me pregunto.

- Me apetece más un desayuno hawaiano con jugo de piña guayaba, por favor - dije sonriendole.

- ¿algún postre? - volvió a preguntar

- Si, unas malasadas rellenas de crema pastelera de piña. - le dije y volví a lo mío.

Era adicta a la piña, además de que en mi viaje probé el desayuno y estuvo sumamente exquisito en especial el postre, le propondré a Steve estos viajes más a menudo.

Nos trajeron el desayuno y seguí viendo la película que elegí mientras comía mi delicioso omelett hawaiano y las demás cosas.

La película se acabó y habían recogido el plato, yo me preparé para dormir una siesta porque quedaban cuatro horas para llegar, pero alguien me interrumpió.

-  y, ¿Sabes surfear?, y ¿voy a encontrar hawaianas por todos lados con faldas de algas y brassier de cocos?, ¿es tu primera vez viajando a Hawaii? - me preguntó mi intenso compañero de al lado.

- número uno: sí, sé surfrear; número dos: no, no vas a encontrar por todos lados mujeres con faldas y bra de cocos; y, número tres: no es primera vez que viajo a Hawaii. - dije algo grosera, pero me tenía algo cansada.

- ¡disculpa, sólo quería conversar! - dijo él. - ¡por cierto, olvidé presentarme!, Soy Erick Russo y viviré con tío.

- Interesante, ojalá y te hubiera preguntado. - dije riendo de forma sarcástica. - si me disculpas voy a dormir una siesta.

- ¡como digas linda princesa! - dijo riendo.

Y yo sólo tenía ganas de golpearlo, este viaje será algo largo.

...

La hija de Steve McgarrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora