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Acababa de despertar y al primero que vi fue al tío Danny y no dude un segundo en sonreír.

- ¡Vaya si  la bella durmiente de Hawaii ha despertado! - dijo devolviendome la sonrisa.

- Créeme con tantos golpes de seguro he perdido la belleza. -dije mientras recordaba lo que pasó y lloraba.

- No vuelvas a causarme un susto así jamás, por favor. - dijo besando mi frente y limpiandome las lágrimas.

- Aprendí la lección. -dije mirándolo - oye, ¿crees que deba decirle a papá que vi a mi mamá ayer?, no quiero que se vuelva a enojar conmigo.

- oye sobre eso, sé que Steve es hostigangante a veces y por eso tal vez quizás no quieras decirle algunas cosas pero para eso está el tío Danny aquí, ¿Cómo es eso de que fumas?.

- ¿podemos hablar de eso en otro día?

- Claro, cuando quieras preciosa, por cierto Grace hizo este dibujo para tí.

- ¡wuao!, gracias, ¿Dónde está?.

- Está afuera con Steve, ¿quieres saludarla?

- Si, debo agradecerle por este hermoso dibujo.

- La traeré más tarde, primero debemos ir a buscar algo a tu casa mientras Steve vendrá a verte.

- ¿cuando vuelvas puedes traerme algún postre?

- ¿sólo postre?

- Si, es lo único que quiero.

- De acuerdo, veré que encuentro en el camino. - dijo y salió y un minuto después entró mi papá.

- ¡Hey!, ¿Cómo te sientes? -dijo papá sentándose en el borde de la camilla y tomándome de la mano.

- ¡Bien, no me duele nada!, ¿crees que podamos ir a casa? - dije algo aburrida.

- No creo que podamos volver hoy así que disfruta en este resort cinco estrellas.

- ¡Que maravilla!, ¿Sabes algo de los Denning?, ¿Cómo están?

- Sobre eso, he escuchado muchas versiones hoy pero quiero saber la tuya y no quise ver las cámaras de seguridad de la escuela porque no quiero ver como ese maldito animal te golpeaba.

- ¿de verdad debo decir eso?

- Dime lo que puedas, pero necesito saber que pasó ahí realmente. - dijo tratando de no obligarme.

- De acuerdo. - dije suspirando. - Eran cuatro, entraron a robar joyas y celulares de los que estábamos ahí, luego uno que parecía el jefe cambió los planes y dijo que se llevarían  a los Denning  entonces quise ayudarlos, empujé a uno y su arma se cayo y le dispare en una pierna y salí tras los demás pero el me tomó del cabello y el resto es historia, hasta que alguien lo llamó y le dijo que era hora de irse pero eso no lo detuvo e iba a disparar si Danny no llega. - dije sofocada.

- Tranquila, lamento hacerte recordar todo esto pero tu declaración en todo esto es muy importante, ¿dijeron algún nombre o algo?

- Sí, su nombre era Nate, o Jake, no, no Dave, si Dave, su nombre era Dave.

- Muy bien bonita, ahora a descansar un rato más, yo estaré aquí si.

- ¿No querías saber porque fumaba?

- Ahora no, me importa más saber que estas bien.

- Disfrutaba golpearme, iba a matarme en un momento pensé que no volvería a vivir más, luego llegó el tío Danny y me salvo, tuve mucho miedo pero quería hacer algo por ellos soy hija de un SEAL no podía quedarme de brazos cruzados.

- No vuelvas a hacerlo, que yo sea un SEAL no te hace serlo, tu misma lo dijiste esta mañana eres una civil y por lo tanto compórtate como una, ¿si?, me asustaste demasiado y con otro más me matas de un infarto.

- Claro, habla el que siempre arriesga su vida por los demás y luego otros sufrimos las consecuencias, pero da igual. -dije riendo.

- Lamento haberte gritado esta mañana y lamento no haberme despedido de tí, si reconozco me enojó la parte en la que fumas pero no debí hacer las cosas de esa forma, me sentí horrible de pensar que la forma en la que te iba despedir era recordando que mi adiós fue una pelea.

- Bueno como la hierva mala nunca muere su descendencia tampoco, ¿no crees? - dije burlandome. - No tienes que preocuparte por eso, yo tengo lindas imágenes de tí disfrutando conmigo en mi cabeza, no le presto atención a esas peleas. -dije bostezando.

- Oye linda es momento de descansar, duerme un rato ¿si?, me quedaré aquí contigo.

Cerré mis ojos y puedo jurar que a los pocos minutos estaba dormida aunque esta cama era bastante incomoda y tampoco podía acomodarme como me gusta porque lo intenté y me estaban doliendo las costillas de forma horrible.

Alguien me golpeaba, no veía su rostro pero sus acciones sabía perfectamente quién era, me pateaba, tomaba su arma decía "volví por ti y esta vez nadie va salvarte", reía con malicia me clavaba el cuchillo una y otra vez en el muslo y no dejaba de sentir dolor, gritaba pero nadie me escuchaba, trataba de defenderme pero acostada en esta cama era imposible, me quité algunos de los sueros intravenosos y salí corriendo pero no llegué lejos, nadie escuchaba lo que pasaba y él se burlaba de mí.

- ¡basta, para ya! -dije asustada.

- No debiste dispararme hija de perra, vas a pagarla muy caro. - dijo arrastrándome por todo el piso y no había absolutamente nadie en el pasillo.

- Perdóname, no me mates. - decía aterrada llorando.

- ¿ya sabes cuales son tus últimas palabras? - dijo riendo y no podía sacar su maldita risa de mi cabeza.

Me dolía todo no podía luchar con él, me doblaba en todo, así que me resigne y moriría a mis diecisiete años por dispararle a un desconocido.

Tomó su arma y la cargo - Dile adiós al mundo querida y disparó y se fue, mientras yo me quedé desangrandome esperando el momento de mi muerte.

Alguien me movía y me tocaba pero yo no parecía reaccionar - ¡Stace! ¡Stace! - decía alguien moviendo mi cuerpo suavemente. - ¡Stacey! - intentaba despertarme pero no podía. - Me movía, llamaba a papá pero él no me escuchaba, él cuerpo me dolía bastante es como si hubiera revivia la paliza otra vez. - ¡Stace! - dijo más alto entonces ahí fue cuando por fin desperté o eso creía.

Desperté sofocada y empecé a tocar mi cuerpo como loca, me dolía mucho el cuerpo y estaba estropeada, ya no me sentía tan bien, al abrir los ojos me quedé mirando un punto fijo y una lágrima se deslizó por mi mejilla.

- Cariño no paso nada, sólo fue una pesadilla. - decía mi papá tomando mi mano.

- Era muy real, él había vuelto a golpearme y matarme, me dijo nadie iba a poder salvarme y no dejaba de clavarme en el muslo su cuchillo, me arrastró por el piso y nadie me escuchaba, intenté escapar pero me alcanzó y se reía, no puedo sacar de mi mente su risa. - dije llorando.

Me dolía el cuerpo y sentía algo liquido caliente pasando de mi muslo hacia abajo, dolía demasiado y miré y había sangre y las sabanas empezaban a teñirse de rojo.

- ¡Stace iré por un doctor!, ya vuelvo. - dijo papá mirando muy preocupado.

- No me dejes sola, el volverá. -dije con la mirada aterrada

- Princesa solo serán unos segundos, nada va a pasarte. -dijo calmandone.

Mientras el venía me pare para ir al baño, pero al pararme estaba mareada y me caí golpeandome un poco la cabeza y un terrible dolor se instaló en mis costillas.

La sangre no se detenía y tampoco podía pararme, duele mucho, respiraba despacio para que doliera menos y eso no ayudaba, y un fuerte dolor de cabeza combinado con mareo se posicionó en mi cabeza, no sé si de ver o de perder tanta sangre me sentía peor y me tiré a dormir cerca de la barandilla de la cama.

...

La hija de Steve McgarrettWhere stories live. Discover now