TITULO EN BLANCO

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Las personas cometen errores, unos más graves que otros, pero solo cometo uno y después lo vuelvo hacer hasta que no puedo más y regreso de nuevo

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Las personas cometen errores, unos más graves que otros, pero solo cometo uno y después lo vuelvo hacer hasta que no puedo más y regreso de nuevo

Cómo ahora.

El sur de Manhattan se ha convertido en mis sitio favorito desde que tengo 17 y ahora con 26 sigue siendo mi lugar donde me siento libre, sin presiones, pero donde cometo ese error, dónde daño lo que no debería.

Detengo el auto frente al edificio de ladrillos, apago las luces de la furgoneta color azul que utilizo para venir aquí. Una pareja sale tomados de la mano, él le sonríe y el chico le devuelve la sonrisa.

Dios, ¿Que estoy haciendo?

Son más de las diez de la noche, ya no está en la estación y se que probablemente esté haciendo la cena o frente al televisor viendo uno de los documentales que tanto le gustan.

Respiro hondo, me subo la capucha de la sudadera y me bajo del auto trayendo conmigo las llaves. Abro la puerta del edificio subiéndo las escaleras hasta el cuarto piso. Los departamentos son pequeños, ya que por más que le he dicho que se mude a uno más decente, no quiere.

La puerta número cuatro queda frente a mi, saco el llavero con la foto de Darly en el y sonrío negando con la cabeza. Ese perro Pug me robó el corazón y el dueño lo sabe.

Me adentro quitándome la capucha, recorro el pasillo de un metro y medio hasta la pequeña sala de estar, dónde solo encuentro al perro blanco con negro quien está dormido boca arriba con la lengua de fuera.

Sonrío rascándo su panza y me encamino a la cocina, dónde la barra que la divide está ocupada con un montón de carpetas, manchas de café y él de espaldas volteando un omelette frente a la estufa

Cuando se gira no le sorprende verme, no dice nada, solo continúa con lo que hace permitiendo que me siente con las piernas abiertas sobre el banco de madera.

—¿Ya cenaste? —pregunta y niego. —¿De que lo quieres?

—De manzanilla.

Está es nuestra rutina cada que vengo aquí. Deja el té frente a mi, lo tapa con un pedazo de carpeta y procede a sacar lo que necesita para un sándwich.

Desde la fiesta no había venido aquí y la verdad es que extrañaba el calor de esta casa y de la persona que tengo frente a mi.

Lo observo apoyando los brazos sobre el mármol. Trae una camiseta blanca de cuello redondo, unos pantalones de pijama gris y está descalzo. Se acaba de bañar porque tiene parte de la tela pegada a la espalda.

La cadena de placa le cuelga por fuera de la camiseta, se la regalé yo y la sigue usando como si fuera su cosa favorita.

—Necesitas un corte. —comenta señalando mi cabello. —¿Oh ahora piensas entrar más en el papel Hippie? —bromea dejando el sándwich frente a mi.

Tentación Azul 1 ® BORRADOR (PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora