CAPITULO 40

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Nunca he Sido un hombre que tema hablar, jamás me han dado miedo las palabras, a pesar de que creo que son el arma más poderosa de cualquier ser humano, siguen sin tener poder sobre mi

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Nunca he Sido un hombre que tema hablar, jamás me han dado miedo las palabras, a pesar de que creo que son el arma más poderosa de cualquier ser humano, siguen sin tener poder sobre mi

Hasta ahora

Me paso la mano por el cabello antes rodear la cintura de Nathalie (ya que en la otra tengo el maletín) quién parece estar nerviosa, pero la tranquilizo con un beso en la mejilla.

Tengo el teléfono en el bolsillo el cual me vibra al salir del elevador pero no tengo ánimos de responder ya que no quiero que nada arruine esta noche. Elías y Fabio no siguen de cerca, tengo más seguridad rodeando el hotel ya que no me gusta salir sin ella, mucho menos ahora que las cosas no están bien

—¿A dónde iremos? —me pregunta cuando la guío por el pasillo. —¿Ahora sí me vas a decir?

Es muy insistente y es algo que me gusta de ella. Una de las tantas cosas que me parecen atractivas e interesantes.

—A cenar. —respondo sin soltarla. —Reservé una de las salas privadas para nosotros.

Cuando llegamos a nuestro destino, las puertas de vidrio se abren en automático dejándonos entrar. El salón no me sorprende para nada, pero a ella sí, ya que se separa un poco de mi para observar a su alrededor como niño en una juguetería.

—Es por acá. —la llamo llevándola conmigo.

Me sigue el paso y la dejo seguir sola porque en serio quiero apreciar lo hermosa que se ve en ese vestido negro. Se ve hermosa siempre, pero el negro es su color, resalta sus curvas, su piel luce más blanca y es una fantasía andante verla enfundada en mi color favorito.

Cuando llegamos a la mesa, dejo el maletín a un lado y le abro la silla para que tome asiento. Yo lo hago también recibiendo el trago que me acercan a lo que ella también recibe la copa con vino blanco.

—Este lugar es hermoso. —dice regalandome una sonrisa con ese nivel de felicidad tan propio de ella. —¿Ya habías venido aquí antes?

—Un par veces, por negocios. —respondo. —¿Es tu primera vez aquí?

—Aquí, en México y cualquier lugar al que me lleves que no se Nueva York. —se encoge de hombros. —Nunca había salido de la ciudad. Antony, el esposo de mi hermana, nos invitó a Francia el verano pasado, pero Zay estaba por reventar y no quisimos acompañarlo.

—¿Francia es tu lugar soñado? —inquiero dándole un trago al vodka.

Sacude la cabeza con una sonrisa.

—No, mi lugar soñado son las Bahamas. —se mueve. —Siempre eh querido ir y no me preguntes porque, porqué no lo sé.

Sonrío mirando como el cabello de la coleta le cae por el hombro izquierdo.

—Bueno, no preguntaré eso. —levanto mi mano.

Un mesero se acerca dejando las cartas, Nathalie toma una y yo otra, pero me concentro más en ella, ya que mira todo lo que hay en el menú formando un puchero con los labios.

Tentación Azul 1 ® BORRADOR (PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO) Where stories live. Discover now