Libro 1
ADVERTENCIA, ESTA HISTORIA CONTIENE ESCENAS +18 Y +21 ENTRE OTROS TEMAS.
Nathalie Parson se graduó de maestra y tras unas pequeñas vacaciones encontró trabajo en un colegio no muy lejos de su departamento.
Hunter Meyer viene de una familia...
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—Odio las corbatas. —murmura la persona que tengo frente a mi. —Me siento como un cachorro al que le ponen una correa.
Lo ignoro
—Llevas media hora intentando hacer el nudo y nada...—protesta. —Dejalo, no es necesario que tenga una correa...
—Deja de decir eso, tu padre las usa ¿Él es un perro? —lo cuestiono mirándolo a los ojos. —Deja de actuar como un bebé.
Rueda los ojos y yo continúo con el nudo hasta lograrlo poniéndome de pie para observarlo mejor.
—Estas muy guapo. —le susurro dandole un beso en la frente. Está alto y eso que aún le falta crecer más. —Ahora iré a ver a tus hermanas y tú no te manches nada. —advierto antes de salir.
Lo dejo en su habitación cruzando el pasillo para adentrarme en la alcoba dónde están las cunas de mis bebés. Grace siempre está al pendiente de ellas, al igual que su abuela. Esmeralda no se les separa y menos hoy que cumplen 5 meses de nacidas
—Tanto llanto me hizo entender que no le gustan los moños. —me comenta mi suegra refiriéndose a Ikari. —Creo que le pican.
—Esta chiflada. —me acerco a besarle la cara. —¿Verdad que sí, amor? ¿Estás chifladita?
Se ríe cuendo le beso el cuello y me paso a su hermana. Mi bebé si se deja la diadema en color negro, con el moño en ella.
—¿Y tú, corazón? ¿A ti si te gustan? ¡Ay es que las amo mucho! —se me humedecen los ojos cuando me miran. —Son tan hermosas.
Ambas tienen facciones muy parecidas. Me gusta vestirlas igual o combinadas, como hoy. Una lleva un vestido negro y la otra uno azul, Ikari sin moño y Akari con moño.
Se ven muy coquetas con el vestido esponjoso y cuando me miran sus ojos azules brillan tanto, que me enamoran más.
Se quién es cada una, pero también me ayuda el color de los ojos, siento que para muchos son simplemente azules, pero para mí no, una tiene mis ojos y otra los ojos de su padre y hermano.
—¿Convenciste a Ian de ponerse la corbata? —pregunta.
Asiento tomando a Akari en brazos.
—Si, es bastante terco, pero es ganancia que la use durante la foto. — respondo acomodando el vestido de mi hija. —Dice que una corbata es traer una correa.
Esmeralda se ríe.
—Eres una gran mamá, ¿Lo sabes, cierto? —me mira a los ojos. —Él te ama, nunca olvides eso.
Suelto un suspiro.
—Lo sé, pero también tengo claro mi lugar en su corazón. —camino hacia la puerta. —Tiene una madre, desconocemos los motivos por los cuales se alejó, todo por lo que pasó hasta el punto de perder la memoria y jamás le meteré cosas malas sobre su madre Biológica, si él la llega a querer más que a mí, yo no me voy a enojar.
