EPÍLOGO (Parte 2)

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Nathalie Parson


Cierro la puerta de la habitación, las bebés están tomando la siesta, Ian se fue con Abel a entrenar y Hunter salió de la propiedad, pero se que regresará antes del medio día

Hoy es el día en que Ian conocerá a su madre por primera vez.

Desde ayer he tratado de que mi sensibilidad no me traicione, pero es difícil, ya que lo veo tan emocionado. Me cuenta que primero le dará la mano, le dirá que ha soñado con ella y le preguntará si está bien.

Es que no lo puedo amar más, es un gran niño, un gran hijo y un gran hermano, mi mayor temor es que Aurora le haga algún rechazo y eso se quede en su cabeza el resto de su vida.

Ruego porque no sea así.

Tomo una profunda bocanada de aire y camino directo al armario, abro la primera gaveta, de dónde saco la caja que guarda la pistola blanca que Hunter me entregó en el altar.

La saco sentandome en el piso y despacio la tomo pasando mis dedos por la preciosidad que es. Jamás pensé que podía llegar a admirar tanto un arma, pero la vida me cambió tanto, que meses antes no me reconocería.

Isabella fue muy paciente a la hora de enseñarme a disparar, llevo meses entrenando, al principio me negaba, ya que me daba miedo tomarla en mis manos, pero poco a poco perdí tal miedo y ahora ya no dudo en tomarla.

La voy a utilizar si intentan hacerle daño a mi hijo.

Me pongo de pie saliendo con ella en mi mano y me pongo la chaqueta de cuero color negra. Me ato el cabello en una coleta alta dejando el flequillo por fuera, me ajusto el reloj y el collar de Mariposa que Hunter me regaló cuelga de mi cuello.

Me acerco al cunero de las niñas, ambas están profundamente dormidas, Ikari está boca arriba y Akari de lado, jamás me canso de verlas, son mis nenas adoradas

Tocan la puerta y el ardor en el estómago comienza al ver a Hunter, quien viene con Grace, la mujer entra saludandome y yo le correspondo.

—Danielle vendrá más tarde, así que no tendrás que estar con ellas a solas, Grace.

—Si, señora.

—Cualquier cosa, me avisas.

Asiente y yo tomo la mano de mi esposo, tal acto me calma un poco, ya que él también está igual que yo, ambos estamos preocupados por Ian y por lo que pueda pasar cuando vea Aurora.

—¿Dónde está? —pregunto cuando salimos de la habitación.

—Abajo, con Abel. —responde. —Las condiciones de Jordan fueron claras, solo podemos llevar la seguridad de mayor confianza y...

—Tú llevarás a Abel y Fabio ¿Cierto? —asiente. —Pues yo llevaré la mía, Isabella viene.

Me mira un momento sorprendido, pero no me contradice.

—De acuerdo.

Bajamos las escaleras y al final me encuentro con Esmeralda, quien está fumando y no parece para nada tranquila, así que me acerco a ella pidiéndole a Hunter un momento.

—Esto te matará. —le digo señalando el cigarro.

—Si, pero aún falta para eso. —contesta. —No insistí en ir solo porque quiero que Ian esté cómodo con este encuentro.

Me apoyo en el marco de la puerta.

—Él estará bien, está emocionado y no pienso dejar que sufra una desilusión.

Tentación Azul 1 ® BORRADOR (PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora