Extra

32.3K 2.3K 268
                                    




Nathalie Parson.

Quinto aniversario.

La mano de Hunter está ubicada en mi estómago, casi siempre duerme en esa posición, boca abajo con la cabeza apoyada en la almohada, girando hacia la dirección contraria a la mía

Anoche llegó tarde. Sentí como el colchón se hundió con su peso, tratando de hacer el menor ruido posible para no despertarme, pero yo no estaba del todo dormida. No es mentira que cada sale y se demora en regresar, no estoy tranquila hasta que lo hace.

Me pongo de pie lo más despacio que puedo y camino directo al baño. Hoy cumplimos cinco años de casados y aunque hemos tenido altibajos, seguimos juntos, criando a tres hermosos hijos, con sus diferentes cambios de humor.

Ian en especial.

Me da dolores de cabeza, mucho más cuando le pide a su padre que lo lleve con él o habla con Jordan de cosas que no quiero que sepa aún, a pesar de que ya lo sabe, quiero que viva tranquilo, que viva como un preadolescente más o menos normal.

Con trece años ya es un niño enorme y con una madurez que deja sorprendido a más de uno.

Me lavo la cara, me recojo el cabello frente al espejo del baño y por último me cepillo los dientes al mismo tiempo que la puerta se abre mostrando a mi marido. Se acerca rodeándome la cintura con los brazos y comienza a repartir besos a lo largo de mi cuello hasta mi nuca.

—Buenos días.

—Mmm…—pasea sus manos por mi estómago plano. —¿Cómo amaneció hoy mi querida esposa?

—Acostada, como todos los días.

Me clava los dedos en las costillas logrando que lo empuje hacia atrás. Odia que le responda de esa manera.

—Ya. —me giro cuando termino. —Feliz aniversario.

Dejo un beso en sus labios y trato de salir, pero me lo impide.

—Feliz aniversario, maestra. —me acorrala contra la puerta. —Te amo.

—Te amo, más. —le lleno la cara de besos. —Ahora tengo que ir a ver a nuestros hijos.

—Te preparé una sorpresa, te veo en un rato.

—De acuerdo.

Lo dejo solo abandonando la habitación hasta salir al pasillo. No veo a nadie y es algo que me tranquiliza, yo le dejé claro a Hunter que la casa era solo para que estuviera la familia y que sus armas, como todo lo que hacía dentro, se tenía que ir.

Todo está en la misma propiedad, pero ahora las niñas no ven personas extrañas paseándose dentro ni mucho menos escuchan detonaciones que lastimen sus oídos. Me alegra también que Esmeralda me haya apoyado en todo, ella siempre me apoya.

Busco la habitación de las niñas primero, camino hacia ella, pero al abrirla, la encuentro vacía y no me alarmo, porque se que están con su abuela. Con cinco años, son unas princesas muy inteligentes.

Me desvío al final del pasillo y me adentro en la alcoba de Esmeralda, dónde encuentro a la niñas recostadas sobre su cama, una al lado de la otra mirando televisión y comiendo chocolate.

—¿En serio? —me cruzo de brazos. —¿Chocolate a esta hora de la mañana, Esme?

Ella rueda los ojos.

—Ellas querían y yo no les voy a negar nada. —responde. —Ahora estamos viendo una maratón de Baby.

—¡Barbie! — la corrigen ambas al unísono.

Tentación Azul 1 ® BORRADOR (PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO) Where stories live. Discover now