Capítulo 9

15 7 0
                                    

Abigail
Me encuentro esperando un taxi en el hotel en el que desperté con un desconocido al lado, estoy ansiosa, nerviosa, me duele la cabeza y además estoy molesta. Siento como si me estuvieran persiguiendo y que en cualquier momento el tipo que estaba a mi lado saldrá por el ascensor en mi búsqueda y sin duda no deseo pasar semejante vergüenza.
-Eres una estúpida -Susurro, no sé qué sucedió anoche pero sé que me comporté como una adolescente.
Me avisan que mi taxi ya llegó y salgo de este lujoso hotel dando grandes zancadas, solo espero y esa habitación no la haya pagado yo, porque lo último que necesito es despilfarrar el dinero en estupideces, puede que no esté mal económicamente pero el dinero no es eterno y si no supero la fase de prueba en Magic tendré que subsistir con mis ahorros hasta encontrar un nuevo empleo, solo espero y eso no suceda, quizás por primera vez la mala suerte no me acompañe.
Entro al auto y le doy mi dirección aunque en realidad voy a casa de Alexa, para mi suerte vive justo al lado de mi casa, ella tiene muchas cosas que explicarme y seguro sabe algo de cómo terminé tan enredada.
Una parte de mí se pregunta cómo una simple borrachera pudo borrarme la memoria, tengo que haber abusado de él para llegar a este punto, me auto regaño a cada minuto por embriagarme, cosa que nunca he hecho y sin duda no repetiré, siempre he tolerado el alcohol y he sabido detenerme para no terminar en una situación incómoda como lo que me acaba de suceder. Mi madre suele decir la típica frase: "Bebes como un albañil acabado de cobrar" y puede que en el fondo tenga un poco de razón.
Llego a mi destino, pago y me bajo, miro la hora en mi teléfono, siete de la mañana, aún es muy temprano. Seguro que todos se encuentran durmiendo en casa de Alexa. Decido ir a la mía y voy directo a darme un largo baño, necesito limpiar cada tramo de mi cuerpo, me siento sucia, el pensar en la posibilidad de que me acosté con un auténtico desconocido me provoca un sin fin de sensaciones y ninguna de ella es agradable.
Cuando considero que mi piel esta suficiente mente limpia, agarro una toalla y salgo del baño envuelta en ella, me dirijo a mi habitación y elijo un short alto de mezclilla, lo combino con una blusa gris holgada de tirantes blancos y unas sandalias bastante cómodas, desenredo mi cabello y lo dejo suelto para que se seque, he de decir que odio tener que hacerlo, me provoca demasiada pereza. Aplico mi crema mañanera en mi rostro y me perfumo un poco, tratando de volver a oler a mí.
Mi estómago cruje y recuerdo que aún no desayuno nada, estoy tratando de parecer calmada para poder soltar todo lo que tengo cuando vea a mi amiga, no deseo hacer un espectáculo de algo tan simple como haber tenido una borrachera épica y un revolcón con un desconocido, el punto está en que para mí es demasiado, no estoy acostumbrada a este tipo de cosas, las lágrimas se acumulan en mis ojos y respiro profundo para controlarlas, no puedo permitirme caer cuando estoy totalmente sola, eso podría llevarme a caer en depresión una vez más, sin duda no es lo que deseo.
Voy a la cocina y me preparo un vaso de leche con chocolate y unas arepas, es mi desayuno favorito, como hoy es un mal día voy a consentir mi estómago, devoro todo en cuestión de minutos y reviso algunos mensajes que tengo del trabajo, le respondo rápidamente a Tania y luego llamó a Alexa quien al tercer tono responde:
-¿Dónde estás Abi? ¿Por qué no contestaste el teléfono? Estaba muy preocupada por ti.
-¿Estás en tu casa? Yo estoy en la mía. ¿Voy o vienes?
-Voy -Se detiene por un momento -Pero no sola, Martin está conmigo.
-Okey, los espero -Martin sin duda tiene mi aprobación ayer fui testigo de cómo esta loquito por mi amiga, sin embargo no me agrada la idea de tener que compartir mi situación con él, lo único bueno en todo esto es que me podría ayudar a saber que ocurrió conmigo ya que él también estaba en la discoteca. Tengo claro que debo acostúmbrame a él solo que no creí que fuera tan rápido.
Busco unas cervezas y jugo de naranja, lo coloco sobre la mesita de la sala, no pienso tomar hasta que se me olvide este fatídico, día sé que esta conversación será larga y muy complicada y lo mejor es estar preparado, el timbre suena y corro a abrir la puerta.
-Estaba preocupada por ti niña, no me hagas eso de nuevo -dice abrazándome como si llevara diez años sin verme -Espero que tengas una muy buena justificación

Lluvia de BesosDove le storie prendono vita. Scoprilo ora