Capítulo 16

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Mi día favorito de la semana es el domingo porque puedo holgazanear y consentirme, tengo una empleada que vine a limpiar la casa entre semana de las labores del hogar esa no es ni de lejos mi favorita, gracias a Marta no tengo tanto trabajo en la casa. Me desperté a las once y me hice un fabuloso almuerzo, sí, me salté el desayuno, pero un día no hace daño.
Luego decidí disfrutar de una ducha relajante y de fondo escucho las canciones de Camila, un grupo que amo. Cuando acabo salgo del baño envuelta en una toalla y continúo tarareando la música que se reproduce desde mi celular, me pongo un vestido de flores rojas y unas sandalias negras con tiritas, en mi cabello me hago un semi recogido. Observo mi reflejo en el espejo y tengo que confesar que me encanta, opto por usar solo un poco de maquillaje pata cubrir mis ojeras y resaltar mis largas pestañas, me doy un color mate en los labios y me hecho mi perfume favorito, me es imposible no poder suspirar al sentir un olor que amo tanto.
Últimamente me ha molestado un poco la monotonía de mi pelo corto, estoy adaptada a él, pero muchas cosas están cambiando en mí y dicen que el pelo representa la personalidad así que quizás sea horade cambiarlo también quizás necesita un nuevo color o corte, aún no estoy segura, es una decisión importante para mi imagen y debo pensarla bien.
Tomo mi teléfono y detengo la música para llamar a mi madre siempre me molesta con que lo hago poco y aunque la amo no siento esa necesidad de hablarle todos los días, sé que tiene razón, pero prefiero enviarle simples mensajes a llamarla constantemente.
—Hola mamá —le digo cuando responde.
—Dame un minuto mi niña —espero pacientemente, pero se demora un par de minutos —ya, estaba despidiendo a tu hermana, que va a pasarse el fin de semana en la casa del padre de Dalia.
Dalia es la mejor amiga de mi hermana, se conocen desde pequeñas, es muy buena chica, hace poco sus padres se divorciaron, Carla me ha contado que le ha sido muy difícil aceptarlo y que ha tenido que estar a su lado durante este proceso —Tú hermana te mandó un beso antes de irse —Sonrío al escuchar eso.
—¿Cómo estás tú, mamá?
—Bien cariño, extrañándote, quisiera visitarte pronto —me sorprende oír eso, mi madre siente un gran pánico a los aviones me debe extrañar muchísimo para que quiera venir. —¿Te parece bien?
—Tengo una mejor idea, falta un mes para navidad porque no vienen tú, Alex y Carla, esta casa tiene tres cuartos y me encantaría que todos estuvieran aquí para fin de año, además hay muchas personas que quiero que conozcan en persona, sería maravilloso pasar las vacaciones con ustedes.
—Lo hablaré con Alex haber que dice, pero dime hay alguien especial que quieras presentarme —sé a lo que se refiere, pero me haré la tonta.
—Está Alexa, sus hermanos, su abuela y su madre, incluso mi nueva amiga en el trabajo y el novio de Ale —me gustaría mencionar a Kenneth pero no somos nada por lo que no creo que sea adecuado.
—No era lo que esperaba, pero me alegro de saber que estás rodeándote de muchas personas.
—Me gustaría pasar unas navidades con toda mi familia tanto la de Colombia como la de España. ¿Por favor convence a Alex? —Casi hago una súplica olvidando que no me ve.
—Haré todo lo que pueda para que diga que sí, díselo a tu hermana, a ella se le da muy bien convencer a su padre.
—Eso haré, voy a salir ahora, no quiero quedarme en casa sola, llamaré a Alexa y a Tania para ir a algún lugar juntas, así que hablamos luego.
—Ten cuidado cariño. Te amo.
—Siempre, y yo también te amo.
La llamada finaliza y llamo a mis amigas, ambas aceptan por lo que tendré una tarde de chicas, puede parecer loco, pero llevo bastante tiempo sin disfrutar un domingo como una chica de mi edad, normalmente suelo salir con Alexa a comer, de compras, la he acompañado a su trabajo o hacemos plan en nuestras casas, pero el punto es que siempre hemos sido solo nosotras y me hace ilusión que alguien se una a nuestro dúo transformándolo a un trío. Paso a buscar a mis amigas, primero Alexa y luego Tania.
—Hola a las dos —dice Tania mientras entra al auto.
—Hola —contesto.
—¡Amiga! —grita Alexa y me sobresalto, no me esperaba eso, pero al parecer ellas dos se entienden, sé que constantemente se envían mensajes, eso me hace sumamente feliz, Tania le sonríe y se nota que su felicidad es sincera.
—¿A dónde vamos? —pregunta Tania.
—Que les parece un día para relajarnos y mimarnos, ¿vamos a un spa? —Ambas dan un fuerte chillido diciendo sí, aman la idea.
Nos dirigimos al que suele ir Alexa, ese lugar es muy agradable, siempre tiene ese típico olor a vainilla, la decoración es blanca y amarilla y la música es sumamente agradable, he ido pocas veces, pero la experiencia sin duda ha sido maravillosa, tan solo de entrar captas la buena vibra que posee.
Fer y Rodrigo, son una pareja gay que de hecho los dueños del Spa y nos reciben con una enorme sonrisa y mucha alegría, elegimos los tratamientos que queremos cada una y luego disfrutaremos de un baño en el jacuzzi para así charlar un rato. Cada una de nosotras se va a una sala con un masajista, yo escogí un relajante masaje en los pies y en espalda, mentiría si dijera que no duele un poco pero el resultado es maravilloso, cuando finaliza me siento como nueva, cada músculo de mi cuerpo está relajado, es una sensación que desearía tener toda la vida, desearía ser millonaria para tener mi masajista personal.
Soy la primera en llegar al jacuzzi, mi paquete era el más simple, disfruto de mis minutos sola para cerrar los ojos y recordar cada minuto que pasé ayer con Kenneth. No sé qué es lo que está pasando, pero sea lo que sea me hace sentir viva. Olvido todas las veces que he dicho que no quiero tener un hombre en mi vida, porque cuando pienso o estoy con él mis problemas se desaparecen, aunque sea por un instante. Sé que ya estoy hundida y es muy tarde para empezar a huir de nuevo, siento miedo ante todas estas sensaciones que son nuevas para mí, yo ya no sé ni que creer pues un día siento y digo una cosa y al siguiente me contradigo totalmente.
—Pero que bella sonrisa ¿No vas a compartir conmigo eso que piensas que te pone así? —abro mis ojos para encontrarme a una Tania con un rostro burlón y divertido.
Me doy cuenta que es cierto estaba mostrando mi sonrisa más alegre, no digo nada, es evidente en quién pensaba.
—Alexa fue por una botella de whisky, dice que no eres fan del vino y yo lo soy del champán así toca beber fuerte por tener gustos tan diferentes —asiento, pero realmente no le encuentro mucha lógica a sus palabras, ella entra despacio al jacuzzi.
—Que delicia —dice una vez se sienta frente a mí —Me vas a contar que pasa con Kenneth.
—No pasa nada —río, porque ni yo me lo creo, además mentir no s eme da muy bien.
—Mentirosa —Arquea una ceja —Si hasta te pusiste roja cuando pregunte —Es ahí cuando noto el calor en mis mejillas.
—Bueno, en realidad estamos conociéndonos, ya veremos qué pasa.
—A él se le nota que está loquito por ti —escuchar eso me hace tan feliz —a ti también y eso pone en modo ogra a Matilda, antes te trataba genial y ahora no te puede ni ver y eso cariño es solo contigo a mí me trata de maravilla.
—Esa arpía ya está en el proceso de transformación a bruja con Abi —dice Alexa anunciando su llegada, con nuestra típica burla hacia Matilda, en sus manos hay una botella de whisky y tres vasos de cristal nos entrega uno a cada una, sirve y se queda sentada en el borde del jacuzzi y con sus pies juega con el agua.
—¿Por qué lo dices? ¿Qué hizo ahora?
—Ayer me llamó para que fuera a trabajar, me mandó trabajos absurdos, tareas que no me corresponden, como si yo fuera su secretaria, en un principio cedí, pero estallé cuando no pude más —Tania se queda con la boca abierta ante mi breve resumen.
—Pero ella la enfrentó y le dejó bien claro que esas cosas no pueden pasar de nuevo, su trabajo es una buena publicista no labores extras. Cuando me hizo la historia me sentí tan orgullosa de ella —. Alexa se pone una mano en el pecho de manera dramática —ruedo los ojos y bebo de lo que trajo mi amiga, pero me arrepiento al momento por que le sabor me desagrada.
—Lo único bueno es que salí tan molesta que llamé a Kenneth, al salir de su oficina, sé que hizo eso para evitar que me viera con él, pero tuvo el efecto contrario.
—Bien hecho, así se hace —dice Tania en tono muy orgulloso.
—Saben... él me contó lo de su antigua jefa —me tomo un minuto ante el recuerdo de la tristeza en su rostro cuando me contó parte de su pasado —La historia es mucho peor de lo que cuentan en la oficina, la mujer tiene una clara obsesión, por alguna razón cree que tiene algún derecho sobre él. Incluso le provocó un accidente a su ex pareja.
Ambas me miran con sorpresa. Creo que he compartido suficientes detalles de su vida con mis amigas, por eso no diré más, realmente necesitaba contarles esto, desde ayer mis pensamientos no me dejan tranquila, por un momento deseo lanzarme al vacío por él, pero al siguiente siento miedo de terminar como Lorel.
—¿Dónde está esa mujer ahora? —pregunta Tania.
—Supongo que en Londres.
—¿Supones? —dice Ale, me encojo de hombros, no tengo nada que agregar en mi defensa.
—¿Y si esa mujer te hace algo a ti?  -—continúa Alexa —Acaso has pensado en eso.
—Claro que lo hice, pero entonces que hago me niego a ser feliz con la primera persona que me hace cuestionarme mi futuro de soltera con gatos en mi enorme casa, por algo que no se si puede afectarme, ella ni siquiera sabe de mi existencia, nadie sabe si su locura es suficiente como para venir a Madrid.
—¿Y si lo es? Abi sabes que yo soy la primera defensora de él, pero tú seguridad siempre va a estar primero. Estar con él es como una bomba de tiempo, si esa mujer aparece y te hace algo la mataré con mis propias manos —hace un gesto con sus manos como si estuviera ahorcando a alguien, yo rio ante la ocurrencia de mi mejor amiga.
—Tranquila Alexa —dice Tania —Esa mujer está muy lejos, si estuviera cerca estoy segura que ya lo sabríamos —Nos quedamos en silencio hasta que es Tania quien lo rompe —Yo les tengo una noticia —tanto Ale como yo la miramos con ansias de saber que tiene que decir, pero ella se toma su tiempo —Pablo y yo estamos en una relación oficialmente —Su sonrisa ante sus palabras son una muestra de cuán feliz es mi amiga. La felicitamos y ella nos cuenta cada detalle cómo ocurrieron las cosas.
—Me alegro un montón por ti —le digo.
—Saben yo no tuve una vida muy buena de niña, mi madre está enferma y depende de mí, sufrí mucho por cosas de mi crianza y más de una vez vi llorar a mi madre por no saber como salir adelante —Tanto Alexa como yo nos acercamos para abrazar a Tania, desconocíamos estos detalles de su vida y triste lo que cuenta —pero desde que llegué aquí todo ha mejorado un montón, tengo un trabajo que amo, unas amigas geniales y ahora un novio que al parecer está coladito por mí.
—Tenemos que hacer una cena o salir de fiesta los seis —todas amamos la idea de la efusiva Alexa —Solo faltas tú —me mira —por lo que veo estás a punto de caer —cierto estoy cayendo, pero no es algo que realmente me moleste.
La tarde es genial, le digo a mis amigas mis pensamientos de un cambio de look y ambas aman la idea, Tania me promete que su estilista es fabulosa y que tengo que ir con ella y antes de aceptar ya me está sacando un turno para la próxima semana. Supongo que no queda de otra, los cambios siempre son buenos y últimamente mi vida tiene mucho de ellos.
Estoy amando esta nueva vida con todos sus matices. Siento que poco a poco estoy recuperando una parte de mí que daba por perdida hace años. Me gusta sentirme libre, con paz y sobre todo amada.
Tengo personas a mi alrededor que me aman tanto como yo a ellas. Quizás deba agradecer al pasado por permitirme llegara a este punto a pesar de que este ha sido muy doloroso, pero como dicen después de lo malo viene lo bueno y este definitivamente es mi momento.
⊱✿⊰
—Wao —esto es espectacular, no puedo parar de mirarme, me veo tan diferente, creo que me gusta, no tacha eso, me encanta y me siento tan rara por ello.
Estoy acostumbrada a que mi pelo máximo me llegue a los hombros, nunca lo dejo crecer mucho más. Jamás me habían puesto unas extensiones o había tenido otro color en mi cabello que no fuera el natural. Pero me gusta tanto lo que veo que no puedo parar de mirarme. Mi cabello ahora es mucho más largo de lo que tenía en mente cuando vine aquí, pero no me incómoda, de las puntas va subiendo un rubio que llega hasta la mitad de mi nueva melena, el resto sigue con mi color natural. Llevo ondas y lucen geniales, me gusta más así que con cabello corto. Se siente tan bien, ver como poco a poco mi vida y hasta mi forma de pensar son renovadas.
—Tania tenía razón eres la mejor —le digo a Laura la estilista —supongo que a partir de este momento también será mía.
—Lo consideraría traición si no fuera así —me dice y no puedo evitar soltar una carcajada.
—De verdad gracias por este espectacular cambio.
—No es nada, se ve perfecto porque eres hermosa, vas a arrasar cuando todos te vean —Solo Tania y Alexa saben que estoy aquí, haciéndome un cambio tan radical en mi look. Hoy salí más temprano de la oficina para poder venir, por suerte Matilda no aparece desde el lunes por el trabajo por lo que llevo un día de tortura y dos maravillosos sin esa bruja merodeando como si yo fuera su presa. Ella cree que con eso me intimida, pero no hace más que provocarme risa es inmadura la manera en que se está comportando, ridícula eso es lo que es.
Toco mi larga cabellera y sonrío, se siente tan suave y natural, jamás pensé que sería capaz de un cambio tan grande, pero aquí estoy sorprendiéndome con los matices y logros que poco a poco me sacan de mi zona de confort y me llevan a vivir experiencias no planeadas.  Me siento tan feliz, esto quedó mejor de lo que esperaba y parece mi pelo, no tengo duda de que fue una muy buena idea. Me levanto del sillón en el que estado por horas para esta transformación. Le sonrío a Laura y le agradezco una vez más por su trabajo. Voy a la caja y pago todo el servicio que recibí y dejo una buena propina porque sin duda se lo merece. Cuando estoy en el carro busco mi móvil y hago un video llamado a mi hermana.
—Hola... —no termina su frase debido a la sorpresa —¿Qué te has hecho? Te ves... maravillosa, oh cielos, estas hermosa. Pensé que nunca vería el día en que te hicieras un cambio en ese aburrido pelo tuyo, estas radiante, estas...
—Vale ya entendí —le digo mientras río, si la dejo me dirá todos los adjetivos que se le ocurran.
—Es en serio, te cambiaste el cabello ¿No será una peluca? —Me mira arcando una ceja —Abi.
—No es una peluca, son extensiones y me hice un cambio porque realmente me apetecía.
—Bueno me alegro que lo hicieras porque te queda genial.
—Gracias, eres la primera en verme.
—Tienes que decirme que te dice Kenneth cuando lo veas —asiento, mi hermana sabe parte de mi historia con él, necesitaba contarle a alguien de mi familia y sé que no le dirá nada a mamá, ella es mi mayor confidente como yo soy la suya, tenemos una excelente relación a pesar de que nos llevamos algunos años.
—Te diré, lo prometo, bueno el domingo hablé con mamá y le propuse que vengan aquí los tres para pasar juntos hasta año nuevo. Tengo una casa gigante y los extraño demasiado.
—En serio, me encanta, dime que dijo que sí por favor —Dice extasiada de felicidad.
—Ella quiere, pero me dijo que hablara contigo para que convenzas a tu padre.
—Dalo por hecho, vamos o me cambió el nombre, y créeme que me gusta Carla, que emoción voy a salir de Colombia y será para verte.
—Me alegro saber que te entusiasma la idea, tanto como a mí.
—Te avisaré cuando papá dé el sí, créeme que lo hará —no tengo duda, ella tiene un poder increíble para envolver a la gente —Te amo, debo colgar, tengo planes con mis amigas.
—Yo también te amo, cuídense mucho por favor, mándales un beso a todos por allá —me dice adiós con una mano y una increíble sonrisa ilumina su rostro, me alegra verla tan feliz, es justo lo que he deseado para ella durante toda mi vida.
Pongo el auto en marcha, ya es hora de ir a casa. Antes pido comida japonesa, llevo el día entero pensando en las ganas que tengo de probarla, es una de mis favoritas.
Me sorprendo al ver frente a mi casa un auto negro, en un principio me asusto y un escalofrío recorre mi cuerpo, porque como pesimista que soy siempre pienso lo peor, pero a medida que me acerco noto que recostado a este se encuentra Kenneth. Dios no imaginé que tan rápido me viera así, hoy no nos cruzamos en la oficina y fue raro porque hemos quedado todos los días para almorzar juntos.
La inseguridad se apodera de mí ¿qué pasa si no le gusto así? que le digo cuando baje del auto. Mi mano derecha tiembla por los nervios, estaciono el auto justo detrás de él de Kenneth. Apago el motor y en lo que recojo mis cosas me concentro en mi respiración para calmarme.
—Aquí vamos —susurro mientras me bajo y activo la alarma, al sentir el ruido levanta la vista de su celular y se encuentra con mi mirada.

Lluvia de BesosWhere stories live. Discover now