Capítulo 45

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Los últimos días han sido perfectos junto a mi familia, no sabía lo mucho que necesitaba esto hasta ahora, es increíble el bien que le hace a un corazón triste la presencia de sus seres queridos. Cada minuto que paso lejos de Abigail me hace perder la ilusión de recuperarla y tener un futuro junto a ella. En este punto en el que ya llevamos más de una semana separados cualquiera podría comenzar ese proceso que yo llamo olvido. Es ese momento en que te das cuenta que la persona que amas ha decidido seguir adelante y tu comienzas a sanar para olvidar, dejas de sufrir o al menos lo intentas con esa ilusión de una mañana despertar libre de esa angustia que te impedía continuar.

Mis hermanas no mencionaron su nombre durante la estadía de mi madre y la verdad fue un alivio porque a pesar de que no le había hablado de Abigail, no porque no lo creyera importante, sino porque mi idea era presentársela y ahora mismo me estoy agradecido de no haberlo hecho antes porque no hubiera sabido explicarle el motivo de nuestra ruptura. Así que luego de un fin de semana de comida con mi madre, maratones de pelis y muchas risas regreso a la rutina de mí día a día.

Luego de un intenso día en el gimnasio regreso a casa, para darme un baño y ponerme a trabajar, puede que esté de vacaciones pero aún quedaron cosas pendientes y no quisiera que por mi culpa o la de equipo algo en la edición de la revista terminara mal, por este motivo luego de refrescarme, caliento comida que mi madre dejo preparada antes de regresar a Inglaterra, y me siento durante las próximas dos horas a revisar todo lo que tengo incompleto.

Cuando me duele la vista decido que es momento de parar, guardo todo para no perder mi progreso y cierro la laptop. Tomo el plato de mi almuerzo y voy a fregarlo y poner todo en su sitio en la cocina. Sin saber que hacer o en que ocupar mí tiempo decido llamar a Martin que por alguna razón no ha aparecido en el día de hoy.

—Hola Kenneth —responde al segundo tono

—Martin ¿Dónde andas amigo?

—Ya me extrañas, tan rápido

—Solo me preocupa tu desaparición tan repentina, cuando en los últimos días no me has dejado vivir en paz

—Lo siento amigo, pero esto de que nuestras novias sean amigas me pasa factura, tengo discusiones con Alexa por tu culpa así que ahora te aguantas si te acribillo a mensajes llenos de quejas.

—Lo siento mucho

—No es tu culpa que mi chica no entienda que el que metió la pata fuiste tú no yo, bueno y es entendible ya que nunca les dijiste la verdadera razón de la ruptura

—Sabes que si lo hacía ella no iba a entender y como siempre iba a querer arreglar todo sin tener que terminar

—En eso tienes razón

—Bueno si te preguntan algo sobre mí, di la verdad omitiendo lo que ya sabes

—Gracias, al menos voy a tener un poco de paz o eso espero —Se oye como a lo lejos alguien grita su nombre

—¿Dónde estás?

—Trabajando, sesión de fotos, lo de siempre, ¿quedamos esta noche?

—No puedo planes con Rebecca, espero que esto acabe pronto

—Y yo viejo, bueno luego me cuentas tengo que volver al trabajo —Escucho como nuevamente gritan su nombre

—Vale, luego hablamos —digo y luego cuelgo.

Sin saber que más hacer me dejo caer en el sofá, antes nunca había tomado unas vacaciones por esta misma razón, nunca sé cómo aprovechar el tiempo de otra forma que no sea trabajando, por una vez decidí aprovecharlas porque si estoy tratando de cambiarme y no ser la máquina a de trabajo, de vivir la vida ese sería una buena forma de empezar, también me parecía muy atractiva la idea de pasar tiempo junto Abigail pero el tiro me salió por la culata porque en vez de estar juntos solo nos extraños y sufrimos por estar separados.

La soledad nunca sabe bien, pero es peor cuando la compañía que deseas se encuentra tan solo a unos kilómetros de ti. Es duro y duele tanto que sientes como algo dentro de ti se rompe, pero esta fue la elección que tomé por mi propia cuenta así que como el hombre que soy enfrentaré mis demonios y las consecuencias que traen consigo. Para no darles más vueltas a todas estas ideas en mí cabeza me levanto para cambiarme y salir a dar una vuelta, mientras espero que sea de noche para descubrir que es lo que trama Rebecca.

⊱✿⊰

La noche fría de Madrid me abraza al bajar del auto, el valet toma mis llaves y me adentro en el hermoso hotel, he tenido varias reuniones aquí por lo que lo conozco bastante bien. Voy directo al ascensor para ir a la habitación que me indicó Rebecca.

Cuando llego al piso no me molesto en busca el numero porque veo a lo lejos a uno de los guardaespaldas que siempre la acompañan por lo que intuyo que es esa, donde ella me espera. Me aseguro de arreglar el traje color azul cielo que llevo hoy, camino seguro de mí porque desde el primer momento nunca me ha gustado como me mira este hombre, al que ella siempre llama Colmillo.

Es un tipo de porte ingles con pelo blanco, su musculatura es bastante lo que con su alta estatura lo hace lucir muy bien. Sus ojos son sumamente negros, tanto como la oscuridad, y a diferencia del resto del equipo de seguridad que hacen turnos él siempre está presente al lado de Rebecca, imagino ella lo vea como su hombre de confianza, intuyo que su comportamiento grosero hacia mí se deba a que le gusta su patrona.

Cuando llego frente a la puerta el me observa completo sin disimular su cara de desagrado y luego de emitir un gruñido me abre la puerta para que pase, cuando lo hago la cierra de un tirón que haría a cualquiera estremecerse.

—Hola, Rebecca, ya estoy aquí —digo al no ver a nadie en la entrada de la Suite Executive.

Me adentro en el lugar y veo la bonita decoración pero lo que realmente llama mi atención es la hermosa vista que hay de toda la ciudad, todas las luces nocturnas de hoteles, anuncios, y locales de la ciudad dan a conocer a un Madrid lleno de vida.

—Que hermoso te ves esta noche —me dice y yo volteo para verla pero sin duda no me encuentro preparado para lo que me encuentro

—Tú... te ves espectacular —digo muy sincero. Puede que antes lo odiara, pero en estos momentos en que la veo diferente al pasado ya no me cuesta tanto decirle palabras que sean verdaderas

Lleva un vestido rojo, largo con tan solo unos tirantes que tienen unas piedras plateadas, dejando ver toda su espalda, y en el frente tiene un predominante escote, marca la silueta de su hermoso cuerpo. Su maquillaje es sencillo, pero tampoco es que le haga falta mucho y su pelo cae suelto en odas. Llevo una mano a mi cuello, al sentir el sudor a pesar de que está puesto el aire acondicionado.

Puede que antes lo odiara, pero en estos momentos en que la veo diferente al pasado ya no me cuesta tanto decirle palabras que sean verdaderas

Esta no será una noche nada fácil porque por la sonrisa que me da, sé que es lo que desea obtener y yo no estoy dispuesto a ceder, para mí sería traicionar a Abigail aunque no estemos juntos, pero como quiera que sea, sigo siendo un hombre provocado por una mujer hermosa y que sabe sacarle el provecho a sus atributos.

—Gracias, cenamos —Asiento y la sigo. Solo pido ayuda a dios para que nada se salga de control

Lluvia de BesosWhere stories live. Discover now