Capítulo 43

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Los últimos días han sido bastante movidos, Rebecca se ha aprovechado de mi propuesta para todos los días tener planes juntos, me sorprende que no han sido citas desagradables, pues al parecer cuando ella obtiene lo que desea se vuelve esa chica agradable y saca un lado inteligente que posee lo peor es que con ella sí se puede tener platicas interesantes cuando te lo permite pero no por eso puedo olvidar todas esas veces que está misma persona me ha tratado con desprecio y de manera posesiva solo porque no ha obtenido lo que desea, que en este caso soy yo, es loco ver cómo toda esa ternura se puede volver locura, volviéndola casi una psicópata capaz de hacer todo por tal de recuperarme como si de un objeto se tratara.

Por ello no me dejo engañar por ese lado angelical que me ha mostrado los últimos días pero que de algún modo agradezco porque me ayuda a soportar su compañía, decir que nuestros encuentros han sido una pesadilla sería mentir porque de algún modo mi perspectiva sobre ella ha cambiado. Hoy me doy cuenta que es una mujer llena de miedos, no ha tenido a una persona a su lado que la respete y le dé el cariño que se merece, nada justifica sus acciones porque hasta los menos favorecidos por la vida tienen que saber diferencial entre el bien y el mal pero si entiendo que todo es despego hacia su familia y el rencor que se siente en su voz cuando habla de su vida me dan a entender que lo único que necesita Rebecca es ayuda psicológica porque lo única que no está bien es su mente a causa de los traumas que debe poseer.

Si, su vida ha sido fácil, es millonaria, tiene éxito, fama pero le falta lo fundamental que proporciona la verdadera felicidad, le falta amor verdadero, su error es empeñarse a quererlo conmigo cuando se supone que es algo que surge de manera natural entre dos personas, pero si miras su historial es la única forma que ella conoce para obtener lo que desea. Por eso a mí plan agrego un nuevo punto, hacerla entender que necesita ayuda profesional.

—Hey Kenneth te estoy hablando —miro a Martin que mueve sus manos de un lado a otro frente a mí

—Lo siento me quedé pensando

—Sí me percaté de ese detalle —miro mi reloj y veo que es hora de irme

—Tengo que ir a buscar a mi mamá al aeropuerto así que me voy —digo levantándome con mucha pereza

—Qué bueno que Esther viene a verlos, tendré que visitarla. Dale un beso de mi parte

—Eso haré —digo casi saliendo por la puerta de su casa.

Camino directo a mi coche y me introduzco en el tráfico del autopista que me llevará a buscar a mi madre, me imagino que mis hermanas para este instante deben tener lista la casa para recibirla, aún estoy a tiempo pero prefiero llegar primero que ella a hacerla esperar por mí.

Estoy muy ansioso por verla luego de tanto tiempo, me hacen muchísima falta, sobre todo ahora que de alguna forma me siento vacío y como si me faltara algo, supongo que es por la ausencia de Abigail. Estos días sin ella han sido sumamente complicados, cada cosa a mi alrededor me recuerda a ella, supongo que la rutina diaria me pasa factura y lo mismo sucede con lo mucho que me duele saber que está sufriendo por mí, las palabras de Martin no fueron nada fáciles de asimilar.

Lo más seguro es que ahora mismo su familia me odie por ser el estúpido que le rompió el corazón y no es para menos cuando fui yo quien la hizo derramar sus lágrimas durante los últimos días. Sólo espero que cuando esto acabe Abigail sea capaz de perdonarme.

El viaje se me hace rápido paso la mayor parte del tiempo sumergido en mis pensamientos a veces quisiera creer que todo esto es un sueño pero luego al ver el caos que existe en mi vida me doy cuenta de que es un sueño con camino a pesadilla.

Me estaciono en el aeropuerto y bajó del auto para ir en busca de mi mamá, hace tanto tiempo que no la veo que me parece irreal que finalmente pasaremos un fin de semana juntos.

Lluvia de BesosWhere stories live. Discover now