Capítulo 55

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Han pasado cinco días desde que ocurrió todo el desmadre en la mansión de Richard, no he sabido nada de él y no ha aparecido cerca de mí. Contarle a la policía todo lo sucedido no fue nada fácil, cada palabra fue como un cuchillo de doble filo, no solo me hacía daño por dentro, también me costaba hasta decirlo no fui maltratada, pero el daño psicológico es bastante fuerte. Estuve tres días desaparecida, fue un buen susto y gracias a Alexa mi familia no sospechó nada, considero que es lo mejor porque a mil kilómetros de distancia no podrías hacer absolutamente nada.

Ahora mismo solo me preocupan dos cosas, la primera es que ese ser despreciable continúa desaparecido, libre y seguro está muy furioso por mi huida, lo conozco y debe estar desde las sombras vigilando cada paso que doy, esperando el momento correcto para atacar una vez más. Lo segundo que me tiene sin dormir es la seguridad de Tania, cada noche le pido a dios que la proteja dónde sea que se encuentre, no quisiera que por mi culpa le ocurra algo. Mientras no me queda de otra que tratar de mantenerme fuerte, por el momento la policía me custodia las veinticuatro horas porque no hay duda en que en cualquier momento Richard me buscará, estoy segura de que no se quedará de brazos cruzados, porque si algo sé de él es que cuando quiere algo lo toma sin pedir permiso y en este caso me quiere a mí.

Desde la madrugada en que intercambie mensajes con Kenneth no he vuelto a saber de él, le pregunte a Martin y a Alexa si se habían comunicado con él pero tampoco hay noticias. Este silencio, me quema por dentro, quisiera poder verlo y aclara toda esta situación con él, la incertidumbre de esta situación es bien amarga.

—¿Todo listo? —me pregunta Alexa, que lleva en su mano una maleta con las cosas que hemos usado los últimos días

—Vamos —digo levantándome lentamente porque aún necesito descansar de toda esta situación, mi cuerpo ha respondido bastante bien al tratamiento pero aún me encuentro adolorida.

Caminamos juntas hasta la salida y en el estacionamiento nos espera Clark, su hermano quien nos llevará a casa. Miro atrás y veo como a lo lejos dos guardias nos siguen, la presencia de ellos no me hace sentir ni un poco segura, siento que hasta mi sombra es capaz de traicionarme en estos momentos. Cuando los monstruos como Richard tienen un obstáculo en su camino no piensan dos veces antes de quitarlos y esos dos policías son justo eso, unas piedras para eliminar y llegar a mí.

—Enana, me alegro que estés bien, nos diste un buen susto —se acerca y me da un suave y delicado abrazo, yo sonrío

—No sería capaz de dejarte solo son esta loca, me necesitas para controlarla

—Esos tres días sin ti, fueron una tortura, estaba insoportable, en el futuro no puedes ni mudarte —le muestro una sonrisa

—Qué exagerado eres —dice Alexa y ambos la miramos sonriendo

—Adelante señorita —me dice Clark mientras abre la puerta trasera de su auto

—Necesito un teléfono nuevo —digo una vez estamos en el auto

—Perfecto pasamos ahora por la compañía

—Yo puedo ir luego a buscarte uno, tú necesitas descansar

—Oye yo no estoy invalida, necesito comunicarme con mi familia, no puedo seguir usando el tuyo, además tú necesitas descansar y volver a trabajar

—Por ahora estoy bien contigo —sonrió porque soy extremadamente afortunada de tenerla, sin duda ella es "mi persona".

El viaje es corto hasta la tienda, por suerte no hay mucha gente y en cuestión de unos minutos, tengo un número y un teléfono nuevo con todos sus accesorios. Una parte de mi se encuentra loca por estrenarlo porque si algo disfruto es de la tecnología.

Lluvia de BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora