Capítulo 21

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Abigail
Decir que la llamada de Zennet no me sorprendió sería mentir, se escuchaba exaltada y bastante preocupada, no sé qué sucede, pero pude sentir su necesidad de ayuda hasta en su tono. Conduzco lo más rápido que me es posible para acudir a su llamado, estaciono bastante mal, pero en este instante es lo que menos me preocupa y bajo del auto, busco el número de la casa y termino frente a un edificio antiguo pero muy bonito, toco el timbre y espero a que alguien conteste.
—¿Sí? —dice una voz que no reconozco.
—Soy Abigail…
—Si claro, ahora te abro, por favor sube rápido, esto se está saliendo de control —me dice una voz que me interrumpe y en habla casi en un susurro.
—Okey —respondo algo confundida, la puerta se abre.
Subo las escaleras hasta el tercer piso, en el solo hay tres puertas una de ellas está abierta y escucho una voz que reconozco al momento, Zennet habla desesperada, gritando y llorando, corro y me adentro en apartamento porque es normal que este preocupada y no tengo idea de que es lo que está pasando.
Al entrar veo a Zennet en el piso gritando, en sus piernas está Zoe en un estado que me tiene creando teorías sobre lo que le sucedió, está como desmayada hay un chico gritándole, al otro lado de la habitación hay una chica morena que parece tener la misma edad de las gemelas, supongo que hablé con ella, al llegar.
—Tony acaba de irte —dice la chica enfurecida, corro hasta al lado de Zennet y al verme esta se relaja.
—Por favor ayúdame no sé qué le pasa.
—¿Que sucedió? —pregunto mientras miro la cara de Zoe y veo que está como delirando —. ¿Está drogada?
—No lo sé —dice Zennet entre lágrimas.
—Estás exagerando Zennet, tu hermana y yo estábamos jugando tu llegaste para arruinarlo todo.
—¿Quién es este? —pregunto mirando al joven que estoy segura de que es mayor que las gemelas y por su apariencia estoy segura de que también está drogado.
Me levanto y saco mi móvil de mi bolso finjo que marco un número, este chico tiene que irse y si alguien sabe cómo tratar con drogadicto esa sin duda soy yo.
—Buenas me gustaría denunciar a un joven que al parecer está drogado y está molestando en mi domicilio.
—No seas mentirosa, no estás llamando a nadie —dice y se ríe.
—¿Cómo se llama él? —pregunto a la chica que no conozco.
—Tony Clemente.
—Su nombre es Tony Clemente por favor no se demoren estoy segura de que consumió algo porque se está comportando muy raro, tengo miedo que se vuelva más agresivo y me ocurra algo —utilizo un tono nervioso para ser más creíble —Si por favor prefiero permanecer en la línea.
—Mierda —dice el joven retrocediendo —esto no se va a quedar así, voy a volver por la perra de tu hermana, y tú —dice señalándome —no sé quién eres pero te encontraré y me las pagarás —Se da la vuelta y corriendo sale de la casa, la chica desconocida cierra la puerta detrás de él.
—Bien necesito que me expliquen rápidamente que sucedió —digo mientras guardo mi móvil y dejo mi bolso caer en el suelo para estar al lado de Zoe que aún se encuentra delirando.
—Llegamos al apartamento y mi hermana estaba así y ese tipo estaba tratando de estar con ella en su estado.
—Le dijimos que se fuera, pero no quiso, dijo que los dejáramos solos y se puso muy agresivo —miro a mi alrededor y veo que hay muchas cosas rotas en el suelo.
—Hace cuanto fue eso.
—Media hora, no lo sé —me contesta Zennet llorando.
—Mira Zennet hay angelitos por toda la habitación —dice Zoe entre risas en el piso.
—Hay que llevarla a un hospital, necesitan hacerle un lavado de estómago.
—No al hospital no, por favor mi hermano se muere si le hacemos esto, por favor no —me suplica Zennet, considero que no es lo correcto, pero luego de una larga súplica de su parte acepto a pesar de que pienso que lo mejor es ir con un profesional.
—¿Alguien sabe que consumió?
—Tony suele consumir LSD, quizás consumieron lo mismo.
—¿Qué vamos a hacer Abigail? —dice Zennet desesperada y entre lágrimas.
—Lo primero es calmarte, así no ayudas a tu hermana, vamos a levantarla, hay que llevarla a su habitación —Zennet se limpia las lágrimas y entre las dos cargamos a Zoe, su amiga nos va ayudando y guiando el camino hasta la habitación.
Cuando la dejamos en la cama, le quito los zapatos y la acuesto sobre su lado izquierdo hacia al borde la cama si le dan ganas de vomitar no se ahogará con el vómito, me siento junto a ella y compruebo su respiración y noto que está normal.
—Y si la obligamos a vomitar —dice la otra chica.
—¿Cómo te llamas? —pregunto.
—Daniela.
—Muy bien Daniela, no se puede inducir el vómito como tampoco podemos darle nada de beber o comer, hay que tener paciencia —Hablo mientras le quito el pelo de la cara a Zoe que murmura cosas extrañas, pero al menos me tiene tranquila saber que está no está inconsciente y que solo sufre los efectos de la droga —Zennet trae algo para taparla —Va al armario y saca una sábana que ella misma se encarga de colocar sobre su hermana.
—Tranquila Zoe todo estará bien —digo calmada porque necesito que ella también lo crea, solo así podrá ayudar.
De pronto Zoe comienza a tener arqueadas, lo que significa que va a vomitar, tomo su pelo en un puño y la ayudo a incorporarse para que le sea a más fácil hacerlo, Daniela toma un cesto que hay a un lado y lo coloca frente a ella para que todo caiga dentro y el suelo no se ensucie, aunque ahora mismo eso es lo de menos.
Finalmente, Zoe termina vomitando todo lo que tenía dentro, lo que es buena señal porque de ese modo expulsa parte de la droga. Cuando termina la ayudo a acostarse del mismo modo en que estaba antes. Compruebo nuevamente su respiración y noto que ahora a pesar de sufrir aún los síntomas de la droga Zoe se nota más despierta, me mira como si creyera que soy una alucinación.
—Que mierda hace ella aquí —dice y luego comienza a reírse.
—Zennet puedo hablar contigo un momento —ella asiente —Daniela, siéntate aquí por si le hace falta tu ayuda.
Salgo de la habitación y de tras mío va la hermana de mi novio, a quien me piden que le oculte todo esto, pero no creo que sea lo correcto.
—Gracias por tu ayuda —dice con la mirada fija en sus pies.
—No tienes que agradecer, pero sigo pensando que debe ir a un médico, en este punto yo no sé qué hacer, no soy profesional y veo muy mal que ocultes esto de tu hermano, él tiene derecho a saber lo que sucede con ustedes.
—Solo, necesito primero que ella esté bien, ya se lo diremos juntas, pero sé que Zoe no me perdonaría si llamo a Kenneth y permito que la vea así... —Mi teléfono suena y como un mal presentimiento imagino que quién me llama es él, busco mi cartera y al sacar el móvil el nombre de mi novio aparece en la pantalla, le enseño el teléfono a Zennet y esta me suplica que no diga nada.
—Bizcocho —contesto para aparentar normalidad, Zennet me mira sorprendida por la forma en que llamo a su hermano, pero si yo guardo su secreto mínimo tendrá que aguantarme.
—¿Dónde estás amor?
—Oh ahora soy amor, no importa no te detengas me gusta, te sorprenderías si te dijera, pero es un secreto de chicas —Realmente me siento fatal por estar haciendo esto, sobre todo porque finjo normalidad, miro a Zennet muy seria porque detesto hacer esto, ella me agradece sin parar en silencio.
—No sé si deba preocuparme por eso.
—Tranquilo estoy con Zennet, me llamó y aproveché para ganarme a mi cuñada ¿y tú qué haces?
—Tomando un café.
—A esta hora, seguro estas tratando de evitar un dolor de cabeza ¿Te hicieron enojar en la oficina?
—Matilda ya la conoces, pero tranquila que esta vez le quedó claro que soy un hombre enamorado.
—Esa mujer, me tiene a punto de explotar te juro que le tengo unas ganas...
—Tranquila amor que ya te dije que esta vez sí entendió.
—Eso espero ¿A qué hora sales del trabajo?
—Voy a una reunión y luego soy todo tuyo.
—Perfecto, me pasas a buscar y nos quedamos esta noche en tu apartamento, le presté mi casa hoy a Martin y Alexa —Tardamos unos minutos enviándonos besos y finalmente cuelgo.
—Gracias, gracias —dice Zennet que se abalanza sobre mí para abrazarme.
—No me agradezcas, solo hablen con su hermano sino seré yo quien lo haga, no quiero tener problemas con el por ocultarle cosas y cuando lo hagan omitan la parte en que estuve aquí, no quiero perder mi relación por esto.
—Prometo no decir nada.
Me siento fatal por mentir, pero lo mejor siempre será contar con el apoyo de la familia, sé lo que sucede en casos donde no se tiene a nadie y terminan perdiéndose a sí mismos. No quiero que eso le suceda a Zoe porque es una chica muy joven con toda una vida por delante. Soy consciente del amor que siente Kenneth por sus hermanas, se pasa todo el tiempo hablando de ellas y aunque esta situación le dolerá estoy segura que sabrá que hacer y las ayudará a salir adelante.
—Zennet mira voy a prepararles algo de comer y luego me tengo que ir, mañana tengo un viaje y tu hermano me irá a buscar a casa, ustedes dos ocúpense de darle un baño a Zoe a ver si se despierta un poco.
—Okey, ven te muestro donde está la cocina —La sigo hasta una pequeña pero bonita cocina, me indica donde están las cosas y se marcha para junto a Daniela ayudar a bañar a Zoe.
Lo primero que hago es revisar lo que tienen en la despensa y no me sorprendo al ver que no les falta nada, tienen comida para meses, pero Kenneth ya me había dicho que cuando hace su compra pide para sus hermanas también, porque como demuestra en cada acto el realmente se preocupa por ellas.
Finalmente decido que lo mejor que puedo hacerles es una sopa y un poco de pollo, sano y no es tan difícil de digerir. Por lo que me dedico a explotar mis artes culinarias para hacerle una sabrosa comida a mis cuñaditas, porque no fue una mentira cuando dije que realmente quiero que confíen en mí y me acepten como la novia de Kenneth, así que dedico una hora de esfuerzo para preparar la comida y una vez lista compruebo el estado de Zoe, me encargo de que coma lo que le preparé porque aunque confío en las otras chicas necesito comprobar por mi misma que todo está bien, cuando acabo Zoe se encuentra menos drogada y más consciente de la realidad, la dejo descansando y espero que lo poco que pude hacer la ayude a mejorar.
Me despido de todas, haciendo a Zennet prometerme que me mantendrá al tanto del estado de su hermana, le digo que si me necesita me llame y nuevamente vendré ayudarlas. Ella acepta y me despide más tranquila, además me dice que cumplirá su palabra de hablar con su hermano.
El camino a casa es rápido, gracias a dios no hay tanto tráfico y rápidamente me pongo a preparar la maleta que llevaré a Sevilla.

Lluvia de BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora