Capítulo 42

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Pido a la camarera un poco de agua porque sin duda necesito calmarme pero ni así lo consigo. En estos momentos mi principal objetivo es mantenerme sereno porque en cualquier momento Rebecca llegará de hecho agradezco que no lo haya hecho cuando Alexa y Abigail estaban aquí sin duda ese sería un enfrentamiento que no me gustaría ver, mientras más lejos estén ellas mejor será mi paz mental.

La campana del lugar suena tras abrirse, miro mi reloj y veo que Rebecca llega con varios minutos de retraso pero me alegra saber que finalmente decidió venir a mi encuentro, no me molesta su tardanza ya que eso evitó que se encontrara con Abigail. Siento nervios y una rara sensación al verla caminar tan imponente como siempre ha hecho.

Ella es una mujer alta y con una figura delgada, entre eso y su porte fino y elegante al caminar cualquiera pensaría que es una modelo. Su cabello negro está recogido un peinado, dos flequillos caen sobre su rostro y me pregunto cómo es posible que una mujer tan hermosa sea tan tóxica y enferma con un antiguo empleado. Es una pena porque si omites esa parte, Rebecca es un gran partido para cualquier hombre, incluso yo podría caer rendido a sus pies, ya que no solo es sumamente guapa también es inteligente tanto que estudió dos carreras, solo espero que esta obsesión conmigo se le pase y mi plan tenga efecto porque sino las cosas se tornarán muy oscuro.

—Jamás pensé que recibiría una llamada tuya, me lleve una enorme sorpresa —dice al llegar frente a mí, me levanto como el caballero y galán que quiero fingir para ella y le doy un beso en su mejilla que la deja sorprendida. Preparo la silla para ella y luego regreso a mi asiento frente a ella —Me alegro verte después de tanto tiempo Kenneth —me dice usando nuestra lengua, el inglés.

—Espero que haya sido una grata sorpresa —digo y sonrió para ella

—La verdad es que sí, pero eso ya lo sabías —La camarera se nos acerca para tomar su pedido y tras ordenar un té de anís, se retira.

—¿Qué tal te ha recibido el clima de Madrid? —digo para calmar un poco el ambiente porque sé que se encuentra ansiosa, y mi misión hoy es jugar con su mente lo mejor que pueda —. No creo que me hayas citado aquí para hablar del clima —sonrío

—¿Te resulta extraña esta invitación? —Ella asiente, me inclino para hablarle bajito, usando un tono coqueto —el hecho de que estés aquí me ahorra muchas palabras Rebecca

—No vas a pedirme que deje en paz a u querida novia

—¿Novia? Quien dijo que tengo una

—Por favor no me creas de estúpida, sé muy bien que tienes algo con esa chiquilla que trabaja contigo —Su té llega en ese momento y con mucha elegancia se dedica a revolverlo con una cuchara como suele hacer de costumbre —¿Y bien?

—Cómo te dije, no tengo nada con nadie, me di cuenta que no encajamos en nada y como sabes no me gusta perder el tiempo

—Estoy haciendo un gran esfuerzo para creerte Kenneth, pero me cuesta solo dime de una vez que deseas realmente sabes que me encanta verte y me halaga que hayas pensado en mí para una cita pero aun así estoy segura que tienes intenciones ocultas

—Tienes razón —le digo fingiendo una sonrisa un poco malvada

—Quiero algo a cambio pero tú también lo tendrás

—Por supuesto, nunca hago nada gratis así que dime Kenneth que tienes para ofrecerme

—Hay un hombre que me amenazó con matarme, estoy segura que lo conoces porque algo me dices que está aquí por ti, quiero que me ayudes a que quede preso y a cambio te complaceré en lo que deseas

—En serio me crees tan estúpida para no saber la verdadera razón por la que quieres deshacerte de ese colombiano para así tener vía libre con Abigail

—No y sí —ella me mira arqueando una ceja —Quiero alejarlo de ella, porque ninguna mujeres se merece a alguien así, el único motivo que le impide regresar a su país es él, si lo elimino entonces ella se marchará y no tendré que verla en mi trabajo nunca más, pero también quiero que pague por su amenaza.

—Justo por esto me gustas tanto Kenneth, siempre haces lo correcto

—¿Entonces tenemos un trato?

—No quieres saber primero lo que quiero yo a cambio

—Que hayas venido, tus constantes llamadas y todo lo que has hecho demuestra que harías lo que sea por mi Rebecca y justo eso es lo que quiero a mi lado, alguien capaz de dar todo por mí—Me mira con una sonrisa de tonta enamorada y la verdad es que no tengo idea de cómo cree las palabras que salen de mi boca cuando yo mismo no me creo nada.

—Te quiero a ti Kenneth, eres lo único que he querido siempre. Sé que me he comportado como una loca —es que es lo que eres— pero te demostraré que solo soy una mujer enamorada

—Eso espero Rebecca —ella estira su mano para acariciarme el rostro y tengo que usar todas mis fuerzas para no lanzar su mano lejos de mí pero consigo controlarme

—Sigues tan guapo —se inclina para darme un beso pero rápidamente coloco un dedo entre sus labios

—Poco a poco y paso a paso

—Claro lo entiendo

—¿Cuándo tenemos nuestra primera cita?

—Qué te parece ya mismo —me dice sonriendo emocionada, yo asiento y llamo a la camarera para pagar la cuenta.

Solo espero que esta situación no se me vaya de las manos, porque como dicen quien juega con fuego se quema y estoy ardiendo en el mismo infierno, desde el momento en que decidí llamar a esta bella mujer de rostro angelical y cuerpo de ensueño pero con un corazón frío e ideas de un demonio. Ahora mismo parece la chica perfecta, pero la conozco y sé cuánto se está esforzando para mantenerse en control y no sacar su verdadera personalidad.

—Voy al baño y luego nos vamos —me dice y con una sonrisa se marcha

Tomo mi teléfono y veo que Abigail no ha subido nada a sus redes, solo espero que no esté llorado por lo cruel que fui, pero en algún momento podré explicarle cada cosa que estoy haciendo por, ella y quizás si aún me lo permite por nosotros. Puede parecer loco e hipócrita porque ahora mismo estoy invitando a una mujer que me destrozo la vida a tener una cita pero la verdad que s yo haría lo que sea por ella, incluso dormir y vivir con el diablo si eso me asegura que podrá vivir en paz.

—Estoy lista —me levanto de la mesa y tomo la cuenta para entregársela a la camarera, estiro mi brazo hacia ella para darle la mano y como una niña pequeña sonríe

—¿En tu auto o en el mío? —pregunto

—En el tuyo, solo déjame hablar con mi seguridad —asiento y veo como se acerca uno de sus hombres y hablan con un poco de misterio el tipo solo asiente con su cabeza a todo lo que ella dice y cuando veo que está por regresar me volteo y camino hacia mi auto, entro en él y con mucha calma la espero.

—Muy bien, todo en orden

—¿A dónde te gustaría que fuéramos?

—Al cine

—¿En serio? —digo sorprendido porque esperaba algo más llamativo y caro como su estilo

—Sí, quiero saber que se siente ir a un lugar tan normal con el chico te gusta

—Muy bien, al cine.

Solo espero que esto no me salga mal o peor de lo que espero porque ya perdí la cabeza y no en el buen sentido con esta mujer.

Lluvia de BesosWhere stories live. Discover now